El 29 de mayo se desarrolló en todo el país el quinto Paro General convocado por la CGT contra el Gobierno de Macri, con un alto nivel de acatamiento. Adhirieron a la medida sectores de la producción, servicios, transporte, bancos, escuelas, hospitales y dependencias estatales, incrementándose los niveles de adhesión en los grandes centros urbanos. Una vez más quedó demostrada la capacidad que posee la clase trabajadora, en tanto productora de la riqueza social, para parar el país cuando se toman medidas contundentes.

Mientras la burocracia de la CGT y el resto de las conducciones sindicales convocantes llamaron a una medida pasiva, el carácter activo del paro se lo imprimieron los distintos sindicatos, comisiones internas, organizaciones sociales, territoriales y políticas, principalmente del campo de la izquierda, que protagonizaron movilizaciones, actos y piquetes a lo largo y ancho del país. Si bien acotado al campo del activismo obrero y popular, las acciones directas buscaron visibilizar los conflictos que desde muchos sindicatos son ninguneados. Se logró generar una alternativa de organización y lucha de lxs trabajadorxs que cada vez padecemos más crudamente las políticas de ajuste del macrismo, el FMI y los gobernadores y que no nos resignamos a ver pasar los despidos y la creciente pobreza que padece nuestro pueblo trabajador.

Desde Venceremos, junto a la Corriente de Izquierda Poder Popular, fuimos partícipes de distintas acciones que se desarrollaron en el área metropolitana de Buenos Aires: en 197 y Panamericana impulsado por el Espacio de Trabajadorxs de Zona Norte, en el corte del Puente La Noria desde la Coordinadora de Organizaciones en Lucha y el en Puente Pueyrredón con un fuerte prescnecia de las organizaciones de izquierda. Del mismo modo, tuvimos una activa presencia en distintas provincias de nuestro país. En Córdoba como parte de la Multisectorial en Lucha, partimos desde Bv. San Juan y Arturo M. Bas, lugar donde cayó Máximo Mena, trabajador del SMATA, primer mártir del Cordobazo; en Mendoza junto a distintos gremios (entre ellos el SUTE) y organizaciones territoriales que realizaron un acto frente a la Legislatura; en Rosario en la movilización a la Bolsa de Comercio; en Neuquén con las fuerzas de izquierda junto con el sindicato ceramista y organizaciones sociales confluyendo en el acto de la CTA en una columna independiente en defensa de las gestiones obreras; en Mar del Plata movilizamos con otros sectores de izquierda a la Municipalidad.

 

A 50 años del Cordobazo, la CGT propuso un paro dominguero

En el día que se conmemoró el 50 aniversario de la gesta histórica del Cordobazo, esa rebelión de obrerxs y estudiantes que dió comienzo al fin de la dictadura militar de Onganía, la cúpula de la CGT convocó a un nuevo paro sin movilización ni perspectivas de continuidad. En tanto el sector disidente de la central estructurado en el Frente Sindical por el Modelo Nacional llamó a la realización de ollas populares. De cara a los próximos meses, los pasos a seguir por las distintas cúpulas sindicales son difusos. Todos los sectores burocráticos, el binomio Daer-Auña, los gordos e “independientes” y el FRESIMONA  de Hugo Moyano, expresaron sus críticas, en sus respectivas conferencia de prensa, al gobierno de Macri y al rumbo de la economía. En sus declaraciones, incluso, dejaron la puerta abierta para nuevas medidas de fuerza antes de las elecciones si no se cambia la política económica o se ataca a las organizaciones sindicales. Sin embargo, en su retórica agitativa estuvo ausente en concreto un planteo con un curso de acción claro. La intervención tiende a poner el centro de su atención en darle forma al cierre de listas y a la disputa electoral de cara a las primarias de agosto.

La reacción tardía de la central obrera responde más a buscar descomprimir el malestar y la conflictividad latente por abajo ante que a una búsqueda genuina de oponer un programa de demandas y exigencias para mejorar las condiciones de trabajo y recuperar el salario y el empleo perdido. El paro llamado desde la conducción de la CGT, previamente al lanzamiento de la candidatura Fernández-Fernández, les permitió a Dáer, Acuña y compañía posicionarse en mejores condiciones  frente al nuevo escenario político que se abre, al permitirles mostrar nuevamente la capacidad de dirección con la que cuentan hacia el interior del movimiento obrero organizado en tanto garantes de la contención de la conflictividad social durante estos años de ajuste sostenido. La manifestación de los reacomodamientos políticos que se darán en las próximas semanas en las conducciones sindicales ya comienzan a hacerse visibles en el posicionamiento que han tenido en los últimos días distintos dirigentes de estos bloques, algunos ya abiertamente alineados a la fórmula FF y a su planteo de “pacto ciudadano con responsabilidad social”. Más allá de las preferencias particulares, todos abonarán a los distintos proyectos políticos, que se proyectan de cara a octubre, sin buscar romper con el FMI y su política de subordinación de los intereses de la clase trabajadora a las necesidades del capital financiero internacional.

Más allá de los acuerdos por arriba que tejan esas conducciones sindicales,  lxs trabajadorxs tenemos la necesidad de mantenernos alertas y en pie de lucha. En primer lugar para derrotar a este gobierno de hambre. También, para evitar que -tras el reordenamiento político que siga a octubre- se descargue sobre la clase trabajadora el costo de la crisis, de la deuda y de las políticas de entrega que se vienen llevando adelante. Para ello seguirá siendo central, como ahora, apelar a la huelga, a los piquetes, a la unidad del movimiento obrero y popular, con el norte claro en la defensa de los intereses de las y los trabajadores.

Contra las políticas de hambre y explotación, ¡Abajo el programa de ajuste y saqueo de Macri y el FMI!

 

RECUADRO

Con la memoria viva del Cordobazo, las calles no se entregan

Hace 50 años, como hoy, se atravesaba una situación económica de inflación, tarifazos, congelamiento de paritarias, y los distintos sectores de la sociedad salieron a las calles en oposición a la ofensiva ajustadora y privatista. El Cordobazo potenció una alternativa combativa de la clase trabajadora. La acción independiente de masas, con Agustín Tosco a la cabeza, fue posible mediante la unidad de acción para el combate callejero, que traccionó a sectores muy diversos, incluidas expresiones burocráticas del movimiento obrero. En ese marco, el Sindicalismo de Liberación planteó una perspectiva de emancipación nacional y social y una capacidad de intervención efectiva que reivindicamos plenamente. Así surge una nueva etapa de la clase obrera en la Argentina.

Lxs trabajadorxs no podemos quedarnos esperando que nuestras necesidades sean resueltas por quienes generan las condiciones de pobreza y marginalidad. Por eso debemos seguir apostando a la construcción de organización en cada lugar de trabajo, barriada, espacios de estudio para poner por delante nuestros intereses de clase y salir a luchar en consecuencia. Tejiendo lazos de unidad y solidaridad para ir forjando una conciencia de clase en la lucha resaltando que los padecimientos sectoriales se enmarcan y explican por las consecuencias de opresión y explotación que nos impone el sistema capitalista y patriarcal. Para imponerle a los gobiernos y a las burocracias un programa de lucha que condicione su accionar y limite su margen de acción. Porque somos lxs trabajadores quienes creamos y hacemos mover al mundo, y con esa certeza tenemos que salir a tomar el destino en nuestras manos y forjar un futuro más cercano a como lo soñamos.

A 50 años del Cordobazo  seguimos transitando esa huella histórica: por un poder obrero y popular, por el socialismo.

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