“Las Tesis de abril”. Aunque más no sea por razones de calendario, tendríamos que leer este excepcional trabajo de Lenin. Pero en clave actualizada. Algo así como Las Tesis de Abril para el siglo XXI.

 

La Revolución de febrero de 1917 en Rusia derroca la a monarquía zarista. Durante siglos las dinastías zaristas eran semidioses en la Tierra y por lo tanto todopoderosos, por encima del Estado y de la ley. Puro poder sobrenatural y por lo tanto dictatorial y despótico. Todas las clases: burguesía, campesinado, clase obrera coincidían en el rechazo del zarismo.

Pero esta revolución, de febrero de 1917, que derriba al zarismo, encarama en el poder a la gran burguesía que se constituye en gobierno y que alienta la conformación de los Soviets que estaban dirigidos por progresistas y centro izquierdistas de los partidos Menchevique y Social – revolucionario. Los bolcheviques eran minoría en los soviets, que eran grandes asambleas de obreros y de campesinos. La burguesía en el gobierno busca un acuerdo con los obreros y campesinos, aceptando que se organicen en soviets y sindicatos y encuentra el apoyo y buena voluntad de los dirigentes de los soviets de obreros y campesinos dirigidos por intelectuales de origen pequeño burgués y pertenencia centro izquierdista. (En nuestro siglo XXI y en nuestro país serían los Pérsico, Menéndez, Castro, Alderete, Grabois que ahora son funcionarios del Estado y militantes del Frente de Todos). Y así estos dirigentes “progresistas” y centroizquierdistas de Rusia del 1917, en acuerdo con el gobierno, desactivan las huelgas y restan apoyo a las luchas por las 8 horas. Cuando apoyaron que Rusia continuara en Guerra (Primera Guerra Mundial 1914-1918) se ganaron el repudio especialmente de las mujeres que hacían impresionantes marchas con sus hijos e hijas reclamando la vuelta de sus maridos e hijos de los frentes de combate. Este descrédito de los centroizquierdistas permitió a los bolcheviques, que criticaban duramente al gobierno y sus aliados, aumentar prestigio y consideración en los Soviets.

Lenin, líder indiscutido del Partido Bolchevique, había vuelto del exilio en los primeros días de abril de 1917. Y se encontró con que el Pravda (órgano de los bolcheviques) dirigido por Stalin apoyaba al gobierno provisional burgués. Lenin logró que se retirara ese apoyo. Por otro lado, Stalin y Kámenev planteaban la necesidad de hacer un único partido con mencheviques y social-revolucionarios. Lenin en cambio planteó la más amplia separación. Varios meses de intensas reuniones, conversaciones y debates hasta el mes de octubre, le llevaron a Lenin para convencer a sus camaradas que la mejor política era “la más amplia separación” de los social-revolucionarios y mencheviques incorporados al gobierno. Y es que centro izquierdistas y burguesía en el gobierno aspiraban a que se consolidara una república democrática burguesa al estilo occidental. (Como Néstor Kirchner, que planteaba como central tarea para su gobierno restaurar la burguesía Nacional y así sanear el capitalismo argentino). Lenin, en cambio, planteó la necesidad de una “segunda revolución” que destituyera a la burguesía y pequeña burguesía que ahora estaban en el gobierno para conformar un gobierno Obrero y Campesino y construir el Socialismo. Con estas posiciones estratégicas y ante el desprestigio del gobierno y sus socios progresistas los bolcheviques van ganando las direcciones de los soviets. Lo mismo pasa en el Movimiento de Mujeres que tiene su propia prensa que se llamaba Rabotnitsa. La creciente carestía de la vida y la continuidad de la Guerra vuelcan al movimiento de mujeres trabajadoras a la oposición radical al gobierno y de todos sus socios. Se multiplican las mujeres bolcheviques.

En mayo se conforma un gobierno de coalición y varios mencheviques y social-revolucionarios son nombrados ministros. Su primera medida es organizar un Pacto Social (toda similitud con los Pactos Sociales en Argentina no es pura casualidad) con representantes de todas las instituciones del Estado, de los empresarios, de la Iglesia y representantes obreros y campesinos cooptados. Pero como este Pacto Social no logra parar las huelgas y las movilizaciones viene el golpe militar de Kornílov. Los bolcheviques se enfrentan a los militares golpistas pero sin dar ningún apoyo al gobierno burgués dirigido por Kerensky. Todas estas políticas de los bolcheviques que mezclan alianzas con tajantes delimitaciones les permiten ganarse las direcciones de los Soviets y crecer como partido.  El Comité Interdistrital de Trotsky apoya la política de los bolcheviques y terminan incorporándose al partido de Lenin. Trotsky se hace cargo de la dirección del Pravda (Órgano Oficial del Partido). Lenin llama a que los Soviets tomen el Poder.

De febrero a octubre de 1917 los bolcheviques dan una magistral enseñanza de lo que son las políticas de alianzas, las tácticas, los cómo, inspiradas en los intereses de la clase obrera. Son las Tesis de Abril para el siglo XXI. Es el legado que nos dejaron. Aprovechémoslo.

Desde Córdoba. 14 de abril de 2021. Carlos Vasco Orzaocoa.

 

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