Nos encontramos en el Festival Puentes de Agua. Estamos con Onésimo Flores que es uno de los habitantes de Andalgalá que mantiene el acampe de Choya, a 3000 metros sobre el nivel del mar, cortando el paso de las máquinas de la empresa MARA (Agua Rica – Alumbrera). Nos cuenta sobre la lucha que vienen dando desde hace más de dos décadas.

Buenas noches, sí, es una lucha muy larga, sacrificada. Dejamos muchas cosas. Hacemos esta lucha porque sabemos que el agua es lo fundamental para la humanidad, es un recurso único que está en peligro. Nosotros tenemos la gran cantidad de agua que baja por nuestras cuencas son las que están rompiendo día y noche, las máquinas. Están tirando todo el escombrerío para nuestro río. Somos perseguidos por la justicia, judicializados, nos meten miedo, hicieron dividir a la familia. Juegan con la necesidad de la gente, creando fuentes de trabajo para decir que la empresa da el futuro, construyendo que la empresa es el “futuro de vida”. Pero te da pan para hoy, y hambre para mañana porque son 3 o 4 meses de ese trabajito y después, ¿a quién les vas a ir a reclamar cuando te tiren todo al río y te quedes sin agua? Es lamentable, porque es un pueblo fértil, vivimos de la siembra y la cosecha y es una lástima perder un pueblo, como ya pasó acá en Andalgalá, perder un pueblo por culpa de la empresa Alumbrera. Si seguimos así, no solamente Choya se va a perder, se va a perder Potrero, Andalgalá, todo lo que está alrededor. No sé hasta dónde quieren llegar con esta ambición de destruir nuestras cuencas, nuestros apus, que son sagrados. Es como un vaso de agua que usted lo agujerea y sale agua. Eso es único para nosotros. La Pacha sabe quiénes somos y algún día ella nos agradecerá con su voluntad, con la fuerza que nos da, no estamos solos, la gente se une. Tenemos esperanza de salir adelante. Sabemos que la Pacha es grande, es muy sabia y eso es más o menos lo que estamos viviendo hoy en día. A pesar de que nos destruyeron nuestro acampe, nos robaron todo. Pero eso es material, eso se recupera. Lo volveremos a armar con más fuerza con más decisión de volver a retomar ese lugar, porque estaos defendiendo algo único.

Es duro vivir arriba. Pasar frío, pasar lluvias, nevadas, garrotillo, viento. Es duro, duro. Pero es para defender el agua, no sólo de Andalgalá, de Catamarca, sino de todo el país, para todos.

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