El 28 de marzo culminó la primera parte de una campaña que tiene por objetivo pasar a la ofensiva contra el gobierno: la campaña del SUTE y de todos/as los/as trabajadores/as de la educación contra el ítem aula.

Recordemos: el ítem aula es una suerte de doble presentismo. Cualquier docente que falta más de tres días en el mes por enfermedad, accidente o porque su hijx se enferme obtiene además el castigo de que se le descuente una parte de su salario. Pero además es un disciplinador formidable: un solo día de paro significa la pérdida de todo el ítem aula del mes. Un monto cercano al 10% del salario. El ítem aula es un ensayo de reforma laboral precarizadora que, de no ser derrotado, será la punta de lanza para otros sectores y provincias.

¿Cómo hizo el gobierno de Alfredo Cornejo para ganarse a la sociedad? Instaló la idea de que los problemas de la escuela pública son responsabilidad de lxs trabajadorxs, quienes en verdad sostienen un sistema que sea cae a pedazos. Se trata de una idea construida en el tiempo y que no distingue color entre las fuerzas políticas patronales. “¿Es justo que el que va todo el año, el que se pela, cobre lo mismo el que cada muerte de obispo o agarra cuánta licencia tiene a mano? Yo creo que no.” Son palabras de Cristina Fernández en la 132 apertura de sesiones legislativas. Idénticas afirmaciones aparecen en spots de campaña de Sergio Massa en 2015 o en declaraciones de Mauricio Macri en 2016, ya electo presidente.

En todos los casos se repite lo mismo: los males de la escuela son producto de lxs docentes que faltan. Esa campaña de desprestigio agrietó un lazo fundamental para la defensa de la educación pública: la alianza trabajadores/ as y comunidad. A través de esa grieta se coló una política nefasta que culpa a quienes estamos todos los días en las escuelas y le permite al gobierno avanzar en todos sus planes de desmantelamiento de lo que alguna vez conocimos como escuela.

Frente a esto el SUTE sale a decir: no lxs docentes, sino el gobierno es el ausente. Es una campaña ofensiva, dirigida a la comunidad educativa. Porque en este año y medio de conducción hemos aprendido que para torcerle el brazo al gobierno hay que pegarle donde le duele: en el consenso social. Vamos a salir a decir cuál es la verdad de las escuelas: el ítem aula no solucionó ningún problema. No arregla edificios, no da de comer a los pibes y pibas que necesitan más y mejores meriendas, no mejora los salarios por debajo de la línea de pobreza ni tampoco ayuda a que en las escuelas se aprenda mejor. Solamente disciplina, destruye derechos elementales como a estar enfermo/a y precariza condiciones de trabajo.

El 28 de marzo presentamos con legisladores de la oposición un proyecto de derogación del ítem y marchamos por la ciudad con una bandera gigante que decía NO AL ÍTEM AULA. El paso siguiente es profundizar la campaña: convocar a todas las organizaciones a sumarse a la campaña, que es la de todxs: compañerxs de organizaciones sociales, todas esas madres que luchan junto a nosotrxs contra los cierres de cursos o por las escuelas arruinadas a la que asisten sus hijxs. Compañeras de las organizaciones feministas que saben que el ítem aula no tiene nada que ver con las necesidades reales de las compañeras, como por ejemplo, la reglamentación de licencias por violencia de género. O bien, con la realidad de los/ as pibes, quienes reclaman ESI.

Vamos a decir a la sociedad que la comunidad educativa está presente, que tiene propuestas y demandas para superar la crisis gravísima a la que han llevado a la educación. Se trata de una tarea de unidad, de audacia y de disputa a fondo por la conciencia de nuestro pueblo.

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