El día viernes 10 de mayo diversos diarios locales y nacionales se hicieron eco de la noticia: Mauro Aguirre, abogado y docente de la UNCuyo fue detenido por abuso sexual cometido a estudiantes de la universidad. Las denunciantes se organizaron colectivamente para denunciar las prácticas machistas vividas en el marco de la Agrupación Universitaria Nacional (AUN), perteneciente al Movimiento de Integración Nacional (MIN).
Vinculados a estas denuncias se encuentran 3 imputados: Lucía Fernández, Mario Codoni y Leandro Fontán, pertenecientes al AUN y son quienes habrían facilitado que se cometan estos delitos.

#Mirá cómo nos ponemos
En diciembre del año pasado se realizó una Asamblea de la Comisión de Mujeres e Identidades sexuales disidentes en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo, motivada por una serie de denuncias por redes sociales hacia personas vinculadas a la facultad. Allí se expresaron estudiantes, administrativas y docentes y se realizaron diversos relatos donde se expresaron situaciones de acoso, violencias y abuso sexual con la presencia de autoridades de la facultad.
En dicha Asamblea militantes de AUN se hicieron presentes, quienes participaron presentando una nefasta carta de la cual hizo lectura Mariana Abrego (ex secretaria de la FUCuyo y ex candidata a diputada nacional por el MIN en 2017). Dicha carta minimizaba las denuncias y se escudaron bajo el argumento de que lo que se estaba realizando era una “persecución política” hacia su espacio, sin admitir las prácticas violentas en su organización.
A partir de de la Asamblea se iniciaron dos procesos: uno penal y el otro a través de acciones de la facultad. Ambos caminos fueron lentos, y hubo que presionar para que el Consejo Directivo de la facultad tome medidas efectivas, por lo cual recién en abril se logró suspender a Mauro Aguirre e iniciar el sumario administrativo, mientras que del juicio académico no se tiene noticias.
Las serie de denuncias que se realizaron en la Asamblea de mujeres e identidades sexuales disidentes no fue casual, sino que formó parte de la ola de “escraches” con la frase #miracómonosponemos a partir de la denuncia pública de la actriz Thelma Fardin contra Juan Darthés por abuso sexual. Muchas mujeres sintieron la fuerza de poner en palabras diversas situaciones de abusos y violencias vividas, y fue el espacio de la denuncia pública donde se hicieron lugar para animarse a contar lo vivido, a modo de desahogo pero también a modo de cuidado y advertencia a otras mujeres respecto a determinados varones y organizaciones.
Las denuncias públicas no tienen nada de punitivismo, como ciertos sectores de manera nefasta lo expresaron. Las denuncias constituyeron una actitud defensiva de muchas mujeres que atravesaron situaciones de violencia y que durante noviembre y diciembre lograron poner en palabras situaciones de abusos, violaciones y distintas violencias frente a las cuales no encontraron lugar que les habilitara la escucha y el silencio terminó siendo la prisión para ellas mientras que para sus agresores permaneció la impunidad.
El movimiento de mujeres e identidades sexuales disidentes nuevamente logró acompañar la puesta en la agenda pública de un tema silenciado e invisibilizado para muchas como es el abuso sexual..

«El jefe»;»El dios» ejemplos de cómo se construyen referentes patriarcales

La denuncia que realizaron las estudiantes se inició primero a través de redes sociales, entre ellas una cuenta de instagram llamada @fueramachosdelaun donde se recibieron relatos de ex militantes del AUN. El relato de las denuncias caracterizan al AUN como una organización jerárquica, violenta, machista y misógina, y el lugar de poder que ocupaba Aguirre habilitó para que se cometieran los abusos.
Las situaciones ocurrieron entre 2010 y 2015 cuando la edad de las estudiantes rondaba los 18-19 años. Los relatos de muchas comentan como desde la misma agrupación estudiantil se generó aislamiento de las chicas, de sus familias y amistades y relaciones afectivas ajenas a la agrupación. Es decir, se buscó que el único grupo de pertenencia sea la agrupación. Los hechos se cometieron en el marco de cena de gala o de camaradería con integrantes de la agrupación a la cual se invitaba a las chicas. De esta tarea se encargaban las 3 personas procesadas, quienes llevaban a las chicas a ese lugar y luego se retiraban, dejándolas a solas con Aguirre en una casa y frente a un colchón para cometer el hecho.
AUN es conocida en la Universidad por sus prácticas sectarias, en donde sus militantes tienen que responder estrictas normativas. Por mucho tiempo las denunciantes permanecieron en silencio por miedo a represalias.
Las situaciones de abuso se encuentran agravadas por el hecho de que Aguirre es profesor, y ello generaba una relación de poder desigual sumado a la gran distancia generacional.
En el marco de la referencia que se creaba en torno a Aguirre, les integrantes de AUN se referían a él como El jefe, el Dios. También existen denuncias que relataban que tener relaciones sexuales con él era «la iniciación» o bien lo hacían por «fáciles». Hoy pudiendo desarmar esas nociones sale a la luz no sólo un macho abusador y cómplices sino también toda una estructura patriarcal que lo avala.
Mauro Aguirre ocupaba hasta hace poco la secretaría Masculina del PJ. Pero además fue parte del partido político encabezado por Aldo Rico denominado Modín, que propagaba un nacionalismo de derecha, fue candidato a gobernador en 1989, y en 1994 fue elegido como convencional constituyente por Mendoza y participó de la reforma que incorporó la reelección presidencial.
Además entre los imputados se encuentra Leandro Fontan quien además de ser abogado ejerce como docente en las escuelas públicas y es militante activo en la agrupación Azul-Naranja del SUTE. Por lo cual desde Venceremos exhortamos a que la agrupación lo expulse de sus filas y proteja un órgano obrero como es el SUTE de abusadores y facilitadores de actos abusivos.

Al silencio no volvemos nunca más

Cada relato que salió a la luz durante noviembre y diciembre de 2018 no fueron simples escraches, fueron las mismas compañeras hechas mariposas que salían del lugar de encierro, de silencio y culpa al que nos encierra esta sociedad. Los abusos sexuales son la expresión de la violencia patriarcal con el cual buscan adoctrinar nuestros cuerpos.
Rebelarnos ante este sistema implica hacer visible las violencias vividas, y la organización colectiva nos demuestra que juntas vamos avanzando hacia un horizonte donde alcancemos justicia ante los atropellos hacia nuestros derechos.
Celebramos la detención de Aguirre y exigimos pronta condena para él y sus cómplices.
Y gritamos:
El miedo, los machos abusadores y sus encubridores QUE ARDAN

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