Entrevistamos a Marianela Pini Navarro del Frente de Organizaciones en Lucha (FOL)

 

A casi 3 meses de la cuarentena, ¿cuál es la situación en el sector de precarizados?

MN: La situación social del sector de los trabajadores precarizados al igual que las empresas recuperadas, los trabajadores rurales y los distintos trabajadores y trabajadoras que desempeñan su actividad en niveles de gran informalidad y desprotección estatal. Es una situación muy compleja, de mucho retroceso, porque a las consecuencias sociales de la emergencia sanitaria se le suma la recesión económica y un impacto directo sobre nuestro poder adquisitivo. La actividad de los barrios populares como las obras, por supuesto la actividad doméstica que desempeñan muchas compañeras de los barrios, los trabajadores y trabajadoras ambulantes, los trabajadores que desempeñan actividades regionales de cultivo de cosecha, todo este espectro que representamos y que al que hay que sumar también a las empresas recuperadas que están en esta situación sin ningún respaldo estatal, es muy compleja. Sin duda la cuarentena ha puesto de relieve también las desigualdades sociales que existen en la Argentina desde hace mucho tiempo.

 

¿Cuál ha sido la respuesta del Estado para paliar la crisis económica y sanitaria del sector?

MN: La respuesta del Estado para contener esta situación ha sido totalmente insuficiente. Si bien se han adoptado determinadas medidas nosotros lo asumimos como insuficiente porque estamos hoy a nivel salarial a la mitad de la línea de indigencia en la Argentina nuestros ingresos son de $8500 por mes mientras que la canasta básica en el país ronda los $60000. A esto hay que sumarle múltiples situaciones que han aumentado las desigualdades sociales, y no sólo la económica. Un punto es lo salarial pero además también tiene que ver con una ofensiva muy grande de las patronales, con un aumento de la desocupación, con suspensiones, con mayor nivel casos de violencia y denuncias de violencia de género la línea 144 por parte de las otras compañeras. Las respuestas del Estado han sido insuficientes no sólo en términos salariales, sino que además tampoco está garantizado el alimento en todos los lugares del país donde se desarrollan actividades de lunes a lunes. En el caso del FOL en más de 300 comedores comunitarios en toda la Argentina tenemos triplicada la cantidad de familias que vienen a comer y sin embargo no estamos recibiendo el alimento. Producto de, por un lado el gobierno alude cuestiones burocráticas y alude que las empresas no le venden. Esto pone también de relieve que cinco empresas son dueñas de la comida en la Argentina. El gobierno tendría los mecanismos como la ley de abastecimiento para obligar a las empresas a que llegue el alimento a los depósitos. Sin embargo no se tocan los intereses de las empresas y siguen lucrando como desde toda la vida con el alimento de nada más y nada menos que de los sectores más humildes.

¿Cuál es el pliego de reivindicaciones con el que salen a la lucha el 11 de junio y cómo va a ser la acción a nivel nacional? ¿Con qué otros sectores de trabajadores y trabajadoras han podido articular?

MN: El 11 de junio nosotros presentamos por un lado la demanda de la actualización salarial del programa potenciar trabajo. No queremos quedar en la línea de indigencia. Nuestro reclamo principal está dirigido al gobierno nacional. Tiene que haber una política redistributiva en la Argentina que no nos deje a todo un sector de la clase trabajadora en la línea de pobreza, que es lo que está tristemente ocurriendo ahora. Luego vamos a exigir también la apertura de los programas de empleo porque con toda esta situación social hay muchas familias, te diría miles, en todas las organizaciones, esperando hace 9 meses para cobrar un programa de empleo. Estamos exigiendo también la duplicación de la cantidad de alimentos para poder contener y cumplir con nuestra función social en esta crisis pero asumimos que hay una parte de la tarea que hay funciones indelegables por parte del Estado que se deben cumplir. Y por supuesto también estamos pidiendo un plan más claro y recursos para contener el avance del covid en los barrios populares. Tenemos muchisimos casos en la Capital Federal y en Quilmes, que se agrava también por las condiciones de hacinamiento en la que vive en nuestras familias trabajadoras sin servicio de agua, sin alimento y la única respuesta inmediata del Estado ha sido la militarización de los barrios. Esta cuestión que también nosotros rechazamos. Vamos a articular esta lucha con muchas organizaciones sociales no sólo el Frente de Lucha, el FOL, el Frente Popular Darío Santillán sino también vamos a confluir con Barrios de Pie, con la FENAT, con el Polo Obrero y por supuesto también con las empresas recuperadas que están luchando para exigir el apoyo estatal ya que el estado ha salvado a las patronales que se han aprovechado de una política pública como el ATP pero que en realidad terminan siendo beneficiados los gerentes de Volkswagen o la Sociedad Rural. Sin embargo a las empresas recuperadas se le ponen un montón de restricciones y hoy las mismas que han enfrentado el ajuste han puesto en pie la fábrica y no sólo mantenido les cuesta trabajo sino creado nuevos desde el 2001 hasta acá. Hoy están totalmente desprotegidas y sin ninguna política pública que las contenga.

¿Cómo es la postura de los diferentes sectores del movimiento de trabajadores desocupados frente a la situación actual?

MN: Por supuesto dentro de los movimientos sociales hay diferentes posturas. Nosotros somos una organización social que desde toda la vida hemos defendido la independencia de clase, la Independencia política de todos los gobiernos y la centralidad en defender una perspectiva anticapitalista. Desde ese lugar consideramos que nos ubicamos en determinado campo de la izquierda y de los trabajadores.

El movimiento piquetero es un conglomerado de muchos grupos, hay quienes apoyan al gobierno y desde esa perspectiva tienen una posición más condescendiente con las políticas actuales. Nosotros consideramos que en la medida de que no se afecten los intereses ni la tasa de ganancia de los empresarios no se van a resolver los problemas de los trabajadores. Consideramos que hay explicaciones que no tiene que dar la dirigencia de los movimientos sociales sino que la tiene que dar el Estado. Nosotros desde nuestro lugar tenemos que defender los derechos de nuestros compañeros, cumplir con nuestra función sindical y por supuesto poner en discusión los puntos principales y los pilares fundamentales que hacen a este un plan que atiende las necesidades populares después de la pandemia. Es decir aquí en la Argentina hay que poner en discusión la distribución de la soberanía alimentaria, la mayor cantidad de impuestos a los ricos de este país, al puñado de familias que tienen toda la riqueza de la argentina. Se tienen que hacer cargo los bancos y la trasnacionales. Hay que poner en discusión por supuesto también la tierra, el trabajo, el reparto de las horas de trabajo. Consideramos que con los subsidios y los programas de empleo tiene que haber un plan de obras públicas y construcción de millones de viviendas en todo el país para no sólo resolver la cuestión habitacional sino también generar empleo.

¿Qué rol te parece que están jugando los movimientos sociales que salen el 11 de junio en este escenario político y económico?

MN: La crisis a la que vamos vaticinamos que será peor que la del 2001. Los movimientos populares jugamos un rol fundamental de resistencia y de mantener en pie a nuestra gente, a la más postergada. También jugamos el rol de no perder la esperanza y poder canalizar en organización, en lucha, y en fortaleza colectiva todo lo que antes era desolación y desprotección absoluta por parte del Estado. Hoy tenemos el rol de profundizar esa experiencia acumulada y dar paso no sólo a defender nuestros derechos y a no retroceder más sino además ser parte de un movimiento de resistencia que empalme con las luchas que se van a librar en todo el continente contra los grupos económicos, contra este sistema que se ha mostrado desde toda la vida pero ahora en el marco de la pandemia aún más ha mostrado su verdadera cara de despojo absoluto sobre los pueblos de muerte, de exclusión y se nos abre también todo una perspectiva de marcar otro rumbo, otro camino, para los sectores populares más allá de lo sindical. Tenemos la tarea de preparar la resistencia para el próximo periodo que se abre y empalmar en articulaciones continentales, también articulaciones nacionales para justamente lograr modificar la correlación de fuerzas que existe, frenar la ofensiva patronal y poder poner en pie un programa popular desde los intereses de los trabajadores.

11 de Junio – Postales de la Jornada de Lucha

 

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