En un hecho histórico en la provincia del Neuquén, el MPN perdió la gobernación en manos del partido Comunidad de Rolando Figueroa, quien hace tan solo 4 años fuera vicegobernador por el partido ahora derrotado. Los resultados de la elección del 16 de abril abren un nuevo escenario político en la provincia: la hegemonía del MPN se pone en cuestión, el progresismo muestra signos de decadencia, la derecha avanza en órganos legislativos y la izquierda defiende bancas pero pierde votos. Por otro lado, el capital concentrado consolida su posición en el control de Vaca muerta: «Hay poca grieta con Vaca Muerta»1, así lo expresa el lobby petrolero, junto a figuras públicas y políticos reunidos en el marco del encuentro convocado por el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA).
Una derrota histórica
Sin duda, el resultado de las últimas elecciones se trata de un golpe durísimo al régimen político que gobernó durante 60 años de forma casi ininterrumpida, incluso durante el golpe de estado; que manejó los hilos de la política económica provincial y supo mantener una estrategia de alianza y colaboración mutua con los diferentes gobiernos nacionales de turno, administrando la cuantiosa renta petrolera a su conveniencia y garantizando los intereses de multinacionales y capitales nacionales concentrados con la expansión de la matriz extractiva, el fracking y el pacto Chevrón-YPF.
Hasta ahora, la estructura liderada de forma vitalicia por la familia Sapag había sorteado sin mayores dificultades internas feroces y procesos de recambio institucional con figuras del partido leales a la línea sapagista que no sacaban los pies del plato. El Movimiento Popular Neuquino supo sortear con éxito sucesivas crisis institucionales, incluso en momentos de alta conflictividad social y económica derivadas de luchas históricas protagonizadas por diferentes sectores, como lo fueron los obreros del choconazo, el movimiento de desocupados de Cutral Có, la huelga docente que paralizó la provincia exigiendo justicia por el asesinato de Carlos Fuentealba, y más recientemente, la huelga de los elefantes de la salud que paralizaron la actividad petrolera durante 20 días.
¿Habrá cambios y habrá continuidades?
Nos inclinamos por esto último. Los altos índices de desocupación, desigualdad y pobreza de la provincia grafican la crítica situación que vive la población. El pésimo estado de los hospitales, escuelas, barrios, rutas no se corresponden con las grandes promesas y anuncios vinculados al desarrollo de Vaca Muerta. El descontento social generalizado en relación a las políticas de estado es un elemento central que caracteriza el contexto en el que se dan las elecciones. En gran medida, la propuesta política de la coalición que llevó a Rolando Figueroa a la gobernación se montó sobre estos aspectos muy sentidos por la población neuquina, y para alcanzar los votos que necesitaba agrupó en su propuesta expresiones políticas de lo más diversas, además de arrastrar parte del electorado del MPN a su favor.
A pesar de las expectativas puestas por el 36% del electorado que dio ganador a Rolo Figueroa, nada bueno puede esperarse del resultado electoral. Se trata de un cambio de gobierno inédito en el que prevalecerá la continuidad. El lobby empresario extractivista continúa intacto y Figueroa promete una transición ordenada y en acuerdo con el partido al que perteneció. En las primeras señales políticas que realizó se lo puede ver dialogando con el gobernador saliente, Omar Gutiérrez. Sin embargo, la transición que se presenta con el MPN en retirada, puede abrir un escenario de crisis. La nueva coalición de gobierno es un cambalache, en la alianza de gobierno se encuentran diferentes sectores políticos que se diputaran abiertamente un pedacito de los dividendos de Vaca Muerta. Rolando Figueroa logró componer una alianza de gobierno con sectores de la derecha y del progresismo nacional y popular, pero ordenar esta nueva configuración institucional luego de 60 años de hegemonía del MPN no parece sencillo. Además, su fuerza no contará con mayoría propia en la legislatura y deberá establecer alianzas con otros sectores para avanzar en su programa de gobierno.
La decadencia del progresismo
Una tendencia que se viene consolidando con el tiempo en las elecciones provinciales es la disminución de la representatividad del progresismo neuquino. El progresismo fracasó en su estrategia de poder y se convirtió en una mala copia del original, quedando sin representación parlamentaria y poca capacidad de negociación en la estructura de poder a la que aspira. Por fuera del candidato del Frente de Todos, que quedó lejos, en tercer lugar con 11% de votos, las demás expresiones del progresismo se fragmentaron en colectoras de los dos principales candidatos (MPN y Comunidad). Esta siembra no cosechó cargos a “las pymes políticas” en las que se convirtieron UNE, Libres del Sur, Unidad Popular, PTP, SOMOS, entre otros. Partidos que trafican ideología y privilegian el oportunismo político en una desesperada búsqueda por cargos y caja, las elecciones los encuentra adhiriendo y sumando votos a las opciones capitalistas conservadoras del estatus quo como estrategia de supervivencia. La deriva de Libres del Sur y su referente Jesús Escobar resulta sobresaliente, pasando de citar a Lenin y pronunciarse por la “unidad de la izquierda” a exigir mayor seguridad en las calles. Caso aparte merecen referentes de la burocracia TEP en aten provincial, vinculados al UNE, a Colina y a Descamisados, llamando a votar a diferentes candidatos de los partidos que gobiernan.
El avance de la derecha y los desafíos de la izquierda.
La derecha crece y consolida su presencia electoral. El conglomerado de UCR y PRO en diferentes colectoras ha consolidado su presencia en los órganos legislativos como tercera fuerza. Los resultados muestran un crecimiento del voto de las opciones conservadoras como las provenientes de los sectores evangélicos antiderechos y “libertarios”.
El FIT-U por su parte, obtuvo entre 3% y 4% de los votos a nivel provincial, aunque el porcentaje fue mayor en los comicios municipales. El caudal de votos a la izquierda es menor que en elecciones anteriores pero la gran dispersión de votos en multiples colectoras permitió que el bloque del FIT-U mantenga las dos bancas en la legislatura. Frente una disminución notable del progresismo en la legislatura, la conservación de dos bancas del FITU confirman el reconocimiento de esta fuerza como única expresión política independiente de los gobiernos de turno. Sin embargo, el proceso de derechización en la composición de la legislatura advierte una tendencia preocupante en términos político-ideológicos, ante la agudización de la crisis social y económica del sistema, el desafío es desarrollar una perspectiva revolucionaria que supere ampliamente los límites de la táctica electoral.
1https://www.mejorenergia.com.ar/noticias/2023/04/20/1252-daniel-gonzalez-de-idea-hay-poca-grieta-con-vaca-muerta