“Yo pregunto a los presentes / si no se han puesto a pensar, /
que esta tierra es de nosotros / y no del que tenga más.
Yo pregunto si en la tierra / nunca habrá pensado usted, /
que, si las manos son nuestras, / es nuestro lo que nos den.
A desalambrar, a desalambrar, / que la tierra es nuestra, es tuya y de aquel…”
En julio de 2020, en pleno ASPO, se realizó una toma de tierras en Guernica, partido de Pte. Perón, al sur del Conurbano bonaerense.
Más de 2500 familias en busca de mejores condiciones para vivir, mujeres obligadas a irse de sus casas para no seguir siendo violentadas e infinitas historias de vida más.
Durante algunos meses, y a medida que corrían los días, las lluvias, tormentas, fríos… horas, hostigamiento por parte de la policía bonaerense, amedrentando a las familias, pasando con el helicóptero a la madrugada a pocos metros de esas lonas que simulaban un techo, la noticia de la toma de tierras ya tenía voz popular y la estigmatización de los medios hegemónicos y de los defensores de la propiedad privada no se hacía esperar. Haciéndose eco de eso, el Gobierno Nacional y el de la Provincia preparaban un inminente desalojo, disfrazado de asistencialismo y solidaridad.
El diálogo con el gobierno solo estuvo de tapado de mentiras. Promesas incumplidas, falsas acusaciones y cansadoras reuniones por negociaciones.
En la madrugada del 29 de octubre 2020, más de 4000 mil efectivos dirigidos por el represor Sergio Berni irrumpieron el predio y se produjo un violento desalojo. Quemando todo su a paso, no los frenó el hecho de que hubiera niñes o adultes mayores. Nada le importó al gobierno, tampoco las balas de goma que recibieron les vecines, les 40 detenides y un fiscal nefasto de doble apellido sacándose selfies con amplia sonrisa, como fue Condomí Alcorta.
Quedó en evidencia que las intenciones del gobierno pasan por proteger el negociado inmobiliario: la intendenta Blanca Cantero no quería viviendas pero si la extensión de country.
Guernica fue uno de los tantos ejemplos de lo que la pandemia reforzó: sectores vulnerables sin acceso a la vivienda, déficit habitacional, respuestas políticas pero con represión a les pobres.
A un año del desalojo, les vecines siguen sin repuesta, su situación no ha cambiado, muches están en situación de calle, volvieron a vivir con familiares, sin olvidar que la toma estaba caracterizada por mujeres y disidencias, víctimas de violencia de género, con sus hijes, que pedían por el derecho a la tierra. Con gran parte del feminismo institucionalizado, el Ministerio de Mujeres y Diversidad no dio respuesta alguna ante la pobreza cada vez más feminizada.
*Por el derecho a la vivienda para los sectores populares.
*Por presupuesto para obra pública y programas de vivienda, y no para el pago de deuda externa.
*Ni una menos sin vivienda.
*Por un futuro para las niñeces, obligadas a la pobreza en este sistema injusto, desigual explotador y opresor.
*Axel Kicillof, Sergio Berni, Andrés Larroque y Blanca Cantero son responsables.
*Adjudicación de lotes ya.
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Compartimos fotogalería con imágenes del asentamiento durante 2020 y de las movilizaciones actuales.