El gobierno argentino, expresión de la descomposición acelerada del sistema, fiel a su esencia colonial y cipaya, ha publicado este 12 de octubre un lamentable video reivindicando a Colón y a la conquista española de estas tierras y estos pueblos. Esa visión eurocéntrica, que exalta la conquista, que hace propia la mirada de “desarrollo y progreso” de los colonizadores, adquiere la mueca ridícula y patética que el gobierno de los hermanos Milei imprime a todo lo que toca. Pero la concepción de fondo está mucho más extendida, siendo una verdadera “razón de estado”.

Nada que celebrar

Fue un genocidio. La expropiación de tierras fue de la mano de la imposición del trabajo forzado, del mestizaje surgido de las violaciones, de la estructuración de una dominación colonial, racista y patriarcal. En nombre de “Dios”, la espada y la cruz fueron juntas para expoliar y saquear a un continente. La deshumanización y la negación de quienes aquí vivían, de sus lenguas, sus culturas, sus formas de ser en la Tierra. El epistemicidio, desde entonces, con diversos ropajes, niega la capacidad de conocer de los pueblos oprimidos. La cosificación extrema que redujo a millones de seres humanos a mercancías trasladadas a la fuerza y vendidas y compradas.

La “civilización” occidental y cristiana proclamó su “superioridad”, dando nacimiento a una “modernidad” que no es otra cosa que el “encubrimiento del otro” al decir de Enrique Dussel. Decía el “Requerimiento que se ha de leer a los indios” en su párrafo final, escrito y leído en castellano, luego de exigir el sometimiento de la población:

“Y si así no lo hicieseis o en ello maliciosamente pusieseis dilación, os certifico que con la ayuda de Dios nosotros entraremos poderosamente contra vosotros, y os haremos guerra por todas las partes y maneras que pudiéramos, y os sujetaremos al yugo y obediencia de la Iglesia y de Sus Majestades, y tomaremos vuestras personas y de vuestras mujeres e hijos y los haremos esclavos, y como tales los venderemos y dispondremos de ellos como Sus Majestades mandaren, y os tomaremos vuestros bienes, y os haremos todos los males y daños que pudiéramos, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen; y protestamos que las muertes y daños que de ello se siguiesen sea a vuestra culpa y no de Sus Majestades, ni nuestra, ni de estos caballeros que con nosotros vienen.”

De ese proceso genocida nació el capitalismo. Chorreando sangre y lodo, como bien sintetizara Marx. De ese proceso, nació un tipo humano que sigue teniendo vigencia hasta el día de hoy. Horacio Machado Araoz lo expresa con claridad: “debajo de la diversidad de formas del extractivismo es la figura del conquistador como prototipo de los humanos y como forma de relacionar y concebir la relación con el mundo. El conquistador, desde los Pizarro, los Cortés, los Pedro de Valdivia, los Diego de Rojas, son varones armados, violentos, en búsqueda de modos de enriquecimientos rápido y generalmente mediados por el ánimo de dominio, lucro, posesión, que miran el mundo como puro objeto de posesión y conquista, concibe la vida como una carrera infinita de riqueza y poder.”

Cinco siglos resistiendo

La resistencia, las luchas y las rebeliones fueron las respuestas necesarias, de supervivencia, de autodefensa de los pueblos. No hubo un día sin guerra desde 1492. A principios del siglo XIX, la rebeldía se convirtió en revolución. El pueblo en armas, la alianza entre explotados y oprimidos, una dirección revolucionaria, consecuente y radical, permitieron poner fin a la colonia. “¡Trescientos años de masacre y de barbarie tiñen nuestra tierra de sangre, pero hemos venido a decir ¡basta!, ¡se acabó!” decía nuestro San Martín, el revolucionario del partido americano, en Chacabuco.

Triunfo de las “patrias chicas”

Sin embargo, las elites terratenientes y comerciantes, una vez resuelta la guerra de liberación se adueñaron del proceso y quebraron el horizonte de una Patria Grande. Los estados nacionales surgieron en la segunda mitad del siglo XIX a la medida de la dependencia imperialista y del colonialismo interno que reprodujo el genocidio bajo nuevas formas. La excepción de Paraguay fue aniquilada mediante la nefasta Guerra de la Triple Alianza / Infamia.

Los genocidios que forjaron el estado – nación tuvieron su pata intelectual y académica. Zoológicos humanos. Exposición de familias de prisioneros en museos. El robo y exposición de restos. Así nacía este país, esta patria chica.

A lo largo del siglo XX, la situación se profundizó. No hay ni hubo grieta en ese punto. Líderes “nacionales y populares” como Hipólito Yrigoyen y Domingo Perón continuaron la senda de exaltación de la conquista, con la jerga de la “Madre Patria” ahora como “destino occidental”.

Fue en 1917 bajo el gobierno (y no bajo la presidencia de Roca o de Sarmiento) que se estableció el 12 de octubre como “Fiesta Nacional” del “Día de la Raza”:

Visto el memorial presentado por la Asociación Patriótica Española a la que se han adherido las demás sociedades españolas y diversas instituciones argentinas científicas y literarias solicitando sea declarado feriado el día 12 de octubre, y considerando:

1º. Que el descubrimiento de América es el acontecimiento más trascendental que haya realizado la humanidad a través de los tiempos, pues todas las renovaciones posteriores derivan de este asombroso suceso, que a la par que amplió los límites de la tierra, abrió insospechados horizontes al espíritu;

2º. Que se debió al Genio Hispano – al identificarse con la visión sublime del genio de Colón-  efeméride tan portentosa cuya obra no quedó circunscripta al prodigio del descubrimiento, sino que la consolidó, con la conquista, empresa ésta tan ardua y ciclópea que no tiene términos posibles de comparación en los anales de todos los pueblos.

3º. Que la España descubridora y conquistadora volcó sobre el continente enigmático y magnífico el valor de sus guerreros, el denuedo de sus exploradores, la fe de sus sacerdotes, el preceptismo de sus sabios, la labor de sus menestrales; y con la aleación de todos estos factores obró el milagro de conquistar para la civilización la inmensa heredad en que floreen hoy las naciones a las cuales ha dado, con la levadura de su sangre y con la armonía de su lengua, una herencia inmortal que debemos de afirmar y de mantener con jubiloso reconocimiento.

El Poder Ejecutivo decreta:

Artículo 1º: Declarase Fiesta Nacional el día 12 de octubre.

Artículo 2º: Comuníquese, publíquese, dese al Registro Nacional y archívese.”

Hipólito Yrigoyen

Presidente de la Nación

 

En 1947, a días de la Masacre de Rincón Bomba contra el pueblo Pilagá en Formosa, Perón asociaba la conquista a los parámetros de la Guerra Fría y reafirmaba la pertenencia al “mundo occidental y cristiano” de la Argentina. Decía en el Instituto Cervantino:

… Para nosotros los latinos, la raza es un estilo. Un estilo de vida que nos enseña a saber vivir practicando el bien y a saber morir con dignidad.

Nuestro homenaje a la madre España constituye también una adhesión a la cultura occidental.

Porque España aportó al occidente la más valiosa de las contribuciones: el descubrimiento y la colonización de un nuevo mundo ganado para la causa de la cultura occidental.

Su obra civilizadora cumplida en tierras de América no tiene parangón en la historia. Es única en el mundo. Constituye su más calificado blasón y es la mejor ejecutoria de la raza, porque toda la obra civilizadora es un rosario de heroísmos, de sacrificios y de ejemplares renunciamientos.

Su empresa tuvo el sino de una auténtica misión. Ella no vino a las Indias ávida de ganancias y dispuesta a volver la espalda y marcharse una vez exprimido y saboreado el fruto. Llegaba para que fuera cumplida y hermosa realidad el mandato póstumo de la Reina Isabel de “atraer a los pueblos de Indias y convertirlos al servicio de Dios”. Traía para ello la buena nueva de la verdad revelada, expresada en el idioma más hermoso de la tierra. Venía para que esos pueblos se organizaran bajo el imperio del derecho y vivieran pacíficamente. No aspiraban a destruir al indio sino a ganarlo para la fe y dignificarlo como ser humano…

Era un puñado de héroes, de soñadores desbordantes de fe. Venían a enfrentar a lo desconocido; ni el desierto, ni la selva con sus mil especies donde la muerte aguardaba el paso del conquistador en el escenario de una tierra inmensa, misteriosa, ignorada y hostil.

 

¡Basta! ¡Se acabó!

Desde entonces hasta hoy, la clase dominante toda reafirma que la propiedad privada de los empresarios extractivistas, de los terratenientes yanquis, ingleses, europeos o “criollos” es intocable. Este estado a lo máximo a lo que ha llegado durante los gobiernos kirchneristas es a reivindicar las luchas y resistencias del pasado, manteniendo la lógica extractiva y expropiatoria en el presente.

Frente a eso y contra eso, reivindicamos el derecho de los pueblos indígenas a la resistencia, a la recuperación territorial y a la autodeterminación política (sí, el derecho a “separarse”). “Un pueblo que oprime a otro no puede ser libre” decía Dionisio Inca Yupanqui en 1811, 3n las Cortes de Cádiz. Nuestra corriente, el PRT, máxima expresión del guevarismo en nuestro país, nació hablando quechua, combatiendo al poder establecido que tiene también su pata legitimadora en la visión sarmientina, racista, colonial y liberal. De esa senda, la de Mariátegui, la de tantos tupacamaristas, bolivarianos, martianos y guevaristas nos sentimos parte. En este mundo en crisis y descomposición, la unidad en la lucha de todes les oprimides y explotades puede alumbrar un nuevo mundo de verdad, uno que recupere la vida como eje como eje. Eso que enseñan siguiendo a sus ancestros las diversas comunidades originarias.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor, ingresá tu comentario
Por favor, ingresá tu nombre aquí