En la provincia de Mendoza, la gestión de Cornejo ha logrado avanzar sin grandes sobresaltos en todos sus planes: tarifazos, salarios a la baja, disciplinamiento de los sindicatos y política de “mano dura”. Es uno de los gobernadores más sobresalientes del panorama, a tal punto que ya empieza a proyectarse en la carrera nacional como dirigente radical destacado para una posible fórmula presidencial.

Aprobó casi todas las materias. Pero se llevó educación a febrero.
A días del inicio de clases, y luego de que todos los gremios estatales pusieran su firma al ajuste salarial, sólo el SUTE permanecía con la paritaria abierta. La decisión fue tomada por 17 de 18 departamentos en el último plenario provincial: no al recorte salarial por tercer año consecutivo. No al aumento del 15,7% en tres tramos, cuyo primer aumento fue pulverizado ya por la inflación de enero y febrero.
Los/as trabajadores/as de la educación somos hoy el principal bastión de resistencia al ajuste, producto, entre otras cosas del ensañamiento sin reservas que el gobierno despliega contra nosotros/as. Por eso nuestra lucha es la de todos/as los/as trabajadores/as mendocinos/as. La victoria de nuestra lucha puede cambiar completamente el escenario para las peleas que vendrán. Si los/as 60.000 maestras/os, profesores/as y celadores/as logramos frenar, aunque sea momentáneamente, el ajuste; las posibilidades de recomponer un frente de resistencia y de profundizar la lucha será mucho más fácil.
El resultado de este proceso de organización culminó en que los y las trabajadores de la educación de Mendoza salimos a las calles masivamente contra la miseria salarial, contra el ajuste que el gobierno quería imponernos por decreto y por #MásParaEducación.
El pasado 26 de febrero hubo una nueva reunión paritaria en la que el SUTE presentó la contrapropuesta de recomposición salarial más un aumento mes a mes de acuerdo a la inflación. Como no se llegó a un acuerdo, las negociaciones con el gobierno pasaron a un cuarto intermedio hasta el viernes 2.
El decreto, con el que gobierno había amenazado desde hace días, quedó en suspenso. Esto es una muestra de que no está dispuesto a pagar ese costo político y que debe negociar. La fuerza que ha cobrado el reclamo salarial, en el marco de la campaña #MásParaEducación que compromete a toda la sociedad, es muy grande. La constatación de esto es la masiva movilización que desbordó las calles mendocinas.
En este marco, 17 mil compañeros/as de escuelas de toda la provincia, incluyendo departamentos del este, Valle de Uco y del sur, llegaron hasta la ciudad. Fueron parte de la movilización también las y los docentes universitarios/as organizados/as en FADIUNC y la docencia de gestión privada, SADOP. Gremios, organizaciones sociales y políticas estuvimos presentes también porque es una lucha de todos/as.

#MásParaEducación
Un informe elaborado por el Colectivo de Economía Crítica a pedido del SUTE demuestra que el presupuesto en educación no sólo se redujo producto del recorte generalizado en el Estado provincial, sino que además, su participación dentro del presupuesto total cayó 5,1%: de 25,2% en 2015 al 20,1% presupuestado para 2018. Es decir: en educación se vivió un doble ajuste.
No conforme con el desfinanciamiento, según el gobierno, los/as trabajadores/as somos los/as responsables de la crisis del sistema. Somos quienes faltamos cada vez que podemos, quienes comemos la merienda de nuestros/as estudiantes, quienes ganamos salarios de 20.000 pesos en promedio, quienes trabajamos poco y exigimos mucho, entre otros males.
La realidad cotidiana del sistema educativo es precisamente todo lo contrario. Por eso estamos hartos/as, estamos enojados/as. Por eso decimos que esta batalla no es sólo por el salario: es contra la mentira, el maltrato, la bravuconería del gobierno y su insistencia en demostrar que es el gobernador el que manda. Los/as trabajadores/as de la educación vamos enfermos/as a trabajar como resultado del Ítem Aula, única mejora -rayana con esclavismo- de la que Cornejo puede jactarse. Tenemos salarios de entre los más bajos del país: $11.000 para un/a docente que se inicia; poco más de $7.000 para un/a celador/a. Somos quienes pagamos la merienda de los/as estudiantes de nuestro bolsillo cuando esta no alcanza, quienes pintamos escuelas, regalamos útiles, pagamos las fotocopias para que todos/as puedan estudiar. Damos amor, comprensión; quienes detectamos y combatimos casi sin herramientas el bullying y la violencia entre otras cosas. Somos el único sostén del sistema educativo cuando el pilar de la educación, el Estado, ya se ha desentendido.

La lucha sigue y es nacional
El panorama local es complejo: el gobierno, a pesar de no poder sacar el decreto rápidamente por los costos políticos que esto tendría, sigue fuerte. Los efectos del descuento del Ítem Aula minan, en gran medida, la posibilidad de impulsar un paro sostenido para torcerle el brazo al gobierno.
Pero algo ya ha cambiado: en primer lugar, la capacidad de movilización demostrada expresa la reserva moral del sector y la bronca acumulada. En segundo lugar, la comunidad ha empezado a cambiar, parcialmente, la visión que el gobierno intentó imponer sobre nosotros/as. La campaña #MásParaEducación puso sobre la mesa que nuestra lucha es no sólo por el salario, sino por el conjunto del sistema educativo. Ese trabajo debe sostenerse en el tiempo.
En simultáneo y en el contexto del no inicio de clases planteado por CTERA, la nacionalización de la lucha tiene que ser la base desde la cual fortalecer la pelea.En ese sentido, el Plenario Provincial del SUTE resolvió adherir a esta medida, realizando el paro de 48 hs del 5 y 6 de marzo. Apelar a la solidaridad de otros sectores de trabajadores/as, de padres, madres, estudiantes y unificar acciones a nivel nacional que se sostengan a lo largo de tiempo es el camino.
El gobierno nacional y los gobiernos provinciales vienen por todo. Y lo harán según la táctica del “reformismo permanente”, es decir, el asedio constante y desde todos los flancos sobre el salario, nuestras condiciones de trabajo y también sobre el derecho inalienable de una educación pública, gratuita, científica y crítica para nuestros pibes y pibas.
Con la bandera de la unidad más amplia, saliendo a ganar a toda la comunidad para la lucha. Porque esta lucha es de todos/as. Con la convicción de que somos más y somos más poderosos/as que ellos si confiamos en nuestras fuerzas.

La lucha sigue
¡Ahora es cuando!

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