En la nota de fecha 18 de Octubre (ver nota) hacíamos referencia a la fragmentación de los dos bloques gobernantes. Tanto al interior de Juntos por el Cambio como también en el Frente de Todos. Pero para ser precisos y esclarecederos con estas distinciones es necesario caracterizar la situación social y política de conjunto. Como planteaba Lukaks “hacernos cargo de la Totalidad”. Porque el desenvolvimiento de cualquier fuerza política está condicionada y en relación a ese Todo. Esta Nota, pese a su modestia, nace con esa pretensión.
En la etapa imperialista el capital transita un periodo de declinación histórica y las crisis son más recurrentes y profundas. Lenin hablará de “época de guerras y revoluciones”. Rosa Luxemburgo de “Socialismo ó Barbarie”. Fidel de “derrumbe civilizatorio”.
Nikolai Dimitrievich Kondratiev fue un menchevique ruso, funcionario del gobierno de Kerensky, economista y académico que después de Octubre participó en la NEP y terminó fusilado por Stalin en 1938. Desarrolló una teoría sobre los “ciclos” cortos y las “Ondas” largas y planteaba que normalmente el capitalismo entraba en crisis como Ciclos cada 10 años y como Ondas cada 50 años. Pero así como se entraba en la crisis, el mismo capitalismo desarrollaba contra -tendencias que le permitían salir, logrando nuevamente equilibrio. Tanto Lenín como Trotsky fueron críticos de esta teoría. Pero a partir de 1960 marxistas europeos la tomaron (Gunther Frank, Wallestein, Mandel) y en Argentina algunas corriente Trotskistas, alentando expectativas de salidas automáticas de las crisis y en el mismo nivel de cuando se había entrado. Nosotros pensamos, especialmente teniendo en cuenta la experiencia de los últimos 50/60 años, que cada crisis arroja al mundo a una más profunda retracción económica y declinación civilizatoria y suma barbarie a la dominación burguesa.
A partir de 1970 el capitalismo vive una profunda crisis de rentabilidad. Cuando la rentabilidad empresaria cae la inversión en los medios de producción y en el Trabajo se contrae lo que lleva al desempleo, pérdida de ingresos y disminución de la demanda. Aquí surgen las políticas neo liberales para aplastar el poder de los sindicatos y la industria por un lado se desmantela en algunos países que quedan como productores primarios y en otros se desplaza, buscando mano de obra más barata. Pese a estas medidas no se ha logrado restablecer la tasa de ganancia para el capital productivo. El desenlace de todo este proceso es que el crédito y las finanzas no van hoy a la inversión productiva y se vuelcan a la adquisición de instrumentos financieros que le dan al capitalista mayor seguridad y mejor rentabilidad. El resultado, con el agravante de la Pandemia, es que 100 millones de puestos de trabajo se estiman desaparecidos para este fin de año y entre 90 y 120 millones se verán empujadas a la pobreza extrema.
Ante la centralidad adquirida en estos tiempos por el capital financiero es necesario plantear la nacionalización de toda la Banca y que su gestión y administración quede en manos de sus trabajadores y usuarios con el objetivo de que sirva para lograr, con la creación de fuentes de trabajo, el Pleno empleo y poner la economía no al servicio del lucro y la propiedad privada sino de la satisfacción de las necesidades humanas.
Desde Córdoba. 25 Octubre 2020. Carlos “Vasco” Orzaocoa