Un nuevo primero de mayo marcado por una crisis y una guerra en curso que muestran al capitalismo tal cual es: explotador, saqueador, imperialista. El capital busca la salida a la crisis de su ganancia aumentando la explotación. Los inventos que bien podrían liberar a una parte enorme del proletariado mundial de labores rutinarias, repetitivas, tediosas, carentes de sentido, son armas usadas en contra de la clase trabajadora. Enormes masas de trabajadorxs enfrentan la desocupación, son arrojadas a la pobreza, a la miseria, a la inanición. Otras enormes masas, se ven obligadas a realizar jornadas laborales excesivas para intentar sostenerse. Incluso sectores que tenían relativamente condiciones de explotación no tan extremas, ven en peligro sus puestos de trabajo.

La fuga hacia delante de este modo de producción que somete al planeta entero, arrasa a una escala sin precedentes la naturaleza. El maquillaje de “capitalismo verde” no es más que una hipócrita máscara que se desmiente a cada instante. Comunidades en todo el mundo ven cómo el imperialismo del capital no respeta la voluntad popular. A pesar de los “NO”, de las movilizaciones masivas, de los recursos judiciales, de los plebiscitos, allí donde hay un negocio, el capital no reconoce ningún derecho.

El imperialismo comandado por los Estados Unidos promueve la guerra. Las potencias consideradas enemigas y atacadas, no dejan de ser estados – nación que buscan garantizar la reproducción del capital.

El régimen político burgués está en avanzado estado de putrefacción. La tan mentada “democracia” es de forma cada vez más clara la máscara que adopta la dictadura del capital. Cuando las mayorías se expresan, las constituciones estatales tienen siempre a mano recursos excepcionales para hacer prevalecer los intereses de la clase capitalista. La representación política de los partidos del orden es cada vez más una farsa, un espectáculo que ya ni siquiera entretiene.

Como clase trabajadora, como proletarixs del mundo, hemos perdido derechos en las últimas décadas. Hemos perdido condiciones de trabajo y de vida. Incluso el reclamo por la reducción de la jornada laboral muy lejos se encuentra de la campaña internacional que a lo largo de muchos años exigió la jornada de 8 horas de la que fueron protagonistas los Mártires de Chicago. ¿Cuál debería ser la jornada considerando el desarrollo de la productividad del trabajo a lo largo de un siglo y medio? Nuestra creciente pobreza es la causa de la opulencia de los dueños de todo.

Las luchas actuales, estallidos, huelgas generales, combates callejeros vuelven a mostrarnos que somos lxs trabajadorxs lxs que hacemos mover al mundo. Es en esos grandes hechos de masas, de confrontación con el poder, que cobramos conciencia de nuestra propia fuerza. ¿Cómo no vamos a ser capaces de revolucionarlo todo? ¿Cómo no vamos a ser capaces de destruir la maquinaria de explotación, de racismo, de colonialismo, de patriarcado?

Cuando nos lanzamos a defender lo que es nuestro, el poder muestra su rostro verdadero: la represión, la persecución, el encarcelamiento y el asesinato. ¿Cómo vamos a permitir que nos priven de la historia de lucha que ha demostrado que los pueblos oprimidos saben organizar la violencia y la fuerza para derrotar a un enemigo cruel?

August Spies, uno de los Mártires de Chicago, escribió luego de que la policía de Chicago arremetiera contra lxs obrerxs:

¡Venganza!

¡¡¡Trabajadores, a las armas!!! Durante años, habéis soportado las más abyectas humillaciones; habéis trabajado hasta la muerte; habéis sacrificado a vuestros hijos al señor de la fábrica; en resumen, habéis sido miserables y obedientes esclavos todos estos años: ¿Por qué? ¿Para llenar los cofres de vuestro amo, vago y ladrón, para satisfacer su insaciable avaricia? Cuando ahora pedís que aminoren vuestra carga, ¡envía a sus policías para que os disparen, para que os maten! ¡Os llamamos a las armas, a las armas!

El 1º de mayo es nuestra historia. Sabían los mártires de Chicago que la lucha por limitar la jornada sólo tenía sentido si se luchaba a la vez por un cambio de raíz, por terminar con la explotación. Y para ello, hay que tener muy en claro que mantenemos un antagonismo irreconciliable con nuestro enemigo de clase: el capital y su estado. Así se plantaba Spies ante el tribunal que lo condenaría a muerte:

Al dirigirme a este tribunal lo hago como representante de una clase a otra que es su enemiga, comenzando con las mismas palabras con que el veneciano Marino Fallieri se dirigió a su verdugo, el Consejo de Dios, hace cinco siglos: “¡Mi defensa es vuestra acusación! Las causas de mis supuestos crímenes, ¡vuestra historia!”

Michael Schwab, Louis Lingg, Adolph Fisher, Samuel Fielden, Albert Parsons, August Spies, Oscar Neebe, George Engel, mártires de Chicago. El 1º de mayo es un recordatorio de que sólo debemos contar con nuestra propia fuerza.

El 1º de mayo tiene una larga y heroica historia en todo el mundo, en Nuestramérica y en nuestro país. Desde aquel 1º de mayo de 1890 cuando Virginia Bolten leyó el Manifiesto con los reclamos obreros y la Semana Roja de 1909 en adelante. Y vale recordarlo, la lucha de la clase obrera argentina es larga. El 1º de mayo de 1968 fue la fecha de creación de la CGT de los Argentinos. Toda una generación de dirigentes obrerxs, revolucionarios, con arraigo en las masas, supo retomar la experiencia de las luchas anteriores. La necesidad de la independencia política, de la unidad de clase para la lucha contra el enemigo, la vinculación de las reivindicaciones cotidianas con la necesidad de superar mediante la revolución el capitalismo y la dependencia imperialistas.

El 1º de mayo es también un llamado a levantar la cabeza y repropiarnos del objetivo más hermoso que podemos tener: una sociedad igualitaria. Diversas vertientes del campo revolucionario han coincidido en esto.

Trabajadorxs del mundo, ¡únanse! No tienen nada que perder, excepto sus cadenas. ¡Hay un mundo por ganar!

La rebelión es el camino. Así lo vemos a diario en distintos lugares del planeta. El capitalismo global no tiene ya nada que ofrecernos, ni siquiera como ilusión de “progreso”. En la Argentina la descomposición del régimen político se potencia con una crisis que está al borde la hiperinflación. La rebelión es un modo de autodefensa del pueblo contra estos nuevos ataques que día a día hacen nuestra vida imposible. Confiar en nuestras fuerzas. Levantar un mundo nuevo, socialista, sin explotación ni opresión. Para que la rebelión traspase el estallido y se convierta en revolución.

abril 2023

M.A.IZ – Venceremos Partido de Trabajadorxs

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