Ante los recientes y conocidos casos en el conurbano sur, más precisamente en Villa Azul, Quilmes nos preguntamos ¿De quién es la responsabilidad y quién se tiene que ocupar de la situación?
Si hablamos de lo que generó la pandemia, el COVID-19 o el Corona virus, no importa el nombre que le pongamos, lógicamente diríamos: el Ministro de Salud de la provincia o la Secretaria de Salud de la intendencia de Quilmes. Pero en este caso como en todos los caso donde el virus se les fue de la mano, no fue así.
Suena la alarma en el conurbano sur y de repente 95 casos surgen en uno de sus barrios más carenciados y azotado por la desidia del estado. ¿La respuesta? La presencia del Secretario de Seguridad de la Provincia, el recurrente Sergio Berni en su moto, arropado en un mameluco discreto de color amarillo y las fuerzas de seguridad correspondientes. ¿Insólito?  Si tenemos en cuenta los pilares de este sistema, no sorprende tal actitud.
Pero imaginemos por un momento cómo debería ser un proceso lógico si el pilar del sistema fuera el ser humano, seguramente otro sería el recorrido. Seguramente se declararía la emergencia sanitaria por tratarse de un virus nuevo, desconocido, al que no se sabe cómo atacar, no existe tratamiento que lo elimine, que es altamente contagioso y que sólo podemos evitarlo con prevención. Reiteramos: sólo se puede evitar con prevención.
¿Qué debe hacer el Estado, es decir el gobierno nacional, los gobiernos provinciales y municipales? Justamente realizar campañas de prevención y difundir todo tipo de explicaciones sobre métodos de higiene y cuidado, distribuir los recursos de salud necesarios etc., etc. Pero además, y fundamentalmente, verificar que los sectores socialmente más humildes, más vulnerables, reciban todo lo necesario para evitar que el virus se propague, dadas las condiciones sociales en las que viven. Esto implica que ANTES que llegue el virus, no después, se deben distribuir elementos de higiene, verificar que si no tienen agua potable se les suministre en cantidades adecuadas, entregar bolsones de alimentos de 1º calidad ya que más que nunca necesitan defensas en sus organismos, verificar las condiciones de habitabilidad de sus hogares, establecer y realizar protocolos sanitarios especiales de acuerdo a la emergencia, y todo lo que sea necesario determinado por los sanitaristas correspondientes.
Pues bien, nada de eso se hizo. En realidad no se hizo nada. Y en el Barrio Azul ni siquiera empezaron a actuar a pesar que el martes 20 se confirmaron dos (2) casos. Se desoyeron los pedidos de ayuda sanitaria para que se internen o aíslen a lxs vecinxs enfermos. Pero otra vez: nada.
El miércoles los y las vecinas reclamaron testeos. Nada. El viernes se insistió nuevamente. Nuevamente nada. El sábado se cortó el Acceso Sudeste y entonces aparecieron: testeos, y con ellos los primeros 53 positivos. Por supuesto ante la alarma y que todo se les desmadre aún más (el miedo latente a la protesta social) la Policía, la Gendarmería y la moto de Berni hacen su aparición para dar respuesta como «Estado Responsable».
Todo tarde y mal. Es necesario actuar preventivamente, especialmente cuando el “enemigo invisible” ya no es tan invisible y se sabe como evitarlo: con higiene, no con fuerzas armadas. El pueblo no necesita la militarización desplegada. Necesita atención sanitaria, alimentaria y vivienda digna con todos los servicios básicos (de paso digamos que esto se reclama desde hace muchos años).
Son necesarios recursos sanitarios como los testeos masivos para la rápida detección y accionar frente a la aparición del virus. Alimentos y condiciones adecuadas de aislamiento para quienes lo necesiten (la apertura de plazas hoteleras, readecuación de clubes, etc), provisión de agua potable permanente y elementos de higiene apropiados. Los recursos están, solo hay que ir a buscarlos. Para esto es necesario suspender el pago de la deuda externa para garantizar que no se fugue más plata del país, y un impuesto a las grandes fortunas que en los últimos años (y desde hace muchos años también) son quienes la vienen juntando en pala y enriqueciéndose a costa del esfuerzo de lxs laburantes. Basta de salir al rescate de lxs ricxs y quienes se creen dueños del país.
En cuanto a los sectores populares debemos sacar conclusiones de esta situación. Si algo a demostrado este virus, es que una vez más dentro de este sistema de muerte y explotación, quienes más sufrimos somos lxs de abajo. Lxs miles de millones de laburantes que nos vemos obligadxs a trabajar y a vivir en condiciones precarias.
El derecho a la salud, a la educación, al trabajo y a una vivienda digna son derechos básicos. Son derechos que lxs vecinxs de Villa Azul, tanto como nosotrxs, venimos reclamando hace años.
Pero también está situación nos a demostrado una vez más, que la organización del pueblo trabajador es la única garantía que tenemos para luchar por nuestros derechos. Esto se viene demostrando en las últimas semanas, dónde la ollas populares se multiplican en las barriadas populares y en los conflictos por situación de despidos. En ellas estuvimos participando y organizando porque desde Venceremos Partido de Trabajadorxs creemos que la única salida a esta crisis es con la solidaridad, organización y la lucha de lxs trabajadorxs para enfrentar la crisis.

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