Nuevamente nos enfrentamos a la necesidad de optar, no de elegir. Así es el sistema electoral en la sociedad capitalista.

Como siempre, los votos no serán el resultado de un debate programático del cual el pueblo saca sus conclusiones y determina quienes representarán sus intereses.

El debate, si así se lo puede llamar, entre los partidos patronales se realiza a espaldas del pueblo. Son instancias en las que dirigentes políticos discuten entre ellos y ellas solamente les candidates a cargos que nunca están al servicio del pueblo trabajador. Porque esos cargos responden a intereses del poder económico. Esta “democracia”, lo sabemos, nada tiene de verdadero gobierno del pueblo.

También como en otras oportunidades, parte de la izquierda, algunos partidos anticapitalistas, participan de las elecciones con sus candidaturas para lograr representaciones para el Congreso y las distintas instancias legislativas.

Lamentablemente aún no se ha logrado contar con una opción integradora de toda la izquierda, una opción acorde a las necesidades de construir un frente compuesto por todas, o la mayoría, de las vertientes del campo popular.

Desde Venceremos-Partido de Trabajadorxs, entendemos que la disputa electoral es una más de los distintos terrenos de lucha. Pero consideramos que no el principal ni el que deba subsumir todas las otras luchas e instancias de organización. Como partido hemos atravesado una experiencia de la que hemos hecho una profunda autocrítica. Junto a otras organizaciones políticas apostamos en 2018 a la construcción de una herramienta electoral frentista, Poder Popular Corriente de Izquierda. Nuestra experiencia en el intento de participación a través de la herramienta que se planteó construir para la participación en ese terreno, Poder Popular, ha sido muy negativa. Un primer balance de dicho proceso implica la realización de un análisis autocrítico. Por un lado, la cantidad de tareas y actividades en pos de desplegar esa disputa electoral subsumió buena parte de las energías militantes a nivel nacional, y subordinó toda la lógica partidaria a dicha actividad. Lejos de las aspiraciones a constituir una herramienta que abone a la construcción de poder popular desde abajo, que impulse la visibilización política de las luchas obreras y organizaciones populares, que se plantee la disputa profunda en términos políticos e ideológicos como herramienta de la clase trabajadora, – con excepción de lo desarrollado en Casa Grande Córdoba-, terminó reproduciendo un método institucionalista y desplegando una campaña que se diferenció poco de la práctica superficial y marketinera de los partidos patronales: fotos de candidatas en pose; poca referencia a las luchas y movilizaciones, a lo programático, al proyecto estratégico. Una agitación vacía y lavada en la que la búsqueda de votos y de avales fue disolviendo la construcción de lo estratégico para hablarle “al masivo” que se pretendía captar. De hecho, y muy lamentablemente, muches compañeres con quienes emprendimos esa experiencia están hoy en las filas del Frente del Todos, reproduciendo esas lógicas, absorbidos por la dinámica político institucional capitalista.

Sabemos que la inmensa mayoría no elige, ni siquiera opta. Simplemente vota en contra. Vota por descarte o por afinidades que nada tienen que ver con sus intereses de clase. Otra buena parte de ese pueblo acuerda con los programas de izquierda pero pierde la confianza a la vista de la atomización de sus fuerzas. A pesar de constatar que los planteos de los partidos anticapitalistas son coincidentes con los intereses de las y los trabajadores, debido a esta dispersión de fuerzas sienten que votarlos es perder el voto, ya que estas representaciones carecen de poder suficiente para defender sus intereses.

Este es el panorama al cual nos enfrentamos. En este escenario, no resulta indiferente lo que las elecciones expresarán en el terreno político coyuntural. No da lo mismo que haya o no representantes de izquierda anticapitalistas y que el pueblo vote a trabajadores y luchadores.  Como Venceremos – Partido de Trabajadores nuestra posición es construir una Fuerza Social Revolucionaria que termine con este sistema opresor, patriarcal, injusto y racista. Entendemos que este frente será el resultado de las luchas de nuestro pueblo en todos los terrenos. Uno de ellos, no el determinante ni mucho menos el único en este momento, es la lucha electoral. Por ello llamamos a votar a los partidos que expresan esa posición de izquierda anticapitalista, con candidatos que son parte de ese pueblo trabajador.

Con los partidos que componen el FIT-U, donde reconocemos participan y se organizan compañeres luchadores y con vasta experiencia y recorrido en organizaciones sindicales y sociales, nos encontramos en acciones comunes en la calle y también compartimos espacios de construcción e incluso dirección de organizaciones sindicales.

En el actual contexto, a pesar de que tenemos muchas diferencias y señalamientos críticos profundos, el llamado a votar críticamente al FIT-U se fundamenta en los acuerdos que tenemos en cuanto a sus reivindicaciones programáticas: definición anticapitalista, sostenimiento de la consigna de no pago de la deuda externa, lucha por los derechos de las mujeres y disidencias, reivindicación y luchas obreras en general, contra la burocracia sindical. En muchas instancias nos encontramos en las calles y luchas populares con estes compañeres.

A la par, continuamos bregando por la unidad de las luchas sindicales, sociales y políticas. Unidad en las calles y para la lucha. 
Por el camino de la rebelión de los pueblos, para oponer a este sistema de muerte una alternativa de lxs trabajadorxs.

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