La jornada histórica de lucha, protagonizada por miles de trabajadores y trabajadoras que se concentraron en congreso y enfrentaron la terrible represión policial (quedando más de 70 manifestantes detenidos), tuvo continuidad en el masivo cacerolazo que se desarrolló durante la noche, en prácticamente todo el país contra la reforma previsional y en repudio a la represión.

En la Capital Federal, incluso, columnas desde distintos barrios llegaron hasta el congreso configurando una imagen que a todos y a todas nos llevó a pensar en el 2001. Esta manifestación también fue reprimida durante la madrugada.  Los discursos nefastos y justificatorios de la represión de la tarde, emitidos por todos los medios masivos de comunicación, caen en saco roto ante la realidad: este gobierno reprime cualquier tipo de protesta social.

Pese a todo este marco de movilización, la cámara de diputados siguió sesionando, y a las 7 de la mañana del día de hoy aprobó un verdadero saqueo a los jubilados, a las y los pibes de las barriadas y a los veteranos de Malvinas. Un verdadero saqueo a la clase trabajadora en su conjunto, dado que la Ley modifica las condiciones jubilatorias hipotecando el futuro previsional de los trabajadores y trabajadoras.

El aval del PJ para tal votación fue fundamental, aportando los 20 votos que llevaron a la aprobación de la reforma. El vuelto de esto, es que se apruebe el acuerdo fiscal ya firmado por los gobernadores. Vueltos y miserias que nada tienen que ver con los intereses populares. Una ausencia repetida en el recinto fue la del ex candidato a presidente por el FPV, Daniel Scioli, que no estuvo ni ayer ni el jueves pasado, cuando la sesión fue levantada por la también brutal represión suscitada afuera del Congreso.

Sin lugar a dudas, esta, la primera de un paquete más amplio, es una reforma que continúa el proyecto estratégico del macrismo: seguir sacandole a las y los más desfavorecidos de la sociedad para que los empresarios y multinacionales la sigan levantando en pala. Mientras le permite cumplir con la tarea ante los organismos internacionales, que impulsan en todo el continente estas medidas neoliberales de hambre y saqueo.

Las últimas dos semanas marcan un cambio en la etapa política, configuran un escenario de mayores enfrentamientos, de una mayor ofensiva popular pero también de transformaciones radicales y regresivas por parte del gobierno. La única garantía para la defensa de los derechos populares es seguir sosteniendo la movilización.

¡Abajo las reformas neoliberales!

¡Libertad a todos/as los/as presos/as por luchar!

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