Una vez más, cientos de miles de mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries colmamos las calles y plazas del país. A contramano de los antiderechos con sus grupos de choque que han elegido a las niñas como blanco de su perversión, nosotras demostramos (una vez más) que la historia no tiene retorno.

Nosotras paramos

Por cuarto año consecutivo, mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries paramos. Paro construido entre ocupadas, desocupadas, migrantes, precarizadas, originarias y afros. En oposición a este gobierno de los CEOs y del FMI que viene hambreando a nuestra clase y nuestro pueblo, nosotras paramos. Contra el pago de la nefasta e ilegítima deuda externa que impone la miseria planificada y regala la soberanía, nosotras paramos. Contra los crecientes despidos, contra la precarización de la vida, contra la caída en picada de nuestros salarios, nosotras paramos. Contra los femicidios, travesticidios y crímenes de odio, nosotras paramos. Contra el estado patriarcal que de conjunto con la Iglesia Católica y otras iglesias que en nombre de la “vida” ha elegido a niñas y niñes como botín de guerra para imponer toda su hipocresía de maternidad obligatoria, nosotras paramos. Lejos de la burocracia sindical, dispuesta a regatear nuestros derechos por un bono o que como empresarios comercian requiriendo fondos y organismos para no cubrir las necesidades de salud de millones, nosotras paramos. A contramano de una CGT que no convocó al paro, e incluso sin contar con el apoyo de estructura de las CTAs, el movimiento garantizó la medida, incluso económicamente con la colecta realizada minutos antes para garantizar el sonido en Plaza de Mayo.

Pero la jornada sintetizó no sólo el necesario repudio a las distintas caras de un sistema que afecta a quienes vivimos de nuestro trabajo, en general, y a las mujeres de un modo más intenso aún. También sirvió para levantar nuestras reivindicaciones. Seguimos y seguiremos peleando por ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO; ningún oportunismo electoral nos hará bajar ese derecho de nuestro programa y así lo demostraron los miles y miles de pañuelos verdes. La aplicación de la interrupción legal del embarazo (¡reconocida desde 1921!) y la separación total y efectiva entre Iglesia y Estado. Seguimos reclamando Educación Sexual Integral laica, científica y con perspectiva de género para que se aplique en todos los niveles educativos y también en las empresas privadas de educación. Seguimos luchando por la aplicación del cupo laboral trans para que la prostitución no sea la única posibilidad de malvivir hasta los 35 años. Exigimos el NO PAGO DE LA DEUDA EXTERNA para destinar, entre otras necesidades populares, recursos para enfrentar la violencia machista. Reclamamos la igualdad social, económica y política, cuestión que poco tiene que ver con el oportunismo de este gobierno que sanciona una ley de igualdad de género en las listas electorales en la misma semana que firma con los grupos más recalcitrantes de los antiderechos para seguir violentándonos.

¡Ahora que estamos juntas, ahora que sí nos ven!

Paramos y además nos movilizamos. Tejiendo el hilo rojo de la historia de la lucha de las mujeres trabajadoras, el paro es con movilización, es para poner el cuerpo en las calles y para generar un hecho político y un hecho de conciencia. Junto a la demostración frente al poder capitalista y patriarcal, las movilizaciones son hechos políticos para el propio movimiento. Allí vemos y sentimos nuestra fuerza. Es en esa acción práctica de ocupar el espacio público, por tanto tiempo considerado patrimonio exclusivo de los varones, que nos vemos, nos abrazamos y gritamos juntas y juntes. Por eso, además de servir para poner sobre la mesa nuestros reclamos y nuestras reivindicaciones, las movilizaciones son hechos de conciencia.

El 8M no fue un paro para dominguear, fue un día de lucha. Las movilizaciones fueron, una vez más, masivas y contundentes. Resulta difícil aproximar un número a nivel nacional, pero no hay dudas que este 8M ha sido por lejos el que expresó y condensó la potencialidad de cientos de miles de mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries en las calles de todo el país. En Ciudad de Buenos Aires, se calcula 300 mil, con una Plaza de Mayo llena, antes de que llegara la cabecera de la marcha que ingresaba por Avenida de Mayo, donde un masivo pañuelazo dio por finalizado el acto luego de la lectura del documento. En la ciudad de Mar del Plata miles se movilizaron bajo la consigna “Paramos contra el ajuste, la violencia y por el aborto legal”, más de 6 cuadras de pañuelos verdes recorrieron las calles. En Rosario más de 60 mil mujeres, lesbianas, trans y travestis, extendiéndose por 30 cuadras que recorrieron la ciudad. En la provincia de Neuquén más de 10 mil personas en la capital tras la bandera de arrestre que enunciaba “Aborto legal ya, abajo el ajuste de Macri, les gobernadores y el FMI”; además de las cientas que se movilizaron en el resto de la provincia. En Mendoza 20 mil mujeres, lesbianas, trans y travestis llenaron las calles contra el ajuste de Mauricio Macri y Cornejo, tiñendo la ciudad de verde y violeta en el marco de los festejos vendimiales. En Córdoba la tarde de este 8M se fue pintando de violeta, verde y naranja, más de 90 mil se hicieron presentes para sumar su voz a este paro internacional.

Internacional

El internacionalismo es otra de las enormes tradiciones de lxs explotadxs y oprimidxs que actualizó este 8 de marzo. Cientos de miles en Argentina, cientos de miles en Chile, cientos de miles en Nuestra América y en Europa. Cada vez más, en una oleada creciente, el espíritu internacionalista que está en el origen del 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras se multiplica. Y como mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries que vivimos en Argentina, tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que nos cabe por ser puntales en esta lucha.

Tenemos historia

Hace no tantos años las movilizaciones del 8 de marzo eran pequeñas, no había fuerza para garantizar un paro. Era una fecha significativa para un sector del activismo del feminismo y la izquierda. Aquella realidad, contrasta con la masividad de hoy. Y es necesario no sólo deslumbrarnos con lo que estamos haciendo, sino reconocer que sin aquella historia y la tenacidad de muchas que mantuvieron banderas y programas, hoy estamos en este nivel de participación, de protagonismo en las calles que no tiene correlato en ninguna otra expresión de la sociedad. Sin duda, los tiempos cambian, pero lo hacen porque hubo muchas y muches que en momentos menos alentadores no dejaron apagar la llama.

La lucha sigue

La marea verde no se detiene. Una vez más, se demostró que junto al activismo hay un movimiento espontáneo con un esperanzador componente juvenil que da una enorme fuerza de masas. La UNIDAD de este heterógeneo e inmenso movimiento debe defenderse y todxs lxs que intervenimos debemos ser conscientes de la responsabilidad que nos cabe para garantizarla.

La lucha por el ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO apropiado sabiamente por ese movimiento debe mantenerse y redoblarse en este año. Demostramos en las asambleas y en las calles la vigencia de la lucha por nuestro derecho, a pesar de la política desplegada por  sectores del kirchnerismo que pretendieron darle un lugar secundario en la jornada.

Como en 2018, la presentación del proyecto para obtener legalización, debe estar acompañado de grandes movilizaciones. No tenemos expectativas en un Parlamento que dio sobradas lecciones de ignorancia y de prepotencia, ni nos emocionan supuestos diputados o senadores “sororos” que compiten a la hora de bajar las jubilaciones, encabezar la cruzada antimigrante, o saludar la ofensiva imperial contra Venezuela. Es en las calles y luchando donde conquistamos todos nuestros derechos. ¡SERÁ LEY!

El próximo Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans y Travestis (a pesar de corrientes como el PCR que niegan el carácter plurinacional y disidente),  se realizará nada menos que en La Plata, la capital de la provincia más grande del país. El proyecto Cambiemos tiene allí una de sus patas y apuestas principales con María Eugenia Vidal, portadora de un cinismo hipócrita con el cual pretende callar la realidad que atraviesa la provincia con mayor población de nuestro país.

Por mencionar sólo algunos elementos, el 63% de los femicidios del año 2018 se dieron en territorio bonaerense, a lo que se suma 320 denuncias por día por violencia de género en la provincia según datos relevados por la Procuración General de la Suprema Corte. Los departamentos judiciales con mayor cantidad de denuncias son Lomas de Zamora y San Martín, ambos del conurbano bonaerense.

El vaciamiento de la salud y educación públicas son otra muestra del ajuste feroz que Vidal descarga sobre la enorme población que depende de ellos como así también sobre las y los trabajadores de esas áreas. La muerte de Sandra y Rubén el año pasado al estallar el comedor de la escuela N° 49 de Moreno por un escape de gas denunciado por la institución y nunca resuelto por el gobierno, fue la expresión máxima de hasta donde es capaz de llegar Vidal con su ajuste. La salud pública corre el mismo camino, la pretendida re estructuración del sistema de salud, en respuesta al pedido del FMI de recortar el gasto social lleva al vaciamiento de programas de salud pública como así también la mayor precarización de las y los trabajadores.

La precarización de la vida, el deterioro permanente de los niveles de vida, el derecho a la vivienda y el aumento de la pobreza en la niñez muestran realidades alarmantes en el conurbano bonaerense.

Frente a esta realidad, el movimiento de mujeres, lesbianas, trans, travestis y no binaries tenemos la enorme responsabilidad de organizarnos de cara al Encuentro Plurinacional para golpear con fuerzas a Vidal en primer lugar y a todos aquellos sectores que buscan garantizar (acompañando en más de una ocasión con sus votos) sus políticas de ajuste.

Este 8M hemos demostrado que con la fuerza de la unidad no nos para nadie, que sin resignar posiciones nuestro movimiento continúa creciendo y consolidándose, que nuestro movimiento es con todes adentro, con la fuerza de la historia, llegamos para revolucionarlo todo.

¡Abajo el patriarcado, se va caer!

¡Arriba el feminismo que va a VENCER!

9 de marzo de 2019

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