Todos los medios de comunicación y sus periodistas “estrellas” (y los que quisieran serlo a cualquier costo) no hacen más que repetir el discurso hegemónico. Admiran “cómo Israel se convirtió en líder mundial en la vacunación contra el covid-19”, tal como lo expresa The New York Times del 1 de enero. Sin embargo, la realidad para el pueblo palestino, sojuzgado por la ocupación militar del sionismo, es bien diferente.

 

Es de público conocimiento (pero poco analizado) que dicha “espectacular” vacunación responde fundamentalmente a dos razones: una, las próximas elecciones que Netanyahu necesita ganar para eludir a la justicia por varios juicios por corrupción y, dos, al brutal sobreprecio que pagaron a Pfizer (62 dólares contra 19,50 que paga EEUU) para garantizarse todas las dosis que necesita.

Por lo tanto el ritmo de vacunación de 24 horas al día los 7 días de la semana no es resultado de la preocupación del gobierno por la salud del pueblo israelí. Es una determinación política para llegar bien parados a las elecciones. Sin embargo, como el título de la película argentina de 1993, dirigida por María Luisa Bemberg y protagonizada por Marcello Mastroianni y Luisina Brando: “De eso no se habla”.

Tampoco se habla, analiza y, menos aún, se critica, la postura israelí de no vacunar a los 5 millones de palestinos (sí, cinco millones de seres humanos). Concretamente, el viceministro de Salud Yoav Kisch, ha dicho que quizás podrían ofrecer a Cisjordania y Gaza “lo que les sobre” después de vacunar a la población israelí y a la palestina de Jerusalén este. El Ministro de Salud de Israel, Yaakov Lizman, dijo a Sky News que los palestinos “tienen que aprender a cuidarse por sí mismos”.

No es casualidad que llamen a esta situación el apartheid médico, porque se está practicando en coherencia a la política de apartheid que se aplica en general en los territorios usurpados.

Datos para tener en cuenta

De los 5 millones de palestinos, 3 millones viven en Cisjordania y 2 millones en Gaza. Por otro lado El Dr. Mustafa Barghouthi, médico y político que integra el comité de salud palestino para el COVID-19, escribió en el NY Times que “aproximadamente 600.000 colonos y colonas israelíes que viven ilegalmente en Cisjordania ocupada recibirán la vacuna, mientras que los 3 millones de personas palestinas que viven en la misma zona no serán vacunadas”.

La población palestina de Cisjordania y Gaza necesita desesperadamente la vacuna. Hasta el 6 de enero de 2021, ha habido 144.257 casos y 1.663 muertes por covid-19 en los territorios palestinos ocupados.

Mientras tanto prácticamente millones de israelíes, (incluyendo los y las ciudadanas palestinas de Israel y de la ocupada Jerusalén Oriental) han sido vacunados al 13 de enero de 2021.

Por su parte y, lamentablemente, Rusia respondió a la Autoridad Nacional Palestina (ANP),(que en realidad no gobierna ni decide prácticamente nada, ya que todo el territorio ocupado está bajo jurisdicción de autoridades militares israelíes), que lamentablemente no le podrá abastecer de vacunas dado que tiene toda su producción comprometida.

Un último dato de suma importancia es el artículo 55 del Cuarto Convenio de Ginebra que establece el deber de toda Potencia ocupante (en este caso Israel), de garantizar el suministro de insumos médicos a la población civil en los territorios ocupados por todos los medios de que disponga. Las obligaciones de protección del Cuarto Convenio de Ginebra persisten independientemente de cualquier acuerdo entre el ocupado y el ocupante.

La política colonial en plena ejecución

Una vez más (y van…) el Estado de Israel, y la gran mayoría del mundo subordinado a las potencias, le dan la espalda al pueblo palestino.

No sorprende, pero indigna. Los palestinos son seres humanos que viven en condiciones atroces, bajo régimen militar de ocupación, con cárcel y persecuciones permanentes, con niñes encarcelades, víctimas de violaciones de derechos humanos elementales, y que son arrojados a sufrir a la peor de las calamidades como lo es la pandemia sin atención sanitaria alguna.

Desde Venceremos, Partido de Trabajadoras y Trabajadores, repudiamos el abandono humanitario al que está expuesto el pueblo palestino. Dicho abandono es la continuidad histórico-política de agresión por parte del Estado colonial israelí desde 1948, con el apoyo incondicional de los EEUU y la pasividad y/o complicidad de gran parte de gobiernos “democráticos” del mundo.

La única y verdadera solución a esta ininterrumpida acción de limpieza étnica será el establecimiento de un único Estado con libertades sociales, con derechos humanos y políticos para todo el pueblo, independientemente de sus creencias religiosas y plena vigencia de la autodeterminación soberana.

David Alterman

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