Luego de varios meses las organizaciones sociales logramos con la lucha un gran paso para revertir las condiciones de vida miserables en las que vive un tercio de la población de una de las provincias más ricas del país. En el medio de un año plagado de elecciones polarizadas, campañas multimillonarias las y los trabajadores precarizados logramos instalar en la agenda de debate político una realidad que se intenta patear abajo de la alfombra.
La situación en los barrios de la capital neuquina es de una alarmante precarización, miles de familias no tienen los servicios básicos como luz, gas y cloacas pero lo que más resuena es el gran déficit de viviendas que está cercano a las 70.000. Estos números sumados a la inflación y el incremento de la canasta básica configuran un “cóctel explosivo” imposible de ignorar, que se profundiza de la mano de la transferencia de recursos a las empresas petroleras garantizada por los gobiernos de turno. Neuquén es un ejemplo muy claro de cómo el capital saquea y exprime las riquezas públicas pero no está dispuesto a resignar ni un punto porcentual de su ganancia.
Las crónicas de la lucha muestran enormes columnas de compañeros y compañeras marchando, cortando rutas, puentes y bloqueando petroleras con la firma convicción de la pelea popular como única forma de avanzar sobre una política utilitarista de un aparato estatal totalmente corrupto al servicio de una élite dominante. Más de 2.000 personas en cada una de las convocatorias no pudieron ser ignoradas por lxs administradorxs de las ganancias de las transnacionales. Nosotrxs, desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs como parte del FOL, junto con el Polo Obrero, la Ctep, el Frente Popular Darío Santillán y el Sindicato de Ceramistsa levantamos las banderas de un sector de la sociedad que no cuenta con ninguna de las condiciones de trabajo que hemos conquistado y defendido como clase en el sector formal. Esto es una tarea impostergable en pleno neoliberalismo capitalista, que arroja a la informalidad a cada vez más trabajadorxs.
En una de las provincias más ricas del país, la pobreza sigue aumentando al igual que lo hacen las ganancias de una pequeña casta de privilegiadxs vinculadxs al MPN. En el escenario de avance del partido provincial en el control del aparato estatal, la victoria de las organizaciones sociales es un viento que empuja la lucha general. La negociación se centró en mejorar los ingresos de los y las integrantes de la cuadrilla de trabajo. Con la lucha se consiguió aumentar la cantidad de compañeros y compañeras para realizar trabajos barriales y comunitarios. Además se abrió una instancia de negociación para la realización de obra pública por parte de las organizaciones.
Durante la lucha hemos atravesado momentos duros, discutiendo con un gobierno provincial del MPN y un gobierno municipal macrista que hicieron oídos sordos a los reclamos populares. El fenómeno de la inmigración de miles de familias de las provincias argentinas o países limítrofes, producto de las expectativas generadas en los medios comunicación nacional ha convertido a la región en un caso de estudio por la creciente polarización social.
La degradación ambiental -producto de la avaricia de un sistema capitalista que no repara en nuestras vidas frente a sus ganancias- refuerza el significado de la lucha. Porque no nos resignamos a vivir entre cigüeñas, pozos, oleoductos, gasoductos y basureros petroleros necesitamos plantarnos frente a los empresarios causantes de los desastres ambientales que se hacen cada día más inevitables a nivel mundial y frente los gobiernos cómplices y serviles del capital. Nuestros barrios no escapan a esta realidad degradante y nos quieren acostumbrar a vivir en zonas de sacrificio.
Este triunfo popular también planta bandera frente a las políticas de ajuste del MPN de la mano del macrismo. El desfile de CEOs internacionales por nuestra región es agenda de todos los días en los medios pero no es para traer buenas noticias para el pueblo. Durante estos últimos 4 años no se cansaron de aplicar políticas de ajuste y tarifazos. De esta forma nos preparamos para seguir en la calle para enfrentar cualquier intento de aplicar las recetas del FMI y todo modelo económico que dé la espalda a la clase trabajadora.
La lucha de las organizaciones sociales se ha convertido en un reflejo de la situación social del país, la precarización laboral impone modificar los métodos de lucha de la clase trabajadora manteniendo las históricas banderas de una tradición clasista que se sustenta en el sacrificio de miles y miles de compañeros y compañeras que han entregado su vida en pos de un proyecto con independencia de clase y perspectiva socialista. Repitiendo las palabras del Che: “¡Sepan los nacidos y las que están por nacer que nacimos para vencer y no para ser vencidos!”
Con estas palabras vaya nuestro abrazo a todos y todas las compañeras de las distintas organizaciones que con firmeza y compromiso se plantaron frente a los gobiernos que solo entienden de prebenda y clientelismo. Porque la lucha en las calles nos hermana. ¡Venceremos!