El año no comenzó de la mejor manera para la clase trabajadora y los sectores populares de Argentina. Como si viviera en otro país, el presidente Macri arrancó el 2018 en unas nuevas vacaciones en Villa La Angostura y el ministro de Trabajo Jorge Triacca fue premiado con una estadía en Chapadmalal luego del escándalo protagonizado con su empleada doméstica a quien le había otorgado un cargo en el SOMU intervenido. Como dijo nuestro referente Hernán “El Vasco” Izurieta, delegado general de ATE Trabajo, una junta que encabezó la lucha contra los despidos del propio Triaca: “Es una gestión que avasalla derechos laborales en su propio Ministerio, y quedó demostrado que en el ámbito particular también actúa en similar sentido”. Y lo mismo se aplica para todo el país. Los conflictos por despidos, vaciamiento y cierre de empresas, atraso en los pagos e incumplimientos patronales se extienden a lo largo y ancho de nuestro territorio.

Ajuste y Reforma Laboral por sector

El gobierno salió herido de la aprobación de la nefasta Ley de Reforma Previsional que ataca a las y los jubilados y los sectores más vulnerables de la sociedad, movilizaciones masivas y represión mediante. Ese desgaste, provocado por la lucha de quienes ganamos las calles de manera unitaria y la presión social, obligó al gobierno a cajonear, al menos por el momento, la reforma laboral. Pero la suspensión del tratado en el Parlamento de dicha reforma no significa que el gobierno haya cesado con su intento de atacar los derechos fundamentales de la clase trabajadora.

La vía libre para efectuar despidos para el empresariado y el propio estado, el ataque a la salud y la educación pública, a la ciencia y a la cultura y el arte popular,que implica también un ataque a fuentes de trabajo, viene de la mano de una paritaria con un techo del 15% muy por debajo de la inflación real, una avanzada sobre los convenios colectivos y los derechos laborales en una reforma laboral sector por sector que ya comenzó. Estas políticas cuentan además con un enorme blindaje mediático permitido por una concentración en los medios pocas veces vista y con un cercenamiento de voces indignante ya que las y los trabajadores de prensa también son víctima de los despidos y el cierre de empresas.

A esto se suma, como condición para disciplinar al movimiento obrero y prevenir las respuestas de la clase trabajadora, un nuevo ataque judicial y político a los sindicatos. Sin dudas que dirigentes como Moyano y los distintos sectores de la burocracia sindical, aún con sus matices, tienen cuentas que rendir frente a la clase trabajadora, por corrupción, por métodos antidemocráticos y por entregas a lo largo de los años. Pero el gobierno de Mauricio Macri no los ataca por eso sino por no haber podido acordar la reforma laboral. Y ese ataque es un mensaje hacia todo el movimiento obrero. No atacaron en su momento al difunto referente de las 62 Organizaciones y responsable de la precarización y explotación de las y los peones rurales como el Momo Venegas. Lo hacen contra quienes ostentan posiciones críticas al gobierno, incluso aunque no salgan a la calle a pelear, no organicen a las bases y no estén dispuestos a iniciar un plan de lucha.

La extorsión actual a La Bancaria, que conduce el referente de la Corriente Federal Sergio Palazzo, con el intento del gobierno de sacar el aporte solidario del 1%, es un caso testigo de lo que trataran de hacer con los gremios que suelen superar el techo. Lo mismo sucedió durante la paritaria de los gremios aeronáuticos y ahora en la TV Pública, donde la gestión

muestra los recibos de sueldos de dirigentes gremiales porque un trabajador o trabajadora, según la cabeza gorila de los funcionarios y funcionarias millonarias de este gobierno, no puede cobrar un sueldo digno. Así fundamentan la “oferta” que desde el gobierno ofrecen a los gremios de la TV Pública de una paritaria que venció en septiembre de 2017, con un cero por ciento de aumento acompañada de la apertura de los convenios colectivos y/o despidos. Por su parte Camioneros, a quienes también pretenden imponer el techo del 15% y abrir los convenios, definió una movilización el 22 de febrero a Plaza de Mayo a la que seguramente se sumen otros sectores. En docentes, el intento de sacarle la representatividad mayoritaria a la CTERA, en relación a sellos menores, es toda una expresión de los objetivos del gobierno y la inexistencia de paritarias libres en Argentina.

Superar la disputa de aparato y coordinar las luchas para triunfar

Pero así como se extienden las políticas de ajuste, el ahogo a los bolsillos de las familias obreras, los vaciamiento y despidos; también a lo largo y ancho del país nacen experiencias de lucha que si se unifican y son parte de un plan de acción general contra la reforma laboral, pueden triunfar. Muchas de esas experiencias tienen tradición de lucha cuentan con direcciones democráticas y combativas. En otras, aún con conducciones burocráticas, la bronca por la base obliga a salir a pelear y al calor de la lucha se conforman nuevas camadas de activistas que las desbordan.

Las roscas de aparato se contraponen a las necesidades que tiene la clase trabajadora en la actualidad. Además de la disputa hacia el interior de la CGT, con un Triunvirato que permanentemente está a punto de romperse pero que por ahora solo se dobla, aparecen las discusiones en torno a la renovación de autoridades en una CTA (que en la actualidad está partida en tres), en vísperas de una supuesta unificación

En el primero de los casos, el encuentro que se realizó el mes pasado en Mar del Plata, del que participaron Moyano, Barrionuevo, sectores vinculados al MASA y a la Corriente Federal, con un documento crítico al gobierno, no representa ninguna perspectiva real de lucha más allá de movilizaciones aisladas convocadas con un mes de anticipación que aparecen más como respuesta política al asedio judicial que como un intento de iniciar un plan de lucha, o de darle continuidad a la jornada del 29 de noviembre, cuando algunos de esos sectores confluyeron en el Congreso contra las reformas antiobreras del gobierno.

En el segundo caso, las disputas en la CTA muestran, por un lado, el intento de unificación de la CTA de los Trabajadores con un deteriorado Pablo Micheli sin nada nada de base. Sin embargo, los sectores más fuertes de esa parte de la CTA brillan por su ausencia a la hora de organizar las luchas de manera consecuente, como lo demuestra ATE Capital en conflictos como el de Canal de la Ciudad, convocando y levantando marchas sin realizar asambleas con una base combativa que viene dando una firme pelea contra el gobierno de Larreta. O CTERA que no planifica una lucha consecuente por una paritaria nacional sino que abandona en el aislamiento a cada sindicato provincial. Por su parte, el sector referenciado en Cachorro Godoy y ATE Nacional apuesta a conducir una CTA paralela o autónoma, en un acuerdo con algún sector de la izquierda que le legitime la elección desde la oposición.

En todos los casos, son disputas lejanas a las necesidades del pueblo trabajador que viene dando peleas significativas y que necesita de políticas unitarias y de lucha, tanto en los lugares de trabajo como en las calles, para derrotar la avanzada del gobierno y los empresarios. Desde esa perspectiva, reivindicamos todas las luchas que plantean la unidad de acción y de clase por sobre los intereses de aparatos o las diferencias reales y genuinas entre diversas tendencias y sectores que intervienen en el movimiento obrero, como las que se llevan adelante en el INTI; en el Hospital Posadas a pesar de la burocracia de UPCN y ATE Morón, donde confluyen distintos gremios y trabajadores y trabajadoras con características diferentes; o la lucha que está dando el SiPreBA en los medios públicos, que logró unificar al menos parcialmente a todos los gremios de la TV Pública en determinadas acciones de su plan de lucha.

En este contexto, las centrales sindicales, que más allá de la solidaridad testimonial debieran unificar estas peleas tras un plan de lucha general, brillan por su ausencia. Luego de las convocatorias forzadas por las jornadas de diciembre en el marco del tratamiento de la reforma previsional, está vigente más que nunca la exigencia de paro general con movilización.

¡Paro general y movilización con plan de lucha contra los despidos y la reforma laboral por sector!

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