La pandemia del coronavirus hizo que el trabajo del Malbrán sea noticia. Se han hecho merecidos reconocimientos populares pero no siempre se conoce en qué consiste la importante labor de esta institución sostenida por el compromiso de sus trabajadores y trabajadoras mal pagos y precarizados. Para saldar este desconocimiento, entrevistamos a la Dra. Sonia Gómez, bióloga investigadora del Conicet en el Malbrán.

V-PT: ¿Qué es el Malbrán? 

El “Malbrán” es parte de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS), que está compuesta por 11 institutos localizados en distintas partes del país, cada uno con funciones específicas (dengue, chagas, hantavirus, etc.), todos dependientes del Ministerio de Salud de la Nación. “El Malbrán”, propiamente dicho, es el edificio situado en la Av. Vélez Sarsfield 563 de la Ciudad de Buenos Aires. El edificio fue inaugurado en 1916 y hoy en día es Edificio Histórico. Allí funcionan el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (INEI) donde yo trabajo, el Instituto Nacional de Producción de Biológicos y el Centro Nacional de Control de Calidad de Biológicos.

El edificio lleva el nombre del ideólogo y creador del Instituto Nacional de Microbiología y Conservatorio de Vacunas, el Dr. Carlos G. Malbrán, que en ese momento (1895) dirigía la Sección Bacteriología de la Oficina Sanitaria Argentina. Este Instituto fue pensado por el Dr. Malbrán para impulsar la cultura científica del país y para ser un centro de elaboración de sueros, vacunas y productos biológicos destinados al diagnóstico, tratamiento y profilaxis de las enfermedades infectocontagiosas.

V-PT: ¿Cuál es la importancia social del Malbrán?

Casi todo eso que nombré como objetivos fundacionales siguen vigentes hoy en día, por lo tanto la importancia social que tiene es enorme. Algunas tareas se fueron incorporando y muchas otras se fueron reduciendo gobierno tras gobierno, lamentablemente. Puntualmente, el INEI es Centro de Referencia acreditado por la OMS, está formado por los departamentos de Virología, Micología, Bacteriología y Parasitología. Cada uno de estos departamentos tiene funciones específicas, y se ocupa de lo que llamamos diagnóstico referencial, vigilancia de patógenos relevantes, el control de calidad, la investigación y la transferencia de conocimiento. Brevemente, lo que hacemos es detectar y estudiar patógenos emergentes o estacionales o endémicos, e incluye patógenos raros, nuevos, de difícil detección, de difícil tratamiento, etc. Por otra parte también hacemos lo que llamamos vigilancia de patógenos relevantes como el meningococo (causante de meningitis), pneumococo, Escherichia coli causante del Síndrome Urémico Hemolítico, gripe, sarampión, parásitos como los causantes de toxoplasmosis o hidatidosis y hongos superficiales o invasivos.

Cuando detectamos algo nuevo y desarrollamos el método de detección, lo transferimos a las provincias y al continente para que cada centro regional pueda detectarlo también. Si traemos la tecnología de “afuera”, la ponemos a punto nosotros testeándola y luego la trasferimos. Esto implica llevar adelante cursos de actualización anuales, por ejemplo. Y también llevamos adelante el control de calidad. Lo que hacemos es enviar patógenos que circulan cada año de difícil detección, los enviamos a todos los centros de salud que participan del Programa Nacional de Control de Calidad y “les tomamos prueba”, a ver cuán bien identifican al patógeno y detectan sus características biológicas (en mi caso particular el interés está en que detecten los mecanismos de resistencia a los antibióticos).

Todas estas funciones son de gran importancia social que la población no ve a diario porque el Malbrán no es un hospital. Los hospitales y laboratorios nos envían lo que ellos mismos no pueden detectar o lo que es de derivación obligatoria (meningococo por ejemplo) para que en nosotros hagamos todo lo que mencioné arriba.

El INPB (el Instituto de Producción de Biológicos) produce antisueros para detección de algunos patógenos (Escherichia coli intestinales, Salmonella, etc.), sueros antiofídicos, algunas vacunas como la BCG (intravesical que se usa para tratar el cáncer de vesícula), entre otras cosas. Dicho instituto no tiene mucha visibilidad y la producción no es a gran escala.

V-PT: ¿Cuáles son las condiciones de trabajo?

Las condiciones de trabajo referidas específicamente a las modalidades de contratación son diversas y fueron surgiendo nuevas modalidades cada vez más precarias gobierno tras gobierno (porque también se podría hablar de condiciones de trabajo en términos de seguridad biológica, ambiente laboral, etc.). Dentro de la Administración Pública, el ANLIS tiene 1100 trabajadoras y trabajadores y posiblemente dentro del Estado, sea la administración que perciba los sueldos más bajos de todos. Existe gran diversidad de cargos con distintos niveles de precarización; la mejor situación tal vez sea la de los profesionales de planta, que son cargos que fueron concursados cuando existían los concursos. Luego, los profesionales contratados, que año a año deben renovar su contrato con el Estado (hay gente que lleva más de 20 años así), y luego las carreras de técnicos y personal de apoyo (SINEP, 1133/09). En la actualidad, según ATE – Malbrán, “los trabajadores del ANLIS-Malbrán perciben una remuneración ostensiblemente inferior al resto del personal científico-técnico nacional. Hoy en día, el salario de un técnico especializado está muy cercano a la línea de indigencia y el de un profesional con más de 5 años de carrera, en el límite de la línea de pobreza. Para que te des una idea, aproximadamente, $ 24.000 de bolsillo técnicos/secretaries/personal de apoyo y $35 o 37.000 profesionales con 5 años de antigüedad”.

En todo el Malbrán también trabajamos aproximadamente ocho personas que pertenecemos a CONICET, ya sea como investigadores o becarios. Nuestros salarios dependen del ahora Ministerio de Ciencia y Técnica y son un poco más altos que los del ANLIS.

V-PT: En este marco general ¿qué implicó el gobierno de Macri?

Con Macri digamos que todo empeoró ya que desde el vamos, bajando al Ministerio a la categoría de Secretaría, el presupuesto se redujo en un 50% y en ese período se perdieron 10 % de trabajadores que no fueron repuestos, ya sea porque se jubilaron y/o porque se fueron a trabajos mejor remunerados. En 2019 tuvimos cero pesos para la compra de equipamiento por ejemplo, además se frenaron todas las obras de remodelación de laboratorios, obras y reparaciones grandes.

Algunos laboratorios nos venimos manteniendo gracias a los subsidios que obtenemos los investigadores por proyectos puntuales otorgados por el MinCyt o fuentes externas como la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

V-PT: ¿Qué rol tiene la investigación en este contexto de pandemia?

Puedo decirte que en el Malbrán nosotros más bien hacemos investigación aplicada. El resto de los laboratorios dependientes de la Universidades o institutos del CONICET, hacen investigación básica en temas gran variedad de líneas de trabajo.

Cada departamento del Malbrán hace el trabajo referencial y también se investiga y se analiza todo lo que “controlamos” o “vigilamos”.  La investigación es parte de nuestro trabajo, así que investigamos las características biológicas y moleculares de los patógenos que “vigilamos” o que nos llegan. Gracias al trabajo de investigación que hacemos a diario, antes de que llegue el ébola, ya teníamos puesto a punto el método de detección (¡por suerte jamás llegó!), antes de que llegue el covid-19, ya teníamos la técnica para la detección, y así con todos los patógenos potencialmente peligrosos para Argentina o que son emergentes en otras partes del mundo y que con la globalización debemos estar preparados por si nos llegan. En el caso puntual de mi trabajo, nosotros seguimos y estudiamos todos los mecanismos de resistencia a los antibióticos. De esa manera, no solo “seguimos” a los que ya tenemos en el país, sino que además estudiamos a los que todavía no han llegado.

V-PT: ¿Qué investigan los laboratorios y empresas farmacéuticas?

Como soy parte de la comisión evaluadora de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, puedo decirte la cientos de líneas de investigación que hay en el país… los privados se dedican a investigar muchas cosas técnicas que luego les sirvan como desarrollo para ganar guita. Eso deberíamos hacerlo nosotros también (incorporar tecnología de avanzada al estado), pero bueno… solo algunos laboratorios lo pueden hacer.

Las farmacéuticas no están dedicándose a desarrollar nuevos antibióticos. Los microorganismos cambian tanto (tienen tasas altas de mutación) y tan rápido que no les da el tiempo para estudiar, desarrollar, hacer las 4 fases de prueba y sacar al mercado, entonces cuando sale finalmente a la venta ese microorganismo ya cambió y esa droga no te sirve más. No es negocio. Así que ponen guita en enfermedades crónicas (cáncer, artritis, diabetes, autoinmunes, cardíacas, etc.) y también en tecnología (nanobiología), desarrollando chips que por ejemplo te detecten en tiempo real parámetros fisiológicos en un paciente crónico, o chips que luego de detectar un cambio en la glucemia, secreten ya la dosis de insulina que estabilizaría dicho desarreglo. Entre otras cosas.

V-PT: ¿Por qué Argentina carece hoy de tests en cantidad? ¿No podría producirse localmente?

No puedo contestar bien esta pregunta porque no estoy en virología. Hay algo que puedo contestar con certeza y es que en estos momentos casi todo el planeta está reclamando reactivos de detección de Covid – 19. Por lo tanto, nosotros tenemos comprados o pedidos reactivos como para lo que se espera venir, el problema es que NO HAY por la increíble demanda. Nosotros usamos el kit del Center for Disease Control yanqui y también un kit alemán. Digamos, para no desesperar, esos reactivos van a llegar, pero están tardando por la increíble demanda mundial. El método que usamos acá está validado y ya tiene demostrada alta sensibilidad y especificidad. Por otra parte, nosotros también tenemos muy bien desarrollado el sistema de registro y seguimiento de positivos y negativos, cosa no menor, porque el conocimiento de la epidemiología local nos va a ayudar a comprender cómo se disemina este virus en nuestro medio. Por otra parte, países como Inglaterra están desarrollando tests masivos (por ejemplo uno en el que te pinchás el dedo y te dice si tuviste o tenés la infección, por ejemplo https://www.theguardian.com/world/2020/mar/25/uk-coronavirus-mass-home-testing-to-be-made-available-within-days), pero todavía no están validados esos tests. Y los yanquis, son tan individualistas que cada estado hace lo que quiere, al CDC se le fue de las manos el registro de casos. De hecho, los números del CDC (del gobierno federal, lo que aquí sería nación) no coincidían con los de cada estado, entonces el Centro ¡decidió dejar de reportar el número total de casos! ¡¡¡Un desastre!!! (https://www.nytimes.com/interactive/2020/03/17/us/coronavirus-testing-data.html).

V-PT: ¿Qué líneas de investigación habría que profundizar desde un objetivo puesto en la salud del pueblo?

Es difícil decidir si se debe estudiar lo que mata más o lo que enferma más. Habría que estudiar todo lo local en principio. Me parece que un gasto innecesario es poner dinero en enfermedades que son propias o más prevalentes en el hemisferio norte por ejemplo.

En términos específicamente de infectocontagiosas, es complicado decir donde se debe poner más dinero. Me parece que hay cuestiones que más que dinero requieren de intención política. Argentina tiene grandes deudas con aquellas enfermedades instaladas hace añares, que afectan a cientos de miles de personas, pero que como son crónicas, las padecen más bien los pobres y no matan tan rápido o tanto, quedan ahí. Ejemplo, la enfermedad del Chagas. En el país hay varios grupos de investigación trabajando en el tema, pero debería ser una cuestión de estado, una decisión política la de ir a los sitios donde es endémica y hacer lo que corresponde. Otro caso parecido es el de la tuberculosis, que aumentó con el HIV y en los últimos años con el hacinamiento en los talleres de costura. Sigue siendo un problema importantísimo, sin solución a corto plazo. Y en los últimos años hantavirus (que depende de la floración de la caña y de un trabajo de desratización y concientización de la población de los pueblos que tienen hanta) y dengue (este último un problema realmente enorme)

Hay parásitos u hongos que se detectan 1 en 1.000.000, pero cuando aparecen te matan en 3 horas.  Bueno. A esos también hay que estudiarlos y conocerlos para que antes de las 3 horas lo podamos detectar y curar.  Hay algunos microorganismos que son más comunes en el Caribe o en otras regiones de América y no en Argentina, pero es necesario estudiar y conocer la epidemiología local y regional para poder estar alertas y preparados para el momento en que el microorganismo llegue, porque últimamente todo llega. Por supuesto que como país, también se debe seguir con la enfermedades no transmisibles/crónicas/genéticas/ etc. etc.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, ingresá tu comentario
Por favor, ingresá tu nombre aquí