«El viejo mundo de los sentimientos y los pensamientos ha comenzado a tambalearse. Los viejos lazos sociales se están enredando y rompiendo. Y tendemos hacia una nuevas relaciones ideológicas entre hombres y mujeres»
Lenin sobre la cuestión femenina- Clara Zetkin
Un 5 de julio de hace más de 150 años, nacía en Alemania la revolucionaria feminista Clara Zetkin. Desde muy joven, con solo 17 años, encaró su lucha por la igualdad de derechos y oportunidades políticas, civiles, sociales y económicas de las mujeres de la clase trabajadora; lucha que hoy en día seguimos sosteniendo en todos los rincones del mundo.
Clara Zetkin fue una destacada revolucionaria socialista en todos los ámbitos políticos. No sólo se enfocó en la construcción del feminismo proletario sino también en la política general y dirección del partido. Esto la llevó a tener un rol destacado siendo una de las 5 mujeres, de entre 400 delegados, que fueron parte del congreso de fundación de la Segunda Internacional Comunista en 1889. Zetkin batalló contra el feminismo burgués que solo buscaba ampliar los derechos civiles de las mujeres ricas, en pos de la construcción de un feminismo anticapitalista que cuestionaba las bases mismas de la opresión. A su vez, ante sectores del propio partido comunista y de la socialdemocracia que no consideraban pertinente el papel de las mujeres en la política y el trabajo, Clara respondió con la necesidad de la lucha y organización política y sindical de las mujeres para conseguir salarios dignos y el derecho al voto no solo en Alemania sino en todos lados.
Su incansable lucha feminista e internacionalista fueron sentando las bases para que en 1907 tuviera lugar la Primera Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, obteniendo el rol de encabezar el Secretariado Internacional. En esta primera Comisión Internacional de Mujeres quedaron en claro las traducciones, en el plano de los feminismo, de las diferencias entre los partidos comunistas y la socialdemocracia reformista. Mientras que las primeras, entre las que estaban Zetkin, Kollontai y Luxemburgo, sostenían la necesidad de la lucha sin condiciones por el sufragio femenino y los derechos políticos y laborales, el ala reformista proponía aceptar algunos “acuerdos” más moderados. Es en la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres (1910) en la que Zetkin propone establecer el 8 de marzo como Día Internacional de La Mujer Trabajadora en memoria de las obreras textiles de “Cotton” Nueva York.
Con el advenimiento de la Primera Guerra Mundial, Zetkin y Luxemburgo estuvieron a la cabeza del rechazo a la postura socialdemócrata. Mientras esta última consideraba que la guerra podía traer como contrapartida la victoria de los sectores progresistas, Zetkin y el ala más radical se opusieron a esto afirmando que la guerra sería una disputa imperialista que lo único que traería a la clase trabajadora sería muerte y miseria. En 1915 Zetkin organizó la Conferencia Internacional de Mujeres contra la Guerra junto con otras 25 delegadas de los países implicados en ella. Su intensa actividad internacionalista fue tildada de “traición”, encarcelándola.
De regreso en Alemania, Zetkin toma la dirección de la revista La Igualdad desde donde se organizaban conferencias sobre diferentes temas vinculados a las situaciones que atraviesan las muejeres. Mientras la direccion del partido evitaba pronunciarse, Clara denunciaba con firmeza que las condiciones de pobreza y bajos salarios llevaban a muchas mujeres a transitar situaciones de prostitución al tiempo que exigía la derogación del artículo 218 que penalizaba el aborto.
Tanto Zetkin como Luxemburgo siguieron con entusiasmo la Revolución Rusa y fueron parte activa de la Revolución Alemana de 1918, enfrentándose fuertemente a la socialdemocracia en el parlamento alemán. En tiempos de la Tercera Internacional, lideró la Internacional de Mujeres hasta su disolución en 1925. Su actividad política fue incansable y luchó hasta los últimos días contra el capitalismo y el patriarcado, con el fin de construir, como diría su amiga y compañera Rosa Luxemburgo “un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”.
Hoy, les compañeres que apostamos a la construcción de un horizonte socialista retomamos los aportes de Clara, que no solo incomodó a la clase política y dominante, sino que hacia adentro del partido incomodó a las posiciones cómodas y hegemónicas de las lógicas patriarcales. Hoy, convencides de construir un proyecto feminista sostenemos esa rebelde inquietud de Clara y aquellas pioneras para que nosotres tomemos la palabra y la acción por la vida digna de nuestro pueblo. Como siempre, les compañeres en la primera línea de batalla y en cada rincón haciendo eco y haciéndonos carne de la historia que nos acompaña y nos trae hoy hasta acá.