El viernes 26 de abril se anunciaron 33 despidos. Los trabajadores de la planta de Lavallol junto a los de la provincia de San Luis se encuentran bloqueando las puertas de ambas fábricas por tiempo indeterminado. Nos acercamos al acampe en Lavallol para conversar con sus trabajadores y llevar toda nuestra solidaridad.

Entrevistamos a Roberto Castillos, trabajador despedido de Dánica.

Venceremos: ¿Roberto, hace cuántos años que trabajás en la planta?

Roberto Castillos: Hace 24 años trabajo en la planta. Todo este tiempo fuimos viendo pasar a los diferentes dueños que hubieron. El último es un grupo cordobés Los Beltrán, que se dedican  al refinado de grasas, levadura, faena y frigorífico de carne. Son contadores, dueños de la empresa “Refinería del centro” más conocida como RDC. Tomaron posesión de la planta el primero de febrero y a partir de ahí nos fueron comunicando que los sueldos que teníamos eran muy altos. Esto se debía a que por distintas luchas nosotros conseguimos que nuestro sueldo este por encima del sueldo de la Federación Aceitera que nuclea a los distintos sindicatos de aceiteros. En seguida el abogado de la empresa se comunicó con nosotros diciendo que los sueldos no podían estár por arriba del que dictadaba la Federación. Nos quisieron sacar todas esas conquistas y bajarnos el salario un 50% aproximadamente.

 V: ¿Cuándo empezaron la medida de fuerza?

RC: El viernes 26 de abril empezamos a parar. El jueves, cuando los compañeros del turno noche entraron a trabajar se enteraron que se iba a parar la producción. Esa madrugada, a las 4 am llegaron todos los directivos junto a un escribano, y al toque no dejaron entrar a todos los de turno mañana. Ese día tomamos la decisión en asamblea de que el turno tarde no ingresara y empezamos con la medida de fuerza. Ahora se están dando distintas reuniones en la secretaría de trabajo y la negociación pasó a un cuanto intermedio hasta el 21 de mayo.

V: ¿Y cuándo empezaron con la carpa y bloqueo frente a la empresa?

RC: Inmediatamente, porque sabíamos que en las cámaras había acopio de mercadería, lo que les permitía a los dueños seguir funcionando un tiempo. En los últimos dos meses, habían acelerado la producción, pasamos de producir 300 toneladas de margarina a 900 toneladas mensuales, de la noche a la mañana. Esto nosotros en su momento lo leíamos como algo positivo, pero no advertimos que era una maniobra para acopiar en otros centros de distribución mercadería, no obstante en esta planta quedaba gran parte, que ahora estamos bloqueando para que no puedan sacarla. La empresa tiene una sucursal en San Luis, por lo que nos pusimos en comunicación con los compañeros de allá y nos apoyaron desde el primer momento. La decisión la tomamos de conjunto y ellos también están bloqueando la entrada y salida de camiones.

V: ¿Cuántos trabajadores hay en esta planta?

RC: Somos 150 trabajadores acá, y en San Luis, aproximadamente lo mismo.

V: ¿Cómo se organizan para sostener el acampe?

RC: Cada uno en su turno de trabajo, nos quedamos las ocho horas. Estamos todos los trabajadores bancándolo, incluso sábados, domingos y feriados. Se fueron acercando muchas organizaciones, vecinos que nos alcanzan agua para el mate, comida y demás

V: ¿Qué esperan que haga la empresa?

RC: Nosotros estamos pidiendo que vuelvan las condiciones anteriores. Sin embargo, los empresarios no están cambiando su postura que tiene tres puntos principales: el despido de 33 compañeros que ya recibieron el telegrama, la baja del salario a un 50% y por último quieren recategorizar nuestro trabajo. A través de distintas luchas fuimos consiguiendo que nuestra categoría sea la máxima. Por ejemplo, habíamos conseguido que una compañera que hace trabajo de maestranza también tenga la máxima categoría y es el ejemplo que usan siempre los empresarios para subestimar nuestro trabajo.

V: ¿Cuál es la posición del sindicato?

RC: La comisión interna del sindicato está codo a codo con nosotros, en la carpa. Los delegados de base están distribuidos también en los turnos. La Federación y el sindicato de CABA nos expresaron la solidaridad, pero hasta el momento, como estamos en plena negociación no intervinieron. Llegado el caso, se comprometieron a apoyarnos.

V: ¿Qué perspectiva tienen ustedes de esta lucha?

RC: El primer interlocutor que puso la empresa era el abogado Cucurulo, quien intervino en los despidos de Cresta Roja, Avianca y Carrefour. Ahora fue reemplazado por otro abogado del mismo estudio, pero que se presenta como más dialoguista. La postura ahora es que quieren dialogar, porque dentro de la empresa de San Luis tienen mucha materia prima de otra empresa que es Saniza y se les están generando más conflictos al no poder sacar esa mercadería.

En estos tiempos vamos a priorizar la reincorporación de los 33 compañeros, pero no vamos a resignar la lucha de tantos años y que tanto nos costaron. De momento estamos fuertes, dándonos ánimos entre todos, con las familias apoyando. Son muchos años de luchas, en donde, con la fuerza de los hechos y de ir logrando todo lo que nos proponíamos se fueron viendo los frutos de nuestra organización.

V: ¿Algo más que quieras agregar?

RC: En principio agradecer la difusión, este conflicto es clave para los trabajadores, donde una y otra vez nos tratan de correr del centro. En esta empresa, hay para repartir, porque el rendimiento está atado al precio del poroto de soja. La frontera sojera cada vez es más amplia, y cada vez se exporta más e ingresan dólares genuinos. Por eso tenemos la capacidad de luchar como lo estamos haciendo y de ir generando una conciencia a través del tiempo. Esta lucha, creemos humildemente que es un aporte a todos los trabajadores, demostrando que es posible un sueldo digno.

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