Lo que estamos viviendo el conjunto de la sociedad hoy día no solo es un suceso inédito sino que también tiene distintas realidades, por más que nos quieran hacer pensar que cada sector social hace su esfuerzo para un bien común, que en este caso sería salvar al sistema. La cuarentena y las posibilidades de cuidarse frente al virus que recorre el mundo no son las mismas, más aun, son bastante dispares. Tan dispares que dejan al descubierto la verdadera cara del sistema político en el que vivimos. Mientras funcionarios, empresarios y dirigentes gremiales dan las directivas, desde su cómoda cuarentena, las y los trabajadores sostenemos el mundo para que siga rodando. En paralelo las fuerzas policiacas se apoderan de las calles con un espíritu más bien persecutorio que de cuidado.
Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan
Plantas de producción de alimentos, combustibles y medicamentos, gráficas, trabajadores del transporte público y los dependientes del estado ligados a tareas esenciales, trabajadores de los servicios públicos básicos, etc. Las y los trabajadores somos les que hacemos posible que esto siga funcionando. Como si esto fuera poco, no en todos los sectores las empresas y el mismo estado están cumpliendo con el cuidado pertinente para la pandemia. Hablamos de un protocolo, de mantener guardias mínimas, de reorientar la producción en base a necesidades básicas elementales, tomar medidas que reduzcan el flujo de trabajadores como por ejemplo eliminar momentáneamente el pago de todo transporte público, etc.
En el caso de la producción de alimentos se mantiene la elaboración de comida chatarra y golosinas, mientras en sectores como el del gremio de la carne donde se sigue produciendo para la exportación tal como lo viene denuncian la Comisión Interna del Frigorífico Rioplatense (Gral. Pacheco, Zona Norte GBA), exponiéndolos al hacinamiento y la insalubridad, una situación que se repite en sector azucarero, tal como lo denuncia el SOEASI en el Ingenio San Isidro (Salta), productor de alcohol.
En el sector de las Telecomunicaciones, las patronales han hecho lo imposible durante estos días por mantener sus márgenes de ganancias convocando a planteles externos y de contacto al cliente a la concurrencia sin garantizar elementos esenciales de higiene. A partir de decretarse la esencialidad del servicio, ha convocado masivamente a sectores que consideran indispensables, sin garantizar solo guardias mínimas para realizar solo tareas de mantenimiento y reparación, incluso el Grupo Telecom está enviado carta documento a quienes por no estar garantizadas las condiciones sanitarias no se han presentado a trabajar. La peor parte en este sector se la llevan las y los tercerizados de plantel externo sin ningún tipo de amparo gremial y de los Call Center, donde son varias las denuncias por hacinamiento.
Por su parte, el Grupo Techint, a partir de la ampliación del decreto 297/2020 sobre actividades esenciales, que permite seguir operando en “industrias que realicen procesos continuos cuya interrupción implique daños estructurales en las líneas de producción y/o maquinarias, en acuerdo con la Secretaría de Industria, mantiene abierta sus plantas de Tenaris-Siderca de Campana y Ternium San Nicolás con sus respectivos puertos, mientras en las que no puede mantener el «normal» funcionamiento aprovechan para realizar quitas salariales, tal como denunció el cuerpo de delegados de Tenaris-SIAT (Valentín Alsina, GBA Sur). Sin embargo, acaba de anunciar el despido de 1450 trabajadores por la paralización e obras en 3 provincias, dejando a los trabajadores en la calle en el medio de esta emergencia.
En cuanto al transporte público, se mantienen activos los sectores de trabajadores encargados de cobrar pasajes y controlar el pago, tareas absolutamente innecesarias. En los sectores estatales ligados a tareas esenciales no se dan los cuidados sanitarios de manera responsable para con las y los trabajadores, sobre la base de una infraestructura que ya de por si está colapsada totalmente por décadas de desfinanciamiento. El sector de trabajadores y trabajadoras Aeronáuticas está altamente expuesto y sin embargo se mantienen funciones que podrían darse de baja para disminuir el amontonamiento de personas. Mientras los gremios aeronáuticos denuncian que LATAM está amenazando con bajar sueldos para afrontar la situación, al igual que en otros sectores, la empresa GPS, tercerizada de Aerolíneas Argentinas despidió trabajadores que exigían condiciones básicas de higiene. En los ferrocarriles hay sectores de los que se borraron hasta los gerentes y supervisores, quedando totalmente desamparados los trabajadores, sin comunicación. En los más precarizados y en negro hablamos de la pérdida del trabajo casi en su totalidad como en el caso también del sector tercerizado.
La actuación de la dirigencia gremial burocrática en los días que transcurre la emergencia sanitaria combina tanto la cobardía como la adaptación (y aceptación) a los esquemas y ritmos que imponen las patronales, funcionando en muchos casos como voceros y funcionarios del gobierno y las patronales en lugar de expresar los reclamos de sus bases. La UOM llegó a sacar un comunicado planteando que la dirección del sindicato iba a hacer cuarentena, mientras miles de metalúrgicos seguían yendo a trabajar. Dáer se atrevió a decir, casi en un acto cómico, que si no fuera por el coronavirus hace rato estarían en la calle reclamando paritarias. La Unión Ferroviaria permite que la empresa llame a voluntarios a trabajar haciéndose cargo los trabajadores mismos de su decisión, apelando al patriotismo y al sentimiento ferroviario. Son una verdadera burla.
Como aportar a una salida de conjunto
La pregunta que surge es cómo debería organizarse y orientarse esa producción esencial para este contexto. En primer lugar, hay cientos de trabajadores y trabajadoras que son madres y padres de niñes y adolescentes y están trabajando, personas que conviven con grupos de riesgo que también están yendo a trabajar. Esto ya marca el trasfondo de una política, la vida parece importar menos cuando se trata de las y los trabajadores. Por un lado, la policía te puede verduguear y correr en la calle por irresponsable si saliste a la esquina de tu casa o incluso te puede meter un balazo por ir a comprar el pan, pero si sos un ricachón como Tinelli podes romper la cuarentena tranquilo. Pero además, lo que esulta absolutamente injusto, absurdo y desigual es que si un trabajador o trabajadora esta laburando 12 horas fuera de su casa y vuelve a su hogar donde tiene 3 hijos y a una persona mayor con diabetes a argo, eso no es motivo de escarmiento para empresarios y funcionarios que obligan a les laburantes a continuar con tareas que no son, de ninguna manera, esenciales. ¿Qué decir de la «señora bien» que escondió a su empleada doméstica en el baúl de su auto para evitar los controles?
En segundo lugar la producción debería ser organizada en el sentido de menguar la afluencia de personas en el lugar de trabajo a la menor expresión posible para sostener lo esencial. No solo no se cumple con esta cuestión, mencionada en el decreto 260/2020, sino que además se mantienen las producciones y los mismos ritmos de elaboración de productos secundarios como la comida chatarra, golosinas, bebidas, siendo en muchos casos para exportación. La producción debería ponerse al servicio total de las necesidades básicas del pueblo, pero no parece ser esa la idea.
Es muy claro que la situación que se abrió deja al descubierto al sistema, la contradicción entre empresarios y trabajadores se agudiza mucho más por nuestra exposición, los sectores populares no pueden hacer cuarentena desocupados, sin comida y hacinados. Tenemos que implementar nuevas e ingeniosas formas de organización de las clases trabajadora y los sectores populares. Practicar la solidaridad y prepararnos para la salida luego de la cuarentena, ya sea por finalización de la medida o por lo que podría ser una explosión social. Para esta coyuntura que se abre para la clase trabajadora, desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs planteamos.
– Organización y orientación de los sectores productivos en función de las necesidades básicas del pueblo.
– Guardias mínimas y rotativas con reducción de la jornada laboral para los sectores esenciales.
– Comisiones de higiene y seguridad en los lugares de trabajo para garantizar la salud de las y los trabajadores.
– Recomposición salarial para todos los sectores, privados y del estado.
– Gratuidad de los servicios públicos para el pueblo trabajador mientras dure la cuarentena.
– Eliminación de la tarifa en el transporte público
– Impuesto a la renta extraordinaria del agro, la industria y los formadores de precios