
Lejos de los pronósticos publicados por algunas encuestadoras las elecciones provinciales en Neuquén dieron cómodamente ganador al reelecto gobernador Omar Gutiérrez. El MPN mantiene el poder del aparato estatal una vez más, mientras la alianza Kircherista y la opción Cambiemos sufrieron una importante derrota, que se magnificó debido a la anticipada autoproclamación basada en las encuestas a pedido que no preveían una diferencia tan grande. Mientras tanto el FIT obtuvo una buena elección renovando sus dos bancas en la legislatura.
El escenario de polarización favoreció para que el 80% de los votos se distribuyera entre los 3 primeros candidatos, observándose sin embargo un considerable corte de boleta en la categoría diputados. El FIT pudo conservar la performance de elecciones anteriores con una campaña austera y militante frente a los millones de pesos que utilizaron los partidos burgueses.
El MPN, como acostumbra el partido gobernante, puso a jugar el control punteril de los distintos estamentos del Estado y el dinero público para comprar, condicionar y extorsionar a miles de electores/as. Su permanencia en el poder desde 1962 se debe en gran medida a la extensión territorial que alcanza el partido en todos los rincones de la provincia haciendo uso del aparato del Estado pero también por el importante papel que juega como principal garante de las relaciones de expoliación de los recursos naturales que sostienen grandes ganancias a las empresas trasnacionales.
Omar Gutiérrez obtuvo casi el 40% de los votos, 23,40% propios y el resto de las 4 colectoras que lo llevaron como candidato. En segundo lugar quedó Ramón Río Seco (Unión Ciudadana-Frente Neuquino) con el 26% de los votos y en tercer lugar Quiroga (Cambiemos) con el 15%. El candidato de Democracia Cristiana sorprendió ingratamente entre los contendientes más votados. El asesino de Carlos Fuentealba, Jorge Sobisch, se ubico cómodamente en un cuarto lugar con el 10% de los votos.
Más allá de las expectativas y especulaciones que se tejieron desde distintos espacios políticos sobre estas elecciones no se presentaron grandes sorpresas como se vaticinaban. Tanto el kirchnerismo como el macrismo fueron derrotados por una fuerza cuya capacidad de negociación a sobrevivido a los diferentes vaivenes políticos. Su tarea principal es ser garante de la paz social necesaria para que las empresas transnacionales y la burguesía nacional se apropien de nuestros recursos.
Las bancas de obreras para enfrentar la derechización
El candidato a gobernador por el FIT, Raúl Godoy, diputado obrero y luchador de la histórica Fa.Sin.Pat, quedó en quinto lugar con el 3,5% de los votos. El porcentaje fue superior en la categoría a diputados/as, con un 5,2%, logrando que Patricia Jure y Andrés Blanco del FIT asuman las dos bancas de la legislatura provincial. Lo que ratificó una vez más que la izquierda unida es un espacio referencia para un sector de la población que entiende necesario abonar a un proyecto con independencia política y de clase.
A pesar de esto, los resultados finales arrojan un corrimiento hacia la derecha en la conformación de la próxima legislatura provincial. El MPN obtuvo 9 diputados/as, a los que se suman 6 diputados/as de sus colectoras, otros 9 para el frente kirchnerista UCFN; 6 para cambiemos, y 3 para Democracia Cristiana. Mientras Libres del sur quedó afuera de la legislatura perdiendo 2 bancas. Aumentan las posibilidades del MPN para alcanzar mayoría absoluta con los resultados propios y obtenidos por los demás partidos burgueses, históricos y potenciales aliados para aplicar las políticas de ajuste que se vienen impulsando en sintonía con las nacionales. Lo que pone de relevancia el papel que pueda desempeñar el FIT como punto de referencia para los sectores populares dispuestos a luchar frente a los sectores conservadores y un MPN cada vez más fortalecidos.
El año electoral empezó muy temprano en Neuquén con una campaña vacía de contenido político en la que prevalecieron los aparatos. Solo el FIT proclamó y sostuvo, en la campaña y en la calle, una política coherente, levantando la agenda de reclamos y luchas del movimiento feminista, la marea verde y el pueblo trabajador empobrecido. Marcando una clara diferencia con el lugar común del político tradicional que dice defender los intereses populares mientras que garantiza las ganancias de las trasnacionales, los subsidios obscenos hacia las empresas de servicios públicos y empresas petroleras. Candidatos/as que defienden el pago de la deuda externa y el pago al FMI, dejando de lado la reivindicación del derecho al aborto legal, seguro y gratuito, la implementación de la ILE, la educación sexual integral y la intervención del Estado frente a la violencia machista que genera numerosos femicidios y travesticidios.
El reposicionamiento del asesino Jorge Sobich como figura pública nada menos que de la mano de Democracia Cristiana, lo más rancio de la política institucional, merece tener algunas consideraciones. A tan solo 12 años del asesinato de Carlos Fuentealba y a las puertas de la reapertura de la causa que lo involucra como el principal responsable ideológico, favorecido por los resultados electorales Sobisch sale en conferencia a intentar redimirse por el apoyo obtenido con el voto. Su campaña al estilo Bolsonaro fue la expresión local de una tendencia que parece instalarse en toda la región y de la que debemos estar alertas. Sobisch se propone condensar la bronca popular frente al ajuste, el hambre y la exclusión desde un discurso de mano dura, y se autoproclama combatiente de la corrupción para ocultar sus propios negocios espurios. Un dato que paso desapercibido durante la campaña fue el desbaratamiento de una red de narcotráfico ligado a la barra brava del club Independiente de Neuquén, institución que Sobisch y sus hijos han utilizado históricamente como caja negra.
Hoy más que nunca es necesario seguir sosteniendo la denuncia pública y la condena social en la calle para desterrar de la política a estas figuras siniestras. En estos días la Corte Suprema de Justicia volvió atrás el fallo que daba por concluida la causa Fuentealba II que juzgaba las responsabilidades políticas del caso. A las vísperas de un nuevo aniversario del asesinato del maestro, el resurgimiento de la figura de Sobisch nos tiene que encontrar el próximo 4 de abril unidos en la calle pidiendo justicia por Carlos y exigiendo aquello por lo que fue asesinado, mejores condiciones de vida para los/as trabajadores/as.
La lucha sigue en las calles
Nuestra tarea militante tiene como prioridad poner un freno al ajuste impulsado desde el gobierno nacional y los gobernadores cómplices, como el MPN. Debemos canalizar la bronca y la indignación en cada lucha, en cada espacio de trabajo contra este proyecto de ricos para construir una alternativa de fondo para el pueblo.
Tenemos enormes desafíos que enfrentar durante este 2019. Porque el FMI sigue metiendo sus narices en nuestro país y el ajuste, la precarización y los despidos se profundizan. Es necesario levantar el no pago de la deuda externa así como la defensa irrestricta de nuestros puestos de trabajo y condiciones de vida. La lucha por el aborto legal, seguro y gratuito continua con más fuerza que nunca como demostró la contundente movilización del 8M. La situación política demanda que desarrollemos todos nuestros esfuerzos para alcanzar mayor organización popular, derrotar al macrismo y conquistar una vida realmente digna.
Frente a los resultados de la primer contienda electoral en el país queremos acercar un caluroso saludo a los/as compañeros/as del Frente de Izquierda junto a los cuales nos encontramos en la calle, luchando, aportando en la campaña, fiscalizando cada voto para hacer crecer esta propuesta política que debe crecer en unidad. Con el sentido de aportar desde nuestras construcciones a tan necesario propósito realizamos diversas actividades como Venceremos en Neuquén en apoyo al FIT, con la certeza que solo afianzando la unidad de la izquierda podremos construir una alternativa de los y las trabajadoras con protagonismo popular para transformarlo todo.