Semana la de la educación sexual integral
Un poco de Historia sobre la ESI
Desde hace años, el movimiento de mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y no binaries venimos organizándonos para conquistar los derechos que nos han negado históricamente así como para denunciar la desigualdad de géneros y las distintos formas de opresión y explotación que vivimos cotidianamente sobre nuestras cuerpas. Tomando las mejores herramientas de lucha que nos ha demostrado la clase trabajadora en la historia, las calles siempre han sido el espacio de disputa para exigir nuestros derechos y su plena implementación.
Así es que el 4 de octubre de 2006 se sancionó la Ley 26.150, con el objetivo garantizar la Educación Sexual Integral de todes les niñes, adolescentes y jóvenes, en todos los establecimiento educativos. La misma, promueve la participación y el acceso a procesos de información, comunicación y educación como un derecho, buscando fortalecer la capacidad de les niñes, adolescentes y jóvenes para asumir una vida plena. Para que decidir sobre sus cuerpas sea posible, y así garantizar la prevención de situaciones de violencia, abuso y maltrato hacia elles. Para que el placer, el disfrute y el reconocimiento del cuerpo, del sentir y el deseo sean posibles en el marco del capitalismo y el patriarcado, urge la plena implementación de la educación sexual integral como derecho fundamental. En el año 2008, se creó el “Programa Nacional de Educación Sexual Integral” , donde se concretiza en las currículas educativas las temáticas y propuestas de abordajes para la efectiva implementación de la Ley.
Los obstáculos para la implementación de la ESI
Para garantizar la implementación de una educación sexual desde una perspectiva integral, considerando la enseñanza de los contenidos escolares vinculados a las vivencias les niñes, adolescentes y jóvenes; las leyes son necesarias pero insuficientes, teniendo en cuenta múltiples obstáculos que se nos presentan.
En primer lugar, es necesario tener en cuenta los recortes presupuestarios que ha venido desarrollando el gobierno de Macri y les gobernadores sobre áreas que tienen relación directa con la Educación Sexual Integral como la educación y la salud. En el caso de la salud, se cristaliza en el recorte de los programas de salud sexual y reproductiva que garantiza el acceso a métodos anticonceptivos; el vaciamiento del Programa Nacional de VIH- SIDA e ITS se ha profundizado, generando una faltante de medicación, reactivos y profilaxis. Ni hablar de los $11 pesos anuales por mujer que el gobierno destina para garantizar la prevención y erradicación de la violencia machista; la negación del acceso al aborto legal, seguro y gratuito que imposibilita poder decidir sobre nuestras cuerpas.
Para que las escuelas sean un espacio sistemático de enseñanzas y de aprendizajes que comprenda los contenidos de diferentes áreas curriculares. Sin embargo,existe una complejidad concreta de incorporar nuevos contenidos a las planificaciones ya existentes por parte de les docentes, muchas veces porque no se consideran preparados para tratar la ESI; o por preceptos morales o ideológicos o miedo a las reacciones de les adultes. Por supuesto, las condiciones laborales de les docentes (y de las escuelas) son otro factor que influye en la posibilidad de implementar la ESI.
Por supuesto, los preceptos morales, ideológicos y políticos son otros obstáculos que urge superar. La avanzada de los sectores antiderechos bajo la campaña “con mis hijos no te metas”, que reaparece en el marco de la reforma en curso de la Ley de Educación Sexual Integral, oponiéndose también al matrimonio igualitario, el divorcio, la ley de identidad de género y la entrega de anticonceptivos en instituciones de salud públicas. La educación sexual que pregonan se sustentan en los principios de una maternidad forzada; que equipara el feto con personas; que avala las miles de muertes de niñes y mujeres pobres producto de abortos clandestinos; que naturaliza, culpabiliza, responsabiliza, condena y revictimizan a las mujeres y disidencias sexuales cuando vivimos situaciones de violencias; que silencian y ocultan los abusos sexuales; que convierte nuestras cuerpas en objeto de uso y abuso, en territorios de explotación y disciplinamiento del sistema capitalista y patriarcal
En Argentina, la ESI es un derecho fundamental para niñas, niños, jóvenes y adultes que transitan el sistema educativo; sin embargo, existe una alto nivel de persecución a docentes que la implementan, no sólo por parte de adultes responsables de les niñes y adolescentes, sino también por autoridades (directivos e inspectores).
¿Cómo queremos que se implemente la ESI?
Para nosotras y nosotres, la Educación Sexual Integral debe suponer un abordaje que reconozca las construcciones sociohistóricas y culturales que intervienen en los modos de vivir, cuidar, disfrutar, vincularse con otre y respetar el propio cuerpo. En este sentido, uno de sus objetivos fundamentales durante la niñez y adolescencia es la prevención e identificación de situaciones de abuso sexual.
Una educación sexual integral que permita que les niñes se empoderen democrática y participativamente para que puedan expresarse, reflexionar y valorar sus emociones. Que permita construir relaciones libres de cualquier tipo de opresión; que puedan ejercer su derecho a la identidad sexual, de género y sexualidad responsable; que propicie el conocimiento sobre sus propios cuerpos. Una ESI que historice y problematice las construcciones sobre las expectativas y mandatos sociales que cargamos sobre nuestras cuerpas, así como las relaciones de desigualdad entre varones – mujeres y disidencias, entre adultos – niñes.
Una educación sexual integral laica, científica, con perspectiva de género, que incorpore el eje del placer y lo afectivo en los procesos pedagógicos, superadorando de una visión informativa y mecanicista del mundo. Esto nos permite comprender el proceso de sexualización en su dimensión histórica, social, política, biológica, psicológica y personal, integralidad para superar los enfoques biomédicos, represivos, de judicialización o revictimizante que son reproducidos en el marco de este sistema.
No la colguemos con la ESI
Sabemos que hablar de esi en las escuelas no es fácil, cuando aún hoy hay mucho tabú, y cuando hay sectores esperando el momento justo para atacarla. Es nuestra tarea fundamental romper con eso, superar los obstáculos que hoy imposibilitan la implementación de la Educación Sexual Integral, como venimos rompiendo las estructuras de una educación machista y patriarcal. Para esto, es necesario tener en cuenta los ejes fundamentales de la ESI: a) reconocer la perspectiva de género; b) respetar la diversidad; c) valorar la afectividad; d) ejercer nuestros derechos; y e) cuidar el cuerpo y la salud.
No debemos olvidar, el papel del Estado en cuanto a responsabilidad de garantizar el derecho a todes a una Educación Sexual Integral laica y con perspectiva de género. Debe garantizar el respeto hacia las identidades disidentes y erradicar todas las formas de violencia y discriminación existentes; el acceso a métodos anticonceptivos para su uso efectivo; garantizar el cumplimiento del derecho a la identidad de niñes, adolescentes y jóvenes, y mantenerlos informades. Negar la voz y la libre opinión es violencia. Les niñes y adolescentes tiene derecho a expresar sus opiniones sobre todos los hechos de vida.
Es necesario cambiar todo lo que deba ser cambiado, para la incorporación y valoración de los sentimientos y emociones, el amor, el placer, la vida en la batalla diaria por conquistar nuestros derechos. Es urgente romper con todos los valores y maneras de relacionarnos impuestas por el capitalismo y el patriarcado cuyas bases fundamentales son la propiedad privada, la explotación y opresión.
Sigamos levantando las banderas de luchas
¡Por una niñez digna, libre de opresiones, violencias y abusos!
¡Por una educación sexual integral crítica y feminista!
¡Anticonceptivos para no abortar!
¡Aborto legal para no morir!
¡Educación sexual integral y disfrutar y decidir!