Agustín Nieto – Docente Universidad Nacional Mar del Plata – Investigador del Conicet – Candidato a 2do vocal titular por la lista “ADUM DESDE EL PIE”

Desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs le realizamos una entrevista a Agustín Nieto como parte de ADUM DESDE EL PIE. La nota se da en el marco de las próximas elecciones a gremio docente universitario a realizarse de los días 15 al 18 de octubre de 2019. Apoyamos a esta lista que es el resultado del reagrupamiento de docentes tras la huelga docente y la Rebelión Educativa del año pasado, que expresa la única alternativa de organización independiente para el gremio y que abre un escenario de participación y movilización significativo para la UNMdP.

V: ¿Cómo surgió el armado de una lista de estas características y de qué recorrido viene?

AN: Hay varias historias en esa historia. Una tiene que ver con el último proceso de lucha importante, eso es bastante aglutinante. Con la toma de las universidades, con la huelga docente previa por la “recomposición salarial” y en concreto desde ahí se logró imponer desde el cuerpo de delegados cierta línea de lucha en las asambleas que por lo general son reducidas y fueron creciendo en medidas relativamente multitudinarias para lo que es ADUM, de doscientas personas. Se logró convencer al conjunto de trabajadores y trabajadoras del sector una lucha más a fondo por mantener la huelga para llevar a cabo la demanda. Esa experiencia que fue a partir de la experiencia de delegados que venían enfrentando a la conducción fue bastante significativa para muchos de nosotras y nosotros que terminamos confluyendo en ese espacio. Pero previamente a ese proceso, que fue como un catalizador para todos nosotros, hubo una construcción mucho mas solapada, mucho más cotidiana, a partir de estos 4, 5 delegados de distintas facultades que fueron desarrollando una línea de intervención en el gremio y que fueron también ganando voluntades que se fueron expresando tanto en las elecciones de delegados como en la calle; como en una infinidad de manifestaciones donde participó ADUM y eran una referencia para los que no estábamos organizados en ningún espacio sindical, para todos aquellos que estábamos con cierta disconformidad con la línea de la dirección del sindicato y en estos delegados y delegadas veíamos una referencia.

Otro de los hechos fue la experiencia común con parte estos delegados en ATE CONICET que hizo que los lazos de solidaridad previos donde terminamos confluyendo en la calle con el movimiento estudiantil, trabajadores universitarios, que hizo que toda esa dinámica conflictual del 2018 terminara por primero comenzar la conformación de ATE Conicet a principios de año y a fines de 2018 pensar la posibilidad de construir un espacio en ADUM y a principios de este año concretarlo. Continuamos las últimas reuniones que habíamos tenido y en función del cronograma electoral debatimos si seguir así, construyendo desde el cuerpo de delegados o darnos el salto y constituirnos como agrupación y participar de las elecciones. La evaluación general fue que nosotrxs podríamos ser un polo de referencia para un montón de compañeros y compañeras del gremio que sienten cierta disconformidad con la línea política de la conducción y que veíamos como progresivo la conformación de este espacio y la participación en las discusiones.

Esto obviamente es una evaluación a priori y cuando se den las elecciones vamos a tener mayor certeza de si la línea es correcta, también estamos construyéndola, pero estamos convencidos y convencidas que no somos solo nosotros sino que expresamos el sentir de una parte del gremio y aspiramos a que sea la mayoritaria.

V: ¿Qué rol había tenido la conducción actual?

AN: Planteo algo teniendo la limitación de ser esquemático. La conducción actual tampoco es homogénea e incluso no lo es con la línea de CONADU, incluso hoy están confrontando y en un momento hubo la posibilidad de hacer una tercera lista.

Entonces está todo muy entrecruzado. Pero también la tienen un poco más difícil porque también anudan muchas identidades políticas: está el “socialismo”, que es gestión de la universidad, o sea que sería la “patronal” contra la que ellos tendrían que posicionarse, la línea que dirige la universidad está dentro del gremio en puestos de conducción; está un sector de Nuevo Encuentro; parte del peronismo “clásico”, por decirlo de alguna forma; independientes; radicales -hay muchos radicales-.

De las tres listas a rector que se habían presentado antes se tensionó el espacio y eso nos da cierto aire, tienen tensiones e incluso se iba a romper y ante el surgimiento de DESDE EL PIE se reagruparon. Según lo que nos dijeron el “socialismo” pedía tantos cargos, les querían dar uno menos y ante la posibilidad de que haya tres listas le ofrecieron el cargo que faltaba para cerrar. Hubo negociación en torno a qué representación iban a tener esas fuerzas en la comisión directiva. Entonces podríamos decir que nosotros jugamos como catalizador de la disconformidad pero también para la unidad de ellos, porque en otro escenario probablemente se hubieran partido, como también está ocurriendo en espacios de cogobierno de las facultades. Y también cierto desempeño de dos líneas, ya no tan claro desde lo partidario pero sí en términos de cómo se posicionan en torno a la universidad: la de Sanllorenti, que es un dirigente de la CONADU que pierde y entonces expresa un sector que está en contra de la dirección actual de CONADU, está como Secretario General y representa la línea más “sindical” y por otro lado la de Romanín sería la línea más “política”, que de hecho se candidateó la última vez como rector. El sector más vinculado a Sanllorenti no lo vio bien y vio los problemas que trajo, porque tensionó en psicología, tensionó en salud. Entonces tienen tensiones con las identidades políticas nacionales pero también dentro de la Universidad. O tienen una línea más sindical y gremial o funcionan como un puente para un proyecto político.

Sobre todo esto nosotros venimos a meter cuña en relación a posicionarnos siempre desde a lógica que sea un espacio que nunca deja de ser político pero viene a disputar una línea sindical, gremial y por ende nos posicionamos claramente con independencia de las patronales, en este caso del rectorado. No puede ser que a la vez el secretario gremial sea candidato a rector, no puede ocurrir por una cuestión lógica que después va a estar de los dos lados del mostrador. Entonces nos parece que esa independencia gremial se tiene que mantener más allá de que no por eso cada uno de los integrantes de la lista pueda tener un proyecto universitario y participar, pero no podemos permitir que la participación gremial se use como un trampolín para su proyecto de universidad. Sí que el gremio puede disputar política universitaria como gremio a la vez que defienda los intereses más corporativos de las docentes y los docentes.

Hay todo un sector que busca en el gremio que le dé respuestas en términos de sus intereses corporativos y que el gremio se transforma en un gestor de beneficios anexos a la realidad. Servicios que no hacen a la condición del laburante del sector. Es decir, no está mal que el gremio proporcione descuentos, por ejemplo, sino que hace a mi condición de docente. Por ejemplo cómo posicionarse frente a la construcción a una agenda de problemas y de una agenda de trabajo en torno a cómo resolver la cuestión. Supongamos en discutir el escalafón docente, discutir en términos gremiales que cada uno de los docentes tiene derecho cada 5 años a promocionar, supongamos. Hay mucho quietismo en relación a “las cosas son así”. Avanzamos un poco, pero en realidad a nacional, a cuestiones del convenio, pero en términos de la condición docente la estructura sigue siendo muy similar. Unos pocos y unas pocas tienen cargo de dedicación exclusiva y son titulares. Y el piso de la pirámide con trabajadores y trabajadoras precarizados. Con contratos a término, con interinatos indefinidos, dedicación simple y que tienen que hacer todo el trabajo. Es decir, grupos más numerosos tienen que corregir más, trabajar más, tienen más trabajo docente por menos paga y con inestabilidad. Entonces esa estructura no se modifico con el convenio. Lo que hay que discutir en cierta forma es la estructura salarial.

Que pases de dedicación simple a exclusiva, eso en todo caso es discutible, y la jerarquía debería ser un adorno. Vos podes arrancar como ATP pero me parece que tendrías que ser que después de x cantidad de tiempo -cinco años, siete años- tengas el derecho poder promocionar a JTP pero que eso no condicione tu ingreso salarial. Que tu piso de salario sea una dedicación exclusiva y que la variación salarial en relación a la jerarquía sea más acotada. Se entiende que tengas una jerarquía porque tenés una carrera en investigación, querés dirigir un grupo y necesitás esa condición. Tenés que poder hacer tu carrera como cualquiera lo hace en una empresa de energía, o en cualquier empresa donde un o una laburante puede cambiar de escalafón, como pasar de aprendiz en un taller a mecánico. Pero que en el salario no puede haber una diferencia salarial tan grande. Hoy el salario más bajo representa el 16% del salario más alto y el trabajo que hace es mayor. Entonces no se condice con ninguna otra rama. Si uno lo compara con la industria del pescado, los trabajadores que están en la situación más precaria no ganan el 16% de los que están por convenio. Nada más que nosotros lo aceptamos por cierto status que da el hecho de ser profesionales universitarios. Porque en última instancia no nos terminamos de identificar como trabajadores. Hay una disputa ideológica y cultural muy importante de reconocernos como laburantes y actuar en consecuencia. No puede haber más trabajo ad honorem –como pasa principalmente en la UBA-, no puede haber tanto trabajo en esas condiciones y con esa paga. Yo, por ejemplo, vivo por CONICET pero del salario docente, tengo once años de antigüedad y gano seis mil pesos. No hay relación. En ese sentido me parece que si uno quiere mejorar las condiciones de los y las laburantes en su lugar, como gremio se tiene que pensar en una agenda de laburo que apunte a esos problemas que son estructurales y condicionan concretamente el desarrollo de tu laburo docente. Si fuera ATP simple, si no tuviese CONICET no me podría dedicar a investigar. No aportaría mucho a la universidad y la universidad me está haciendo trabajar en relación a ese cargo más que al que tiene dedicación exclusiva y es titular. Los parciales, las prácticos –que además son obligatorias a diferencia de la mayoría de los teóricos- e implica mayor inestabilidad. Yo ahora como concursé bajo el convenio después de once años puedo terminar de tener un cargo a término o un interinato. Me parece que eso tendría que ser el piso de cualquier agrupamiento sindical.

V: Está la discusión histórica, incluso desde la izquierda de si la burocracia funciona como freno o tapón de las posibilidades de las masas de dar un salto y en el polo opuesto está una visión donde esas conducciones son expresión de un nivel de conciencia de las bases

AN: Diría que no hay una sola conciencia. Sería más bien una correlación de fuerzas de las distintas conciencias. Hay varios agrupamientos que son la expresión de algo y como un híbrido surge la conducción que se sostiene. Ahora, se sostiene a partir de elecciones que son cada tres años. Obviamente el humor varía, depende mucho del momento. Hay momentos en que probablemente el humor sea favorable a poder dar un cambio en la correlación de fuerzas pero que después no se expresa porque cuando había la posibilidad de dar ese cambio no había elecciones, por ejemplo. Ese pasaje entre la cristalización de la correlación de fuerzas a partir de una elección y una elección a los tres años quizás se puede medir en la elección de delegados. Pero en términos  globales vos tenés una fotografía cada tres años y en el medio pasan un montón de cosas y se dan un montón de cosas, de procesos de lucha, que después se pierden porque no hay una forma en términos organizacionales. Entonces son expresión de algo pero no esa expresión no es que se sostiene en el tiempo. No es que todo el tiempo la masa de trabajadores piensa lo mismo o que tienen el mismo nivel de conciencia, o es la misma correlación de fuerzas. Si no es que tiene tres años para acomodarse. No es lo mismo si las elecciones hubieran sido en octubre de 2018, que hubiera estado más fresco esa perspectiva totalmente contrapuesta entre nuestro grupo y el grupo de ellos que ahora, que tienen tiempo de recomponerse, de acercarse. Siempre tienen un margen de maniobra mayor para recomponer su hegemonía. Pero coincido totalmente con esta idea de que en uno u otro sentido son expresión de esa correlación de fuerzas.

V: Eso te cambia la práctica, porque la perspectiva que prima en algunos sectores de izquierda donde el único problema es que la burocracia funciona como tapón de la lucha, la única tarea que tendrías sería la de delimitarte todo el tiempo pero si reconocés que también tiene que ver con lo que están discutiendo tus compañeros todos los días ahí la importancia del trabajo cotidiano de base cobra otro sentido, además de diferenciarte.

AN: Si, claro. En términos prácticos creo que nosotros no tenemos eso. Quizás no todos estamos pensando en esto porque hay todo un discurso sedimentado de fuerzas políticas, pero creo hay sectores que en la práctica concreta laburan en este otro sentido aunque por ahí en las declaraciones pueda parecer que tengan una visión más clásica. Y esto se expresó en que podamos conformar este espacio.

V: Para finalizar, te queríamos pedir una reflexión sobre qué rol pensás que tienen que jugar los docentes universitarios tanto desde una perspectiva académica como sindical en un contexto como al que asistimos donde hay un avance de la derecha, e incluso de expresiones de corte fascista a nivel mundial, pero particularmente en Latinoamérica y a nivel nacional.

AN: Nosotros podemos tener una mirada común pero conviven varias sobre la realidad latinoamericana y en particular argentina. Yo voy a opinar a título personal. Me interesa bastante poder reflexionar sobre esto y sacar conclusiones que no sean tan tajantes en torno a este claro giro a la derecha. Claramente uno puede entender que hay una tendencia a la derechización en términos del electorado y a partir de eso puedo explicar, por ejemplo, las conformaciones de las fórmulas. Eso por un lado. Por otro lado yo creo que si uno mira desde abajo –o “desde el pie”- puede entender que también hoy por hoy –nos guste o no- la confrontación electoral es la principal forma de lucha de clases. La lucha de clases se expresa ahí. Dicen esas elecciones y los resultados, aparte de decir que es la principal forma de lucha, que hay una expectativa clara de las clases populares en poder derrotar ese giro a la derecha.

A diferencia de cómo leemos nosotros y nosotras el giro a la derecha general, entienden que F-F expresa la posibilidad de torcerle el brazo tanto en términos nacionales como latinoamericanos. Como poner un freno al avance del imperialismo en América Latina, expresado en el acuerdo con el FMI, la intervención en Venezuela, lo que pasa en Brasil, etc. Esa lectura está en parte de la militancia del Frente de Todos, pero creo que está –y es lo más importante de evaluar para mí- en los humores de las clases populares. La tarea más importante que vamos a tener que tener nosotros y nosotras como organizaciones del campo popular revolucionario es como nos vamos a posicionar después de diciembre –si es que llegamos y las elecciones no se adelantan- cuando las organizaciones y sectores populares pasen a “cobrar por caja” lo que ellos consideraron un triunfo en las urnas.

En el ’46, en el ’73 y yo me atrevo a decir en el 2019-20, va a ocurrir algo similar. Lo que se ganó en las urnas se va a querer traducir en las fábricas en los barrios, en los campos. Lo van a leer como una victoria las masas populares. Pero eso va a ser un problema para la fuerza gobernante, porque rápidamente no van a tener esa paciencia que se les está pidiendo. Y más allá de que unas agrupaciones lo puedan avalar o puedan avalar la tesis de la paz social y el acuerdo, como lo hizo Perón con toda la fuerza que tenía, no lo logró. “Yo les hablo con el corazón y ustedes me responden con el bolsillo”. Bueno, eso puede pasar con Fernández. Y me parece que en términos de organización del campo popular tenemos que prepararnos para ese escenario. Es decir, cómo podemos acumular desde ese lugar. Esto fue un triunfo popular, no solo fue una demostración de que hubo un giro a la derecha, sino que teniendo en cuenta que estamos en las peores condiciones posibles en términos de formato de lucha, donde no es la “insurrección armada“sino que son las elecciones, que son el terreno más institucional y burgués para dar la disputa, así y todo se puede hacer una lectura optimista en términos de militancia, no en términos de resultados concretos. En escenarios que abre. Porque creo que en cierta forma es hacer carne lo que las propias masas populares están pensando. Están pensando que esto abre una posibilidad de mejorar sus condiciones. Nosotros vamos a ser vectores para traducir esa victoria en el territorio, en la fábrica, el campo, en la escuela. Pero esto es a título personal.

 

 

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