Entrevista a Kevin Rangel, Coordinador Nacional de la Corriente Revolucionaria Bolívar Zamora.

 

A Vencer: ¿Qué es la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora?

Kevin Rangel: La CRBZ es una suma de voluntades comprometidas con el proyecto histórico de la revolución bolivariana y su concreción estratégica: la construcción del poder de la gente y la concreción del socialismo adaptado a nuestra realidad y al tiempo actual, nuestra génesis y desarrollo ha sido al calor de las luchas campesinas, comuneras, de los DDHH, las mujeres y juventud, lo que nos ha configurado como un movimiento de carácter

nacional político social, somos una corriente de pensamiento y acción en el seno del PSUV.

A fines de los ’80, luego de la Masacre del Amparo con un saldo de más de 20 pescadores muertos a quienes los hacen pasar por guerrilleros, cosa que queda demostrada como falsa, nace el Frente Campesino Simón Bolívar, un pequeño núcleo que se forja como el antecedente primero de nuestra Corriente. Luego de la Ley de Tierras, base de la reforma agraria que Chávez impulsa en el 2001, se constituye el Frente Nacional Campesino Ezequiel Zamora, el cual se convierte en la CRBZ como fruto de un proceso de crecimiento, unidad y suma de otras identidades además de la campesina. Este momento coincide con las Leyes del Poder Popular, lo que nos llevó a conformar el Frente Nacional Comunal Simón Bolívar, parte también de la CRBZ.

A.V.: ¿Cómo definen el momento que vive Venezuela?

K.R.: Es un momento complejo, marcado por el desarrollo de un plan imperialista para derrocar el gobierno bolivariano. Hay un plan para asfixiar económicamente al pueblo y golpear toda alternativa que busque el gobierno para estabilizar la situación. Es un plan para todo el continente que tiene como objetivo desestabilizar la región y derrocar gobiernos progresistas y revolucionarios, para instalar ahí gobiernos títeres que le garanticen el control de los recursos estratégicos que abundan en América Latina.

Vamos a un proceso electoral con una oposición dividida y sin capacidad de revertir el escenario a su favor. A lo interno estamos en una situación que denominamos de “equilibrio inestable”: diariamente la crisis económica se profundiza sin embargo existe una estabilidad política. En las calles no está el principal eje del conflicto con la derecha, la disputa el enemigo la trasladó al ámbito económico. El pueblo resistiendo una guerra económica, luchando contra un enemigo que no ve, mientras el enemigo que enfrentamos en la calle en 2017 (guarimbas, insurrección armada) se mantiene actuando en el lobby internacional para profundizar ese cerco económico, el aislamiento internacional, el juicio internacional a los dirigentes de la revolución, desmembrar el proceso de integración y finalmente empujar la aventura de la intervención militar de sus aliados contra Venezuela.

El pueblo diariamente se enfrenta al alza de precios y escasez generada. Existe una hiperinflación inducida que actúa, y tenemos un gobierno buscando resistir la arremetida y a un pueblo que mayormente ha estado en las filas del chavismo, que por momentos luce desmovilizado políticamente y concentrado en lo que hoy es su prioridad, resolver su economía familiar.

Toda esta situación configurada por el enemigo es la que busca capitalizar la derecha. El pueblo es objeto de la más feroz campaña de guerra psicológica y desgaste, sometido de manera inclemente a una guerra irrestricta. El imperialismo y sus aliados profundizan el cerco para el asalto final.

Si bien nosotros entendemos que hay contradicciones internas que son aprovechadas por el enemigo, caracterizamos esta arremetida como una guerra híbrida de cuarta generación. Una combinación de modalidades bélicas ensayadas en Venezuela, que es el laboratorio regional, con el gobierno colombiano como cómplice principal. La presencia y actuación paramilitar, el golpe a la soberanía de la moneda y el intento de quiebre a la vida cotidiana con el colapso económico no logran romper la concientización de un pueblo que entiende que lo que buscan es una guerra civil.

A.V.: ¿Cuál es su propuesta para este momento político?

K.R.: Nosotros vemos que en este momento es necesario encarar la crisis en su justa dimensión. Como nos enseñó Chávez no se puede andar con medias tintas, estamos en un momento de oportunidades para las fuerzas revolucionarias pero hay que actuar con mucho realismo revolucionario.

Desde la CRBZ tenemos como referencia el camino recorrido estos años y el necesario balance de la revolución y sus planes, considerando su expresión final en el Plan de la Patria. Creemos que en la actualidad se debe definir un plan de urgencias nacionales, que nos lleve a concentrar los esfuerzos en cinco aspectos fundamentales para estabilizar el país y en los que la crisis económica ha logrado golpear con mayor fuerza: Alimentación, Salud, Educación, Combate a la corrupción y Servicios públicos: entre ellos es clave la electricidad, el agua, las comunicaciones (telefónicas e internet, gas, gasolina, transporte entre otros). Esto parte de nuestra consigna: “Defender lo conquistado y luchar por lo que falta”.

El protagonismo de la gente y la democracia revolucionaria tiene que ser transversal a todo plan y política, sólo desde estas premisas podremos superar la actual y compleja situación.

A.V.: ¿Cuáles son los principales desafíos internos que tiene el movimiento chavista?

K.R.: En primer lugar, salvaguardar la unidad de las fuerzas revolucionarias, progresistas y democráticas que creemos en un proyecto de desarrollo nacional con soberanía e independencia. Esta unidad no es retórica, es una construcción política, una praxis.

En segundo lugar ganar las elecciones el 20M reeligiendo a Nicolás Maduro y defender la victoria, sostener la unidad del chavismo y pasar a la ofensiva para estabilizar la economía y derrotar los planes injerencistas contra la revolución bolivariana.

En tercer lugar el chavismo está llamado a recrearse, rectificar, revisarse, interpelarse, a fortalecer el vínculo moral y espiritual que legó Chávez con su pueblo. Consideramos que el vínculo moral entre la dirección del proceso y el pueblo es vital para la revolución y no podemos permitir que esté en jaque. Es imprescindible tener siempre presente que el centro de todo proyecto y lucha si es revolucionario es con la gente.

En este sentido continuamos apostando a la construcción comunal, a la organización de todo el pueblo, incluso para la defensa integral del territorio. La Brigadas de Defensa Popular Hugo Chávez y la participación activa en la Milicia Nacional Bolivariana es un aporte en esa línea.

A.V.: ¿En qué situación está el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente y qué balance hacen de la participación de la CRBZ?

K.R.: La ANC se convirtió en un instrumento para estabilizar políticamente al país y garantizar la gobernabilidad estableciendo en la práctica un sustituto de la Asamblea Nacional en desacato para avalar decisiones del Ejecutivo. La ANC fue fruto de un proceso de relegitimación del proceso revolucionario. La oposición no participó y se dio en un contexto de ataque permanente.

La ANC se llevó adelante con métodos de elección de poder popular genuino, rompió con la lógica partidaria porque los candidatos y candidatas se presentaban con aval de su sector o comuna. Cada ciudadano/a podía elegir dos representantes, uno territorial (por municipio) y otro por sector social al que pertenece (comunal, estudiantes, trabajadores, etc). Sin embargo, los propósitos políticos de desatar un proceso constituyente con la gente para discutir un nuevo marco jurídico o mejorar la constitución está en proceso lento, la discusión con el poder originario ha sido limitada, y la participación popular en los hechos, ha quedado delegada en las y los Diputados Constituyentes.

El mayor logro de la ANC, es la paz y la normalización de la vida política en los cauces de la constitución de la mayoría de la sociedad, sin duda esto no es un detalle es un logro importante, pendiente tarea inconclusa todavía, el nuevo texto constitucional.

La CRBZ definió una política que se denominó “por una constituyente de la gente”, creíamos y seguimos creyendo en esa vía para que se amplíe y masifique en profundidad el debate democrático en el seno de la sociedad venezolana, y que esto permita que cuando emerja el nuevo texto constitucional vaya blindado y sea producto de un consenso nacional de las mayorías, que apunte a un proyecto de desarrollo soberano con independencia nacional.

Esas son batallas de ideas en el seno del proceso y de la sociedad venezolana que hay que continuar dando, a las diferencias y contradicciones no hay que temerles, dado que por el contrario, enriquecen y generan síntesis y avances en función de los objetivos nobles de las mayorías nacionales.

Nuestros y nuestras militantes en la ANC han sido coherente con esta política de acercarse a la gente, tomar sus luchas y demandas, así como generar apertura de canales y puentes en función de que el o la constituyente cumpla y asuma su papel. Esta visión de las tareas está sin duda tensionada con sectores burocráticos que tienen otra visión del papel de la gente y del ejercicio pleno de la democracia revolucionaria.

Nosotros estamos participando en las comisiones de seguridad y defensa, economía y de protección social. Tenemos tres constituyentistas, uno por el Municipio San Fernando (Apure), el compañero Orlando Zambrano, y Pedro Alvarado y Yoleida Uzcategui por los sectores comunales de los estados Barinas y Mérida respectivamente.

A.V.: ¿Qué se juega en las elecciones presidenciales del 20 de mayo, y cómo prevén que será el panorama posterior?

K.R.: Las elecciones del 20M para nosotros son un momento clave para la continuidad de la revolución bolivariana, nos jugamos la dignidad como pueblo en un momento donde la oposición ha generado las condiciones para vender el neoliberalismo como la salvación de la crisis, la fracción de la oposición que participará en las elecciones no es una mayoría para vencer al chavismo, aunque no se puede caer en triunfalismo vamos a trabajar para garantizar la victoria, las elecciones propiamente no las vemos como una amenaza, ésta está en el escenario posterior al 20M.

Ahí la principal amenaza está en el frente internacional, la derecha venezolana fue derrotada por su incapacidad, están concentrados en el lobby internacional en un acto constante de traición a la patria subordinados al plan norteamericano y cooperando cabalmente en su desarrollo que busca la intervención militar y derrocar a Nicolás Maduro.

Se vienen tiempos difíciles, duros, que exigirán al máximo de todas las capacidades y fortalezas de la revolución para sostenerse, tiempo donde la unidad se pondrá a prueba, y uno de sus pilares fundamentales: la unidad cívico –militar.

Recordamos que la corresponsabilidad entre el pueblo y las fuerzas armadas en el cuidado del territorio, la participación popular en las brigadas, es base de la revolución.

Creo que las elecciones del 20 de Mayo, que el imperialismo no reconocerá como lo han anunciado, las usarán de excusa para seguir ejerciendo presión contra Venezuela y los que se opongan al control que pretende retomar EEUU en Latinoamérica y volverla a convertir en su patio trasero.

Venezuela es un bastión en resistencia, su victoria y continuidad en el poder político, sea en la circunstancia que sea, será siempre una alternativa, una esperanza, un camino, la dignidad no tiene precio.

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