En la noche del lunes 21 de octubre se desató una verdadera razzia policial en la Ciudad de Mendoza. Ya logramos la liberación de 23 compañeres. Es un salto en calidad en el accionar represivo del Estado provincial, en una coyuntura de enormes luchas en Nuestramérica. Prepararnos para lo que viene, para golpear como un puño, es la tarea.
El lunes 21 de octubre a las 18:30hs. nos reunimos en el consulado de Chile, convocades por el pueblo chileno que vive en Mendoza. Se desarrolló con absoluta calma un acto político en apoyo a la lucha que vienen librando estudiantes y trabajadores del otro lado de la Cordillera y, dada la gran convocatoria, decidimos marchar hacia la Plaza Chile.
Cuando terminaba la concentración y se acercaban más compañeres que habían quedado manifestándose en el consulado, llegó la policía decidida a reprimir. Bajaron policías del carro de bomberos, se empezó a mojar a les manifestantes e inmediatamente empezaron a tirar balas de goma y gases. Numerosos vídeos registraron este momento, se ve claramente cómo se golpeó a les jóvenes que se encontraban en el lugar. El mismo jefe de la policía, Munives, es visto tirando al suelo a un joven que se encontraba allí.
Les manifestantes fuimos perseguides por las calles de la ciudad, hubo una persecución por calle Las Heras, en donde algunes pudieron esconderse en locales comerciales. El resultado, 24 compañeres fueron detenides. Y mientras nos organizabamos para ir a buscarles a las comisarías debíamos evitar la cacería que sostenía la policía por las calles de la ciudad.
Gracias a la presión en las comisarías, al aguante de cientos y al trabajo de abogades compañeres logramos que 23 salgan en libertad. Aún seguimos exigiendo la liberación del compañero Mauricio Nilliam.
El día lunes por la noche, nos encontramos con la jornada represiva más violenta y con mayor cantidad de detenides de los últimos tiempos. Reunides en asambleas en las puertas de las comisarías comenzamos a rememorar las últimas situaciones similares. Las detenciones en el centro de la ciudad cuando nos movilizábamos por Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, cuando marchamos a Casa de Gobierno contra la reforma previsional, cuando nos opusimos en la legislatura al código contravencional que hoy nos criminaliza, cuando repudiamos el fracking y defendimos la 7722… Numerosas experiencias de resistencia en la calle acabaron con detenciones e incluso procesamientos, pero ninguna con la dimensión de la que vivimos esta vez. Es un salto de calidad en el accionar represivo de un gobierno envalentonado por el resultado de las últimas elecciones y una muestra de lo que viene y para lo cual debemos prepararnos.
Se avecinan más procesamientos, mientras luchamos con los que ya cayeron sobre les compañeres del SUTE que defendían la educación pública, mientras exigimos el desprocesamiento de les 11 que fueron imputades por las movilizaciones contra el ajuste en Agosto.
Es fundamental sostener la organización, estar alertas y en permanente coordinación y unidad. El mensaje emitido por los capitalistas es claro en Chile, en Ecuador, en Perú y en todos lados: «Si intentan defenderse vamos a atacar. Si salen a la calle vamos a desinformar y a tergiversar a través de medios para aislar la lucha. Si luchan, volverán a regir los métodos de la dictadura, los que en muchos casos nunca se fueron.»
Se sabe que hay más de 40 personas asesinadas por las fuerzas de seguridad en Chile, en las movilizaciones en solidaridad en Buenos Aires y Mendoza hubo represión y detenciones. Una primera conclusión está a la vista: los de arriba nos golpean cuando despertamos. Responden de modos similares, con distintos niveles de violencia, pero sosteniéndose en las mismas convicciones de orden, opresión y explotación de nuestras tierras y nuestros cuerpos.
Mientras exigimos la libertad de todes les detenides y el cierre de todas las causas, debemos ir arribando a mayores niveles de entendimiento y consolidaciones de nuestra lucha: nosotres también podemos golpear con un mismo puño. A lo largo y ancho de nuestra América venimos advirtiéndolo: quisieron enterrarnos, pero no sabían que somos semilla, recordando a los 43 de Ayotzinapa. Quieren quitarnos todo, los derechos y la vida. Pero les trabajadores, les estudiantes, les originaries tenemos una larga historia de lucha y resistencia que nos permite seguir existiendo.
En Chile, no son 30 pesos, son 30 años de neoliberalismo salvaje, es toda una vida bajo la opresión y explotación, son 500 años de saqueo de nuestras tierras. Seguiremos en las calles, en las poblas, en las rutas, en las plazas, donde siempre hemos defendido nuestra dignidad rebelde.
¡Viva Nuestramérica rebelde!
¡Basta de explotación, hambre y represión!