El día martes el gobierno argentino hizo público su voto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU a favor del injerencismo yanqui contra la República Bolivariana de Venezuela. Por decisión de Alberto Fernández, el canciller Felipe Solá votó a favor del “Informe Bachelet” haciendo propia la agenda del imperialismo en contra de Venezuela. El voto argentino llevó a que fueran 22 los países a favor de la estrategia definida por los yanquis y acompañada por la Unión Europea y por el Grupo de Lima, del que Argentina nunca se fue.
El gobierno “nacional y popular” muestra también en el área de las relaciones internacionales su decisión clara a favor de los poderosos. Cínicamente, condena a Venezuela con denuncias enviadas por mail por la oposición y sin verificación, votando codo a codo con el fascista Bolsonaro, con el Piñera de las mutilaciones, violaciones y adolescentes arrojados al río, con la Añez golpista asesina de Senkata y Sacaba. No hay condena al genocidio sistemático en Colombia.
El gobierno “nacional y popular” ni siquiera optó por una abstención. Voto que realizaron los países africanos, e incluso países como Afganistán ocupado y México. En la Argentina de lxs desaparecidxs en democracia, como Facundo Castro, de los asesinatos por las fuerzas represivas, como el de Florencia Morales o Luis Espinoza, por sólo mencionar algunos, se condena a Venezuela y se sostiene a Berni como ministro.
¿Qué quedó de esa ilusoria nueva ola de unidad latinoamericana que traería el deslucido Grupo de Puebla? Nada. Argentina prefirió votar con el Reino Unido y con todas las potencias de historia imperialista y colonial. En plena visita del Fondo Monetario Internacional para negociar cómo pagar una deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta, el gobierno del Frente de Todos no ahorra medidas a favor del capital local e imperialista.
El liberalismo festeja, como festejó las medidas económicas. Algunos oficialistas obsecuentes, salen a hablar del “realismo político”, del “paso táctico”, de que “también se condena el bloqueo”. Los pueblos en lucha sabemos con claridad cuál es el lado correcto. Nuestro lugar está junto a la Venezuela que ante todos los asedios sigue batallando para defender su derecho a construir dignidad.