Saltando las barreras que imponía la sociedad colonial, opresiva, explotadora, patriarcal; las mujeres de Nuestramérica han sido protagonistas activas de las luchas populares por la libertad. Su activo compromiso revolucionario, político y social es aún ignorado o minimizado. Entre ellas, Juana Azurduy fue quien encabezó las guerrillas contra los realistas en el Alto Perú, en épocas de busqueda de libertad e independencia . En esa guerra murieron su marido, el héroe Manuel Padilla, y sus 4 hijos pequeños, a causa del hambre y las penurias. Además, combatió embarazada de su quinta hija.
La campaña de Independencia comenzó con una ofensiva realista desde Lima, para aniquilar el foco revolucionario. En simultáneo, las tropas patrióticas avanzaron hacia el Alto Perú para sumar provincias y ciudades a la causa revolucionaria. Tanto Manuel Ascencio Padilla como Juana Azurduy fueron dos de los comandantes guerrillerxs con que contó la gesta de la Independencia en el Alto Perú. Sus ejércitos populares, peor armados que las tropas realistas pero infinitamente más bravos que estas, se enfrentaron en una de las mayores batallas que debieron soportar los realistas. Su accionar no fue en soledad ni aisladxs, contaron con la participación de aproximadamente 10.000 seguidores aunque una pequeña parte eran soldados regulares. Resistieron hasta que junto con otros grupos guerrilleros se replegaron para unirse a las fuerzas de Güemes esperando la necesaria ofensiva libertadora que completara la maniobra sanmartiniana. Miles de rebeldes altoperuanos se replegaron hacia las provincias hoy argentinas y de ellos salieron los congresales que representaron al Alto Perú en el congreso de Tucumán en 1816
Durante las revoluciones y guerras de independencia las mujeres del pueblo llevaron adelante actividades conspirativas y de organización de las acciones emancipadoras; actuaron como espías y organizaron redes de información muy valiosa a los ejércitos patriotas; organizaron protestas y difundieron propaganda, incluso dentro de las filas de los ejércitos realistas; refugiaron rebeldes en sus casas; transportaron alimentos y garantizaron la logística de los ejércitos, teniendo además una importante presencia en los campamentos preparando los avituallamientos, cocinando, atendiendo a los heridos, enterrando a los muertos. Pero además, peleando directamente en los combates como miembros de las guerrillas patriotas o como soldadas en los campos de batalla, algunas vestidas de hombre para ser aceptadas, otras ejerciendo su condición de mujeres guerreras, en ocasiones desempeñando rangos militares y actuando como estrategas.
Luchamos contra el olvido, contra el silencio de una historia que pretende acallar su lucha en la independencia americana, levantamos también a las mujeres de nuestro continente, y nos embanderamos con su fuerza y valentía para dar las batallas que tenemos por delante. Por la libertad, contra toda opresión, por el socialismo.