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Artículo escrito por Alejandro Acosta, del Portal Emprego e Vida de Brasil

La huelga nacional de los trabajadores de Correos de Brasil es la huelga más importante de toda América Latina y la más grande desde la huelga de septiembre – octubre del año pasado en los Correos, que había sido la huelga más grande en Brasil desde la huelga de los petroleros de 1995.
El 31 de julio de 2020 finalizó el ACT (Convenio Colectivo de Trabajo) para los trabajadores postales. Entró en vigencia la CLT (Consolidación de Leyes Laborales) “verde amarilla”, que permite la subcontratación de carteros y de cualquier servicio, reduciendo las horas de trabajo, salarios y los beneficios que aún quedan, y que abre el camino a la privatización de Correos y otras tres o cuatro grandes empresas públicas este año, como la Petrobras (que está casi totalmente privatizada, con la complicidad de las direcciones sindicales burocráticas y de los partidos políticos), el sector eléctrico (Electrobras), el Banco do Brasil, la Caixa Econômica Federal y el Bndes (Banco Nacional de Desarrollo), para empezar.
La PEC (Propuesta de Enmienda Constitucional) 149, que permite la privatización de los Correos, volvió a entrar en la agenda del Congreso. Los partidos que supuestamente defenderían a los trabajadores no solo no dicen nada, sino que incluso votaron a favor de esta PEC en Comisión; cuando ya no fue posible volver atrás, dijeron que los habrían engañado.
El gobierno de Bolsonaro está tan seguro de la derrota de los trabajadores en esta huelga y en las privatizaciones que incluso ha establecido una comisión de privatización encabezada por la consultoria “multinacional” Accenture, que a su vez fue multada en los Estados Unidos por diversos fraudes.
La burocracia sindical más patronal, la Findect (la federación dirigida por el PCdoB y el MDB), que controla los sindicatos en São Paulo y Río de Janeiro, impuso la política del Gobierno de Bolsonaro de que la fecha de la huelga no debería ser el 4 de agosto, conforme ya había sido aprobado antes (tras el sabotaje de otras tres fechas, por los burócratas sindicales), sino el 17 de agosto a la espera de la decisión del STF (Supremo Tribunal Federal, o Corte de Justicia) sobre el mantenimiento del ACT (Convenio Colectivo de Trabajo) durante dos años.

Observación: para un único patrón, la Empresa de Correos hay tres federaciones y 36 sindicatos. Esto es parte del sindicalismo estatal y municipal en Brasil.

Cero confianza en la “Justicia”

El STF en la práctica revocó la propia decisión del TST (Tribunal Superior del Trabajo) de octubre del año pasado que había decretado la vigencia del ACT por dos años.
En octubre del año pasado, la Findect comenzó a entregar la mayor huelga nacional desde la huelga de petroleros de 1995, a cambio de nada, confiando en la “neutralidad” de TST. Las otras direcciones sindicales estaban detrás. Cada uno cuidando de su propio «feudo» y sus propios privilegios.
Ahora la situación en el TST es aún peor ya que hay jueces abiertamente bolsonaristas y partidarios de las “privatizaciones”.
El gobierno de Bolsonaro no está para juegos. Fue impuesto para entregar Brasil por nada a los grandes capitalistas buitres. En el caso de Correos, FedeX, DHL, UPS, TAM Cargo, Amazon, Google, entre otros, intentan apropiarse de este excelente negocio.
Todo apunta a que el gobierno Bolsonaro busca utilizar los mismos mecanismos que utilizó para romper la huelga de octubre. Paso a paso: ECT (Empresa de Correos y Telégrafos) solicita el dictamen del TST. El TST declara ilegal la huelga y ordena a los trabajadores volver al trabajo. Findect, con los Sindicatos de São Paulo y Río de Janeiro, que representan más del 35% de los trabajadores, aceptan inmediatamente la decisión del TST. La Fentect (Federación Nacional de Sindicatos de Trabajadores de la ECT) encabezada por el burócrata José Rivaldo (alias “Talibán”), vuelve a decir que “decisión de juez no se discute, se cumple”. Los directivos de los sindicatos más patronales de los Fentect declaran la vuelta al trabajo. Las direcciones de los sindicatos que supuestamente son de lucha llaman a asambleas inmediatamente después de la asamblea virtual del burócrata “Divisa” de São Paulo y decretan que es necesario levantar la huelga. Los burócratas “luchadores” dicen que no se puede hacer nada y que todos deben aceptar la decisión de la “justicia” y volver al trabajo. Todo sigue igual en “las viñas del Señor”; al menos en apariencia porque ahora el gobierno de Bolsonaro viene con todo para masacrar Brasil.

¿Qué se debe hacer? En 10 puntos

  1. Exigir que se apliquen en la práctica los discursos de lucha de las direcciones sindicales.
  2. La producción debe detenerse al 100%. Comenzando por los principales centros, São Paulo y Río de Janeiro.
  3. Los dirigentes sindicales que dicen ser de lucha, deben enviar trabajadores en caravanas de autobuses para ayudar a paralizar los principales centros de São Paulo, Río de Janeiro y en los estados donde no hay huelga o la huelga es muy débil por el sabotaje de los burócratas sindicales, como es el caso de Goiás, por ejemplo.
  4. Involucrar a los trabajadores subcontratados en la lucha y no permitirles trabajar mientras los trabajadores concursados están en huelga. Para eso, es necesario repudiar la privatización y exigir la contratación de más de 150 mil empleados concursados, como recomienda la Unión Postal Universal.
  5. Exigir a las otras categorías que entran en campaña salarial en el segundo semestre, como trabajadores bancarios, petroleros, electricistas y varios otros, que tengan dignidad y se declaren en huelga en apoyo de los trabajadores postales y en defensa de ellos mismos, sus familias y Brasil.
  6. Exigir apoyo financiero y político de las centrales sindicales. Que los sindicalistas ayuden efectivamente a parar completamente los Correos, comenzando por São Paulo y Río de Janeiro. Que apoyen con recursos económicos, autobuses, etc.
  7. Exigir que las Centrales Sindicales convoquen una huelga general en septiembre.
  8. Comprender que esta es una lucha para ganar o morir. El gobierno Bolsonaro no está jugando y quiere masacrar a la nación brasileña. Y lo que está por venir será mucho; mucho peor de lo que es hoy. Hiperinflación, miseria y desempleo, al menos en los próximos años; si no hay lucha o si la lucha es débil, será derrotada.
  9. Entender que las direcciones sindicales, además de hiperburocratizadas, están colgadas en dossieres del gobierno de Bolsonaro. Como lo dijo, aunque de manera tímida, el Diputado Federal Glauber Braga (Psol / RJ) hace unos meses, existen expedientes controlados por la Oficina de Seguridad Institucional (GSI) y quien organice alguna lucha será preso; eso vale tanto para las direcciones sindicales, de los movimientos sociales y los partidos políticos.
  10. La lucha ahora debe ser impulsada por la base.
    1. Los trabajadores huelguistas deben hablar con los demás trabajadores. Grabar audios, videos, enviar mensajes llamando a todos los trabajadores de Correos (funcionarios, subcontratados, jubilados, amnistiando, apoyadores) a unirse a la lucha.
    2. Exigir a las direcciones de los propios sindicatos que movilicen las bases, hagan piquetes, envíen autobuses a Río y São Paulo. Si no lo hacen, denunciarlos con energía (ellos se mueren de miedo precisamente porque están colgados en dossieres).
    3. Exigirle a las Centrales Sindicales y a los políticos que dicen que están apoyando la lucha, a ir a las entradas de los lugares de trabajo y con dinero, autobuses, etc. (ellos también están muertos de miedo precisamente porque están colgados en archivos).
    4. Ser valiente y comprender en lo más profundo de nosotros que es una lucha por la vida o la masacre de los trabajadores y Brasil.

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