Declaración de Venceremos-Partido de Trabajadorxs, 14/08/19

La elección del domingo pasado modificó radicalmente el escenario nacional.

Amplios sectores de la clase trabajadora y del pueblo expresaron su rechazo a las políticas de ajuste y entrega del macrismo y le propinaron una contundente derrota. Este triunfo popular sobre el macrismo fue de tal magnitud que las PASO se transformaron, en los hechos, en un adelantamiento de las elecciones generales, dejando ya en claro que asistimos al fin del mandato de Macri, lo que implica un cambio significativo en la realidad nacional y continental.

Este movimiento progresivo, que llevó a importantes sectores populares a soltarle la mano al macrismo, y que expresa un rechazo que se viene desarrollando en las calles durante estos 3 años y medio, fue capitalizado electoralmente por el Frente de Todxs.

El amplio frente del peronismo se constituyó al costo de un corrimiento hacia la derecha frente a la experiencia kirchnerista (con representantes claros de lo más conservador del peronismo y sectores minoritarios de centroizquierda), que rechaza incluso la recuperación de muchas de las medidas progresivas anteriores (ley de medios, control de cambios) y que ya anunció su voluntad de pago de la deuda externa, lo que implicará mantener la relación de dependencia frente al FMI, aunque renegociando sus términos.

Sin embargo, Alberto Fernández llegó al triunfo electoral desplegando una serie de promesas que fueron recibidas por amplios sectores populares: el fin del ajuste sobre el pueblo, la mejora objetiva en las condiciones de vida e ingreso de la clase trabajadora, el rechazo a la reforma laboral, e incluso el pedido explícito que ante el incumplimiento de esas promesas sea el pueblo en las calles el que reclame su realización. Se trata de políticas que difícilmente el nuevo gobierno pueda o quiera cumplir, porque para eso debería avanzar sobre los sectores concentrados del capital y romper con el FMI, pero que suponen un importante punto de partida para desarrollar la movilización popular para su realización.

Para la izquierda, que viene estando en la primera fila de lucha contra el macrismo y que en ese marco logró defender las posiciones de un cambio de fondo aún en esta coyuntura electoral agudamente polarizada, el reto consistirá en lograr empalmar la lucha y las demandas con este movimiento de rechazo al ajuste y al FMI.

La reacción empresaria

El derrumbe electoral del macrismo y su proyecto de reestructuración neoliberal, fue tomado por importantes sectores del capital como una señal para abandonar el país, considerando que ya no tendrán las condiciones exorbitantes de ganancias sostenidas principalmente en base a la especulación financiera. El impacto directo es el aumento del dólar por encima de los $60 (hasta ahora), que al trasladarse a precios, supone una drástica devaluación del salario (de por lo menos el 25% en dos días). En consecuencia, ya asistimos a la remarcación de precios y al acaparamiento de productos por parte de las empresas hasta tanto se clarifique el nuevo precio del dólar.

La política del macrismo frente a este descalabro, fruto directo de su política económica, es nefasta. Primero, la mañana del día lunes dieron vía libre a esta carrera especulativa, permitiendo la escapada del dólar sin ningún tipo de intervención estatal. Luego, el lunes por la tarde, negaron toda responsabilidad en conferencia de prensa, desentendiéndose del efecto de su política económica y sin ninguna sensibilidad sobre la dramática situación social. Por último (hasta el momento), este martes definieron una serie de medidas cuyo impacto es realmente pobre, ya que no contienen la grave pérdida del poder adquisitivo del salario (ni tampoco lograron contentar a los inversores privados que siguen retirándose ante el alto grado de inestabilidad e improvisación). Lejos de respuestas estructurales (se cuidaron muy bien, por ejemplo, de desplegar el control de precios y de cambios, e incluso de subir retenciones como se había rumoreado), el macrismo intenta contener la crisis social con migajas, dando dos cuotas de 2000 pesos a las y los trabajadores en blanco y 1000 a las y los precarizados.

De esta forma, frente a lo que ha sido un claro mensaje de las mayorías populares para el fin de la política de ajuste, la respuesta que desarrolla el macrismo de la mano del empresariado es el ataque directo a las condiciones de vida de la clase trabajadora y el pueblo pobre, y el impulso de medidas cosméticas sin ningún efecto real. Se agrava así, aún más la situación de pauperización que atraviesa gran parte de nuestro pueblo.

El triunfo popular se defiende en las calles

El macrismo ha sido derrotado en las urnas, pero lejos de revertir sus políticas antipopulares, las incrementa ferozmente en el marco de su retirada. Esto significa un ataque directo contra la clase trabajadora y el pueblo pobre, que están diciendo BASTA.

Ante esta situación es fundamental desarrollar la más amplia y unitaria lucha popular contra las nuevas medidas de ajuste y de entrega, que pretenden vaciar lo que aún queda de nuestro país. El plan de ajuste de Macri ha sido vetado y no puede seguir profundizándolo.

A contramano de esta necesidad imperiosa, sectores dirigentes del peronismo están convocando al pueblo a quedarse de brazos cruzados mientras le pulverizan el salario y suben increíblemente los precios de los productos básicos. De esta forma buscan garantizar gobernabilidad a costa de las y los trabajadores. No podemos convalidar semejante posición. Muy por el contrario, debemos desarrollar la fuerza de nuestra clase y de nuestro pueblo para defender nuestros derechos fundamentales, a una vida digna, a un salario digno, que el macrismo viene a atacar.

Es fundamental, por eso, desarrollar la lucha contra el ajuste en cada lugar de trabajo, en cada barriada, en cada lugar de estudio. Es urgente, desplegar la lucha por la reapertura de paritarias, la actualización de los planes sociales, la defensa de un salario que no se retrase frente a la inflación, el congelamiento de los precios para los bienes de primera necesidad, la anulación de los aumentos de tarifas, y la prohibición de los despidos, entre otros aspectos centrales de un programa defensivo frente al ataque que nuevamente quieren descargar sobre nosotros y nosotras.

En ese marco, se plantea desarrollar una lucha más general, apostar a un plan de lucha unificado y reclamar a las direcciones sindicales que lo impulsen, exponer la responsabilidad de los grandes grupos económicos y los bancos que están fugando la plata al exterior y señalar la responsabilidad del gobierno en esta crisis. Por eso decimos, como ya dijo el pueblo: Fuera Macri y su gobierno de CEOs; y por eso planteamos ampliar una campaña para una completa ruptura con el FMI, condición indispensable para poder dar una salida de fondo a las necesidades populares.

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