Hace un mes, lxs docentes y trabajadorxs estatales vienen protagonizando un enorme proceso de lucha contra las políticas de ajuste del gobernador peronista Mariano Arcioni en el marco de la crisis general que tiene lugar en nuestro país.Algunas líneas de balance  y perspectivas de un conflicto con un final aún abierto.

A principios de 2019,  la provincia de Chubut aparecía en los medios nacionales como una de las primeras en cerrar la paritaria docente con un aumento del 37,9% sobre el básico, garantizando así el comienzo de las clases. Lo que olvidaban mencionar entonces, era que tal aumento tenía como antecedente inmediato la enorme lucha que lxs docentes habían desarrollado durante 2018, con toma de ministerio incluído. Ahora bien, tras ese aumento, Arcioni adelantó las elecciones provinciales, destinando una enorme cantidad de dinero,

 para junio, logró la reelección y tan sólo dos meses después, con la profundización de la crisis nacional, decretó la emergencia económica en la provincia de la mano con el pago escalonado de los sueldos docentes y estatales dependiendo el “escalafón” entre los días 16, 23 y 29 , al menos en lo que correspondió al salario de julio que terminó de ser depositado dos días antes que finalice el mes de agosto. Al tiempo que se hacían esos depósitos, el gobernador anunciaba una nueva modalidad de pago para septiembre, que implicaría el depósito de 30 mil pesos a todas las categorías el 11 de septiembre, y la complementación de los salarios superiores en dos cuotas en el resto del mes (sin aclarar cuando). Esta propuesta no fue aceptada por la mesa de unidad sindical (donde confluyen docentes, estatales y judiciales) y al cierre de esta edición se iniciaba una nueva semana de paros y cortes en toda la provincia. 

Una crisis económica y política en la provincia que empalma con la nacional

El “default encubierto” declarado por Macri en la última semana de agosto, tiene su correlato en la situación financiera de las provincias, entre las que Chubut no es la excepción. Para dar cuenta de esto, sólo basta ver los vencimientos de deuda a afrontar por la provincia en este segundo semestre que llegan a 80 millones de dólares, repartidos de manera dispareja en los meses que se avecinan : el más alarmante, los 31 millones de octubre, en septiembre debe pagar 5,9 millones de dólares, quedando 3,1 para noviembre y casi 6 millones de dólares para diciembre. 

La mayor parte de esta deuda proviene de la gestión Buzzi para utilizarlas supuestamente en obras públicas que todo indica, no se han ejecutado aún. Sumada a esta situación, el déficit de la provincia  en el primer trimestre arroja como indicador una diferencia negativa de 544 millones de pesos entre gastos e ingresos, dada principalmente en marzo, “causalmente” el mes previo a las PASO provinciales. Este déficit, se conjuga con la caída de las regalías petroleras en un 5% por el descenso a nivel internacional del precio del crudo.  

Mención aparte merece el lobby minero, que esta operando también en este marco de crisis. El ingreso de la megaminería a la provincia es una de las cartas bajo la manga de Arcioni, quien la muestra como el único emprendimiento posible para acrecentar las arcas provinciales. En algún punto, las medidas contra estatales y docentes pueden leerse como un mensaje extorsivo en este punto, ya que se han dado muestras claras en los útlimos meses que amplios sectores de la sociedad chubutense se niegan a que los emprendimientos multinacionales y contaminantes arremetan con los recursos naturales de la provincia.

Es en este complejo escenario económico que irrumpió la lucha de estatales y docentes que ha trasladado la crisis al plano político. Desde que comenzaron las asambleas, cortes y movilizaciones a principios del mes de agosto, ya han renunciado tres funcionarios del gobierno provincial : el primero el de economía, Luis Tarrío, días después Leonardo De Bella de educación y en los últimos días del mes Adrián Pizzi de salud. Las respuestas dubitativas de Arcioni y el escenario nacional que incluye el congelamiento de tarifas en combustibles, parecen indicar que la crisis al interior del gobierno provincial va a tender a profundizarse.

Organización y lucha desde abajo

Como decíamos anteriormente, la tenacidad y experiencia de lucha de docentes y estatales chubutenses no es una novedad, sólo por nombrar los más recientes, tanto en 2013 como en 2018 las huelgas se extendieron por meses arrastrando también a funcionarios con ellas.

En esta oportunidad, nuevamente, la respuesta no se hizo  esperar. El primer detonante fue la suspensión de la obra social de docentes y estatales, que generó un primer marco de movilizaciones en distintos lugares de la provincia. Tras ello, la declaración de la emergencia presupuestaria hizo que se multiplicaran las asambleas en cada escuela y seccional. Con el paro ya declarado por ATECH (sindicato docente) comenzaron a desarrollarse cortes en las principales rutas provinciales, siendo un punto nodal en estas acciones Comodoro Rivadavia, por ser el principal centro económico de la provincia. Los cortes tendientes a evitar la circulación de insumos y productos petroleros se hicieron notar y escarmiento policial entró en escena, con la detención arbitraria del secretario de la regional sur  Daniel Murphy y a la delegada, Magalí Stoyanoff. La indignación por tal atropello, hizo que los trabajadores petroleros y de la construcción, desobedeciendo a las burocracias de sus sindicatos, apoyaran los cortes de ese día. La movilización por la liberación de los compañerxs fue sin duda uno de los puntos altos en este, aún abierto, proceso de lucha. 

Párrafo aparte merecen las movilizaciones del 17 de agosto en Comodoro Rivadavia y del 22 de agosto de Trelew a Rawson. La masiva participación en ambas, puso de manifiesto que amplios sectores de la sociedad, pese a las maniobras del gobierno y la búsqueda de deslegitimar los reclamos, se pronuncian a favor de lxs docentes y estatales.  En el mismo sentido, es necesario destacar que también están siendo partícipes de este proceso de lucha lxs estudiantes secundarios, universitarios y terciarios, reclamando entre otras cuestiones, que se reestablezca el TEG (Transporte Educativo Gratuito). No sólo acompañan los cortes de docentes y estatales, sino que también han impulsado sus propias actividades, con clases abiertas, festivales y marchas. El conjunto del movimiento estatal y educativo entonces, copa las calles y rutas de Chubut.

Final abierto

Sostener una lucha sin cuartel durante un mes sin dudas es agotador y comienzan a aparecer algunos síntomas de desgaste. Esta claro que ese es el juego al que apela Arcioni, aunque esta teniendo que dar algunas respuestas parciales (como señalamos más arriba)  a las que suma que enviará los fondos a los municipios para que a partir del 3 o 4 de septiembre se reanude el Transporte Educativo Gratuito . La renuncia de tres ministros también es un indicador de que el desgaste también aparece en el bando gobernante.

La primer semana de septiembre ( que comienza al cierre de esta edición) tendrá un nuevo paro de 142 horas. Si bien el sostenimiento de los cortes parece no estar en duda, otras medidas que apelen a poner de manifiesto el apoyo del conjunto de la sociedad  chubutense pueden ser importantes para dar un último golpe de gracia al gobierno provincial.

La invisibilización que los medios de comunicación a nivel nacional están generando sobre la situación chubutense arroja al mismo tiempo otra cuestión: no mostrar es parte de evitar que ese camino sea reproducido en otras latitudes. El silencio de la CGT y la pasividad de CTERA son expresiones que van en el mismo sentido. Cómo en otros momentos de crisis, la mecha muchas veces se prende por las provincias y en ese sentido, la lucha que están llevando adelante lxs docentes y estatales chubutenses es central para el conjunto de lxs trabajadores.

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