Se cumplen 19 años del asesinato de los compañeros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en la que fuera la estación Avellaneda, y que hoy lleva sus nombres. Un crimen de Estado, perpetrado por un operativo conjunto de distintas fuerzas represivas y orquestado desde el poder político, en cuyo vértice se ubican el entonces presidente Duhalde y funcionarios como Aníbal Fernández (secretario de presidencia), o Felipe Solá, (gobernador bonaerense).

Entrevistamos a Paula Mercedes Alvarado Mamani, perteneciente al Pueblo Indígena Kolla, abogada y docente universitaria, quien representa legalmente a las familias de Kosteki y Santillán.

 

¿Desde cuándo llevás la causa representando a la familia Santillán?

En 2014 se organiza una reunión de organismos de DD.HH. (la APDH Nacional, APDH La Matanza, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, el CELS, Amnistía Internacional y varias organizaciones sociales). En ese momento yo pertenecía a la APDH Nacional, era su vicepresidenta. En una reunión en la cual participé estaba Alberto (Santillán, padre de Darío) y comentó que le había llegado una cédula donde lo notificaban de la prescripción de la causa y que la iban a archivar. A partir de ahí se hicieron distintas reuniones para organizar el trabajo y se empezó a discutir qué organizaciones iban a firmar para responder eso. Algunas organizaciones por relaciones políticas y partidarias no firmaron y terminaron acompañando La Liga, la APDH Nacional y Matanza. A partir de ahí en la APDH Nacional se definió que yo firme como letrada. Ahí empecé acompañando a Alberto como abogada e hicimos la presentación pidiendo el desarchivo en Comodoro Py, ahí fue que tuvimos la reunión con el juez Lijo. Luego yo me retiro de la APDH Nacional y me incorporo a la APDH Matanza, desde ahí acompaño a Alberto y la querella de Leo (Santillán, hermano de Darío) también.

Pasaron años y en 2019 se contacta conmigo Mara Kosteki, hermana de Maxi, con un sentimiento de justicia y de querer acompañar. Le compartí lo que veníamos trabajando en la causa, y el acompañamiento posterior que tuvo la causa de parte de por parte de Norita Cortiñas, Adolfo Pérez Esquivel, Vicente Zito Lema y varias organizaciones sociales que siempre estuvieron ahí. Y entonces Mara decidió que la represente.

¿Cuáles son para vos los principales desafíos en ese proceso?

Quiero comentar que hay dos causas. Una federal, que busca juzgar a los autores intelectuales del ámbito nacional de aquel entonces, como Duhalde, y esa tramita por el Juzgado 4 y la Fiscalía 10 de Comodoro Py. Y otra que tramita en el Juzgado 5 de Garantías de Lomas de Zamora, y la Fiscalía 8 de Violencia Institucional y Delitos Económicos, que busca juzgar a los autores intelectuales de la Pcia. de Bs. As., como Felipe Solá, principal imputado.

El principal y único objetivo es llevar al banquillo a quienes fueron los autores intelectuales y responsables políticos de que suceda esta masacre. Esa condena implicaría lo que se llama “justicia completa”, no solo condenar a los autores materiales como Fanchiotti y Acosta, que tuvieron una condena en el Tribunal Oral 7 de Lomas. Eso es lo que se busca.

 

¿Cuál es el estado actual de la causa?

La causa federal se encuentra con distintos movimientos, se llevaron adelante varias testimoniales, se trató de apuntar a la conexión entre lo que son las fuerzas federales con la SIDE (inteligencia), como el funcionario de esa área Oscar Rodríguez, que estuvo ahí, los llamados por teléfono con funcionarios de Nación, llamadas que fueron peritadas.

Por otro lado, la causa provincial tiene dictado de archivo desde el año 2019. Actualmente Leo y Alberto Santillán y Mara Kosteki se presentaron como particular damnificados en la causa y la jueza no da por acreditado su vínculo, que es público y notorio que son familiares de los asesinados… pero la jueza busca revictimizar, y exige que acompañen con alguna partida de nacimiento, DNI, etc., cosa que hemos hecho a los fines de cumplir. Estamos trabajando para el desarchivo de la causa.

¿Por dónde pasan hoy en día los principales factores para que haya impunidad para los responsables políticos de la masacre?

La impunidad viene por dos lados. Por un lado se trata de una causa que tiene ya 19 años, y eso hace que hayan pruebas que ya hoy no se encuentren. Hay una sentencia provincial que juzga a quienes habían actuado directamente, en forma material. Esa causa “madre” contiene información a medias en relación a la búsqueda de una justicia completa, y a su vez descarta la búsqueda de los autores intelectuales. El paso del tiempo hace que se dificulte documentar el registro de los llamados, por ejemplo. Y por otro lado, lo referido a las relaciones políticas… claramente hay un encubrimiento por parte del Poder Judicial al Ejecutivo. Sin ir más lejos en la causa provincial se ha buscado una condena al entonces Ministro Genoud, que hoy forma parte de la justicia provincial (en la Corte Suprema). Hay muchos factores que influyen políticamente para resguardar a ciertos personajes. Felipe Solá, sin ir más lejos, es el Ministro de la Nación encargado de las relaciones internacionales. Son factores políticos que influyen en el retroceso para que no avance la causa.

¿Cuál es la perspectiva desde lo judicial y desde la movilización popular en la exigencia de justicia?

Como abogada de la querella, con la responsabilidad que implica, en defensa de los damnificados, una busca que los imputados sean condenados. En especial en este tipo de causas donde hay una responsabilidad enorme por parte del Poder Ejecutivo, en donde tenemos dos compañeros asesinados en un operativo por un conjunto de fuerzas federales. No obstante, Se han ido dando pasos en todos estos años. El reconocimiento del Frente Popular Darío Santillán, el cambio de nombre de la estación (ex Avellaneda), el reconocimiento de Darío y Maxi como luchadores populares… no solamente desde lo judicial se va a ganar esta lucha, sino desde las calles, estando en cada una de las manifestaciones, reivindicando esa lucha que daban Darío y Maxi. Ahí es donde está el reconocimiento y se podrá alcanzar la justicia.

 

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