31 de julio de 1974-A 47 años de su asesinato a manos de la Triple A.
Ortega Peña: asesinato de un revolucionario
Ese 31 de julio, mientras gobernaba el peronismo, Rodolfo Ortega Peña cae acribillado por las balas de la Alianza Anticomunista Argentina, más conocida como la Triple A, en pleno centro de Buenos Aires.
Muchos y muchas se ocuparon de ocultar esa parte de la historia, al punto que gran parte de los y las jóvenes de hoy ignoran quién fue, qué pensaba y por qué lo asesinaron.
Al momento de su muerte, «El Pelado», era diputado nacional en ejercicio, defensor de presos políticos y director de la revista Militancia. Fundamentalmente un intelectual solidario comprometido con las causas populares. Tenía sólo 38 años.
Esa noche, acompañado de su esposa Elena Villagra, fue asesinado con total impunidad por tres hombres armados con ametralladoras. Necesitaron 10 balas para acallar a un hombre que, siendo peronista, se atrevió a abrazar la idea de la Patria Socialista.
Las disputas internas dentro del peronismo se hicieron presentes también en su velorio. El Congreso ofreció su edificio para el velatorio. Sin embargo, Elena Villagra, dispuso que se realizara en la sede de la Federación Gráfica Bonaerense. En el lugar se pudo ver en una tela la leyenda con pintura roja: “La sangre derramada no será negociada”.
También, al mismo lugar llegó una corona cuya inscripción decía: “Sus compañeros de D.I.P.A”. (aludiendo a la División de Investigaciones Policiales Antidemocráticas, de funesta actuación durante la dictadura de Onganía y sus sucesores, disuelta por el gobierno de Héctor J. Cámpora). Ese hecho fue interpretado por sus amigos y compañeros como una “provocación” de la derecha peronista.
Eduardo Luis Duhalde (no confundir con el otro Duhalde, responsable de la represión y asesinatos de Maximiliano Kosteky y Darío Santillán), en los años 60 junto a su compañero Ortega Peña, actuaron como abogados defensores en causas que involucraban a militantes políticos tanto del peronismo como de otros partidos, declaró a la prensa que “esta muerte es una muerte clara. Se sabe de dónde viene. No nos cabe la menor duda que son precisamente los enemigos de esa patria socialista por la que luchó Ortega quienes lo asesinaron. No ha muerto simplemente un diputado, sino un militante del peronismo revolucionario que tenía una vieja y consecuente lucha al servicio de la clase obrera y el pueblo».
Desde Venceremos Partido de Trabajadorxs lo recordamos como parte de esa generación de revolucionarixs que, convencidos de sus ideas y dispuestos a luchar por sus objetivos, fueron capaces de ofrendar hasta su propia vida. Fue parte de un Peronismo Revolucionario para el que la bandera de la Patria Socialista no era una mera consigna. Era un objetivo a alcanzar.

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