Hace un año se inició el proceso popular más relevante de las últimas décadas: la Revuelta Popular de octubre, proceso que aún se mantiene abierto y que ha expresado con claridad las demandas y aspiraciones más sentidas de nuestro Pueblo, desbordando los márgenes impuestos.

Este es un proceso que ha nacido desde la Clase Trabajadora y el Pueblo. La victoria aplastante del Apruebo + Convención Constitucional, sólo significa la ratificación del camino que abrimos con lucha y convicción en contra del sistema que nos impusieron a sangre y fuego; y que solo ha beneficiado por décadas a un puñado de privilegiados, relegando a las grandes mayorías a la precarización total de la vida.

Este “despertar” de millones ha tenido diversas expresiones, desde la movilización social, la protesta callejera y organización local, hasta el hito de hoy en la votación plebiscitaria, que expresa claramente la voluntad popular de derrocar uno de los legados de la dictadura de Pinochet: la Constitución Política de 1980. Con una participación histórica por el Apruebo se ha impuesto tal voluntad y decimos fuerte ¡¡su constitución no va más!!

El momento destituyente/constituyente va asomando uno de sus episodios relevantes, pero que sólo expresa una parte de la totalidad del proceso en curso, en el cuál la lucha y organización serán fundamentales para que este siga siendo nuestro proceso y no de quienes redactaron su “Acuerdo de Paz y nueva Constitución” con graves limitaciones al poder constituyente soberano.

Las potencias de este momento son múltiples y están en disputa. Algunas fuerzas dirán que todo debe reducirse a la convención constitucional y que en ella debe expresarse toda la crisis política. Sin embargo, otras y otros diremos con fuerza que la convención sólo puede tener una salida favorable si sigue siendo un proceso nuestro, de los pueblos en lucha que, mediante la organización, la discusión programática y la movilización de masas, logremos instalar nuestros términos, que no son sino trasformar radicalmente la realidad social heredada de la dictadura.

De lo anterior resulta que el asedio al proceso constituyente es la tarea a la orden del día, asedio que exigirá un desborde político desde las calles, pero también en la participación política en el proceso abierto (convención constitucional). La preparación para lo anterior será a través de la Asamblea Popular Constituyente, donde podamos pensar conjunta y democráticamente los elementos programáticos a disputar, elementos que pongan en cuestión la propiedad privada de los bienes comunes, de derechos sociales básicos, la matriz productiva, la producción y reproducción de la vida, etc.

Finalmente llamamos a no soltarnos, ni soltar la calle, a seguir fortaleciendo los procesos de organización y unidad en la izquierda, no perdernos ni olvidarnos de las violaciones a los Derechos Humanos, de las mutilaciones, asesinatos, de los y las compas prisioner@s politic@s. Hoy se sigue escribiendo un nuevo Chile, y es menester avanzar en conjunto, con acuerdos programáticos y asediando el proceso, seguir luchando y levantando organización, hasta que la dignidad se haga costumbre.

Y como siguen gritando las calles: ¡QUE SE VAYA PIÑERA, QUE SE VAYAN TOD@S!

¡A levantar la Dignidad más alto que la Cordillera de los Andes!

¡HASTA VENCER Y VIVIR! 

Declaración de Convergencia 2 de Abril / Chile

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