Los resultados de las últimas elecciones en ATEN (principal sindicato de trabajadorxs de la educación de Neuquén) dieron nuevamente ganador al TEP y Marcelo Guagliardo, parte de la conducción de CTERA (secretario administrativo) renovará mandato por sexta vez como Secretario General del sindicato docente. El proceso de burocratización amenaza con instalarse y perpetuarse en ATEN, ahora con la extensión del mandato a 3 años.

Las posibilidades de recuperar ATEN por parte de sectores luchadores fue nuevamente desaprovechada por la incapacidad de unificar las distintas expresiones opositoras en un frente unitario que potencie y canalice el amplio descontento de la base frente a lo que resulta cada vez más evidente, un progresivo proceso de burocratización de la mano del TEP. Expresión local del modelo sindical promovido por la celeste de CTERA en todo el país, un modelo disciplinador de las tendencias internas, menos democrático, mas mutualista como razón esencial de su existencia, y de clara y preocupante colaboración con la patronal. Garantía para el avance de reformas educativas, laborales y previsionales que impulsan los gobiernos.

Con 4487 votos (lo que equivale al 54%) el frente Trabajadores por la Educación Popular (TEP) se impuso sobre las dos opciones opositoras, se consagró ganador en 16 de las 22 seccionales y arrebató a la oposición tres importantes seccionales, entre ellas la combativa seccional capital, histórico bastión opositor. El restante 46% de los votos se dividió de la siguiente manera: 2328 para el Frente Unidad Multicolor –FUM- integrado por las agrupaciones fucsia (Izquierda Socialista), marrón (Partido Obrero), púrpura (POR), índigo (PSTU), malva-lila (MST) y turquesa; y 1422 votos para el Frente Unidad Antiburocrático y en Lucha -FUAL-Bermellón- integrada por las agrupaciones negra (PTS), gris (MAS), colorada (Convergencia Socialista) e independientes, algunas de ellas integradas por fuertes referentxs históricxs de lucha sindical (como la rosa y la ambar).

La valiosa fuerza acumulada en las últimas huelgas, sostenida por parte de los sectores más conscientes de la base docente se diluyó ante la fractura de la oposición dejando al TEP una representación en cargos y directivas sobredimensionada en relación al apoyo real que tiene entre la docencia y sobre todo sostenida en base a una concepción sindical delegativa, mutualista y clientelar. Más allá de los números que devuelven los porcentajes queda demostrado que gran parte de lxs afiliadxs se volcaron a participar masivamente de las elecciones con la clara intención de defender el modelo sindical de lucha, asambleario y democrático que caracterizó históricamente a ATEN y que hoy más que nunca se pone en riesgo con la renovación y prolongación del mandato TEP.

La fuerte convicción de lucha y protagonismo político del activismo movilizado pudo desplegarse con mayor claridad en la última huelga a través de la experiencia frentista multicolor, conducción de la seccional capital, y de la que también fueron garantes las distintas expresiones opositoras. Pero lamentablemente no prosperó la misma claridad y madurez política para que la multicolor haya dado un salto de calidad en su construcción política y se disponga a la tarea de recuperar el sindicato.
La Azabache, agrupación docente que integra a compañerxs de Venceremos, ha bregado por la conformación de una armado unitario, que contuviera a las diversas expresiones que se reconocen como oposición a la lista celeste. Una lista única vertebrada a partir de un programa mínimo, que ubique en su centro la defensa de la organización sindical, y que jerarquice, en este contexto, la lucha contra la reforma educativa y la defensa de la caja jubilatoria. Las mezquindades, las autoproclamaciones; los egos personales y el puesto de más en directiva han atentado nuevamente sobre esta posibilidad dividiendo el apoyo de lxs afiliadxs. Aunque sabemos que estas prácticas irresponsables no son ajenas a espacios y sectores de los que política e ideológicamente nos sentimos parte, cabe no menos que una fuerte autocrítica de cara al conjunto de lxs trabajadores de la educación por no haber estado a la altura de las circunstancias. En esta oportunidad, sobre todo, cabe gran responsabilidad a las agrupaciones Fucsia (Izquierda Socialista), Marrón (Partido obrero) y Púrpura (del Partido Obrero) por adjudicarse una representatividad absoluta sino hegemónica irreal y por haber desmerecido el valioso aporte de referentes históricxs, de agrupaciones con tradición de lucha y del renovado activismo militante en ATEN dispuesto a confluir en una misma construcción política. A la vista está de los resultados finales que solo en unidad y conteniendo a todas las expresiones opositoras en un mismo objetivo podremos recuperar ATEN y las demás conducciones sindicales docentes para ponerlas a la tarea de defender con protagonismo de la base, en la calle y con los sectores populares la educación pública, las condiciones materiales y la calidad de vida del pueblo trabajador.

Para que el modelo sindical celeste no se siga perpetuando en el poder de nuestra organización, debemos concentrar todos los esfuerzos para impulsar y sostener el alto nivel de participación y movilización alcanzado en la última huelga, sin mezquindades, con la vocación de construir la unidad que nos exige la lucha para enfrentar el contexto nacional y provincial de mayor endeudamiento, ajuste y represión para el pueblo.

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