A 30 años del episodio del intento de toma del cuartel de La Tablada, el 12 de abril condenaron a cadena perpetua al máximo responsable militar de la represión con torturas y desapariciones en la “recuperación” del cuartel.

23 de enero de 1989. Ese día, Arrillaga sobrevoló la zona en helicóptero e instaló el mando de operaciones en el Puente 12 -en la autopista Ricchieri y Camino de Cintura. Después entró en el cuartel en un blindado conducido por el coronel Zamudio, jefe del Regimiento. El ex general acumula cinco condenas por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. El otro militar acusado es el segundo de Arillaga, el teniente coronel Jorge Varando, quien tuvo un rol central en la represión, pero murió antes de llegar a juicio. Después del copamiento los familiares identificaron algunos de los cuerpos de los militantes asesinados. Cinco fueron enterrados como N.N en el cementerio de Chacarita. En 2009 fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (recomendamos la lectura de la nota que sacamos con motivo del comienzo de los juicios: http://venceremos-arg.org/2019/01/11/30-anos-la-tablada-comenzo-juicio-las-desapariciones-asesinatos/)

Una justicia parcial
Apenas cinco meses después del asalto al cuartel de La Tablada veinte militantes del MTP fueron llevados a juicio. Los condenaron por violación a la Ley de Defensa de la Democracia, una norma que no admitía la revisión del proceso y que había sido sancionada con el regreso de la democracia para sancionar con penas elevadas a los militares que intentaran quebrar el orden constitucional.

Los 13 militantes que entraron al cuartel fueron condenados a perpetua por tiempo indeterminado por los delitos de asociación ilícita calificada, rebelión, usurpación de un cuartel, once homicidios, doce tentativas de homicidio, cuatro privaciones ilegítimas de la libertad, tres lesiones graves y ocho lesiones leves y robo con arma de fuego. Otros siete militantes del MTP recibieron penas de entre 10 y 25 años

El líder del MTP, Enrique Haroldo Gorriarán Merlo, fue detenido en 1995 en Tepoztlán, un pueblo mexicano ubicado a unos 70 kilómetros de la Ciudad de México. Su esposa Ana María Sívori fue detenida en 1994 en Rosario cuando visitaba a su madre enferma. En 1997 él fue condenado a perpetua y ella a 18 años de prisión. Los dos fueron indultados por el ex presidente interino Eduardo Duhalde en 2003.

La investigación judicial sobre las torturas, desapariciones y el fusilamiento de al menos dos militantes avanzó a otro ritmo. El juez de instrucción Gerardo Larrambebere consideró que no había pruebas suficientes y decidió no investigar.

En 2010 la Cámara Federal de San Martín sostuvo que la acción penal contra Arrillaga y Varando por las desapariciones de Ruiz y Díaz había prescripto. Las familias presentaron un recurso ante la Cámara Federal de Casación Penal que fue rechazada y llegaron hasta la Corte Suprema, que revocó el sobreseimiento. Recién ahora, por primera vez se discutió en un juicio las responsabilidades de los militares en la recuperación del cuartel.

La condena

.La Justicia Federal condenó a prisión perpetua al ex General del Ejército retirado Alfredo Arrillaga, por su coautoría en el homicidio agravado por alevosía de José Alejandro Díaz, uno de los cuatro militantes del MTP que aún continúan desaparecidos tras el intento de copamiento del cuartel de ocurrido el 23 y 24 de enero de 1989. El presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°4, Matías Mancini, flanqueado por los jueces Esteban Rodríguez Eggers y Alejandro de Korvez, leyó el fallo que condenó a prisión perpetua al represor, sobre quien ya pesaban otras condenas por delitos de lesa humanidad. Entre ellas está condenado por su responsabilidad en la llamada «Noche de las Corbatas», ocurrida en julio de 1977 en la ciudad de Mar del Plata, donde fueron secuestrados y posteriormente asesinados siete abogados, dedicados a la defensa de trabajadores y militantes. Por ello goza de arresto domiciliario, situación que pidieron que sea revocada, cuestión que el tribunal difirió hasta que la sentencia quede firme.

“Esta sentencia es el primer peldaño de una larga escalera que hay que subir. No vamos a aflojar por las desapariciones de Carlos Samojedny, Francisco Provenzano e Ivan Ruiz y las torturas a compañeras y compañeros”, aseguró Pablo Llonto luego de la sentencia.

Luchar vale la pena
Durante toda la mañana las puertas de los Tribunales de San Martín estuvieron “vestidas” con pasacalles que exigen justicia y fotos de los desaparecidos tras el copamiento de La Tablada. El presidente del tribunal Matías Mancini había rechazado más temprano el pedido de la defensa de quitar los carteles con las fotos de los militantes desaparecidos, porque dijo sentirse “intimidado”. Los abogados, los  familiares y  militantes de derechos humanos festejaron la condena a Arrillaga en la calle, frente al Tribunal, donde el colectivo periodístico que realizó el Diario del Juicio -integrado por La Retaguardia, FM La Caterva y Agencia Paco Urondo-, instaló una radio abierta. Los familiares estuvieron acompañados por, entre otras personalidades, Nora Cortiñas y Vera Jarach, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Paula Litchvasky (CELS), Matías Aufieri (CeProDH), el reportero Eduardo Longoni (cuyas fotos fueron prueba esencial en el proceso), el diputado Horacio Pietragalla y los abogados de la querella Liliana Mazea, Pablo Llonto y Eduardo Lombardi. Los Provenzano, Samojedny, Ruiz y el hijo de José Díaz, Daniel, que vino desde Nicaragua, palpitaban lo que esperaron durante tres décadas. Los jueces consideraron que José Alejandro «Maradona» Díaz, de 29 años, fue asesinado luego de ser capturado junto a Iván Ruiz, y desmontó la versión que el Ejército sostuvo durante 30 años aseguró: que ambos se habían fugado tras asesinar al militar que los había capturado. La foto de Díaz rindiéndose fue la prueba inicial que permitió el juicio. «Estoy emocionado», dijo tras el fallo Eduardo Longoni, el reportero gráfico que retrató en 1989 a «Maradona» entregándose. El abogado querellante Pablo Llonto volvió a referirse a los archivos de la exSIDE, que fueron sumados al juicios hace algunas semanas. Reafirmó que José Díaz aparece allí «mencionado 18 veces como abatido». También aseguró que en esos mismos archivos ahora desclasificados «hay 4 NN y 27 muertos».

La versión de la fuga -que el ejército mantuvo hasta este proceso- se fue desmoronando con las audiencias: primero un ambulanciero y luego otro soldado, declararon como testigos y permitieron advertir que la maniobra fue fraguada desde el inicio por el Ejército y el juez de Morón, Gerardo Larrambehere, que intervino en los hechos.

Por eso la condena fue una bocanada de aire fresco después de tres décadas. «Hace 30 años que estamos esperando esto», dijo Sofía Samojedny, hija de Carlos, uno de los desaparecidos. Por la mañana también habló Arrillaga. Dijo sus últimas palabras antes del veredicto y se refirió a los condenados por crímenes de lesa humanidad como a un sector expulsado de la sociedad: «Somos los Kelpers Argentinos», dijo. Y aseguró que «quienes antes nos aplaudían ahora nos juzgan». Sobre el juicio, el represor dijo que “terroristas tomaron un cuartel, en democracia lo recuperamos bajo órdenes políticas”. Al juicio lo definió como «una política vengativa y revanchista”. Además, se refirió a los militantes del Movimiento Todos por la Patria que protagonizaron el copamiento del regimiento de La Tablada, en 1989, como «terroristas», y sostuvo que gracias a él se «evitó que hubiera más muertos y heridos».

La lucha continúa
Es de esperar que próximamente puedan realizarse otros juicios donde se sepa la verdad de lo que pasó con los otros tres militantes del MTP que aún permanecen desaparecidos: Iván Ruiz (muy presente en este juicio, ya que se rindió el 23 de enero de 1989 junto a Díaz), “Pancho” Provenzano y “El Sordo” Samojedny. Como así también puedan juzgarse las torturas y apremios ilegales a que fueron sometidas/os quienes lograron sobrevivir a la masacre comandada por Arrillaga.

¡Juicio y castigo por los desaparecidos de la Tablada!
¡Cárcel a todos los torturadores y asesinos!

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