País - Reunión en el Senado para defender las reformas del Gobierno. 23-11-2017 Foto: Fernando de la Orden

El oficialismo junto al espacio que encabeza Miguel Angel Pichetto en el Senado puso en marcha una reforma electoral para «blanquear» los aportes empresarios a los partidos políticos y reducir los espacios de difusión gratuitos. Mayor regimentación en tiempos de ajuste.

El gobierno nacional finalmente dio sus primeros pasos para avanzar en una modificación de la ley de financiamiento partidario. Es la consecuencia tardía del escándalo por los aportistas truchos que sacudió a Vidal hace meses cuando se conoció que miles de beneficarixs de planes sociales y monotributistas figuraban como aportistas de campaña del PRO en las últimas elecciones. El macrismo intenta traficar esta acción delictiva como un problema del ámbito electoral y los problemas en los mecanismos de financiamiento. Reconoce de ese modo que el dinero proviene de manera irregular desde las empresas. Nada que envidiarle a la tan publicitada causa de los cuadernos que investiga los sobornos de empresarios para lograr contratos de obra pública bajo el kirchnerismo.

El hilo de responsabilidades políticas de este escándalo tampoco se termina en una contadora (que sigue actuando como funcionario en presidencia). No solo la presidenta del partido en el distrito bonaerense -y responsable de los balances- es María Eugenia Vidal. Además, se sospecha que la ministra Carolina Stanley utilizó la base de datos del Ministerio de Desarrollo Social para realizar el fraude. Pero, peor aún, el periodista Hugo Alconada Mon declaró ante la Justica que Macri le pidió a los empresarios «el 1% de su patrimonio» para la campaña electoral a cambio de capitalizar el 99% restante -y claramente viene cumpliendo con creces.

El macrismo comenzó su recorrido para avanzar en la reforma en la Cámara Alta, donde el bloque del PJ le ofrece una mayoría más holgada que en Diputados. El peronismo también está interesado en poder blanquear los aportes empresarios y en hacer borrón y cuenta nueva luego de sufrir el rechazo en sus últimos balances. Para acordar, el oficialismo postergó con fecha indefinida su propuesta de voto electrónico que no tiene el respaldo de los gobernadores (más adeptos a las colectoras y numerosas otras maniobras).

Los principales puntos de la reforma en discusión son, fundamentalmente, habilitar los aportes empresarios para la campaña electoral, dejando en claro el carácter meramente de títeres de los patrones que tienen los candidatos de los principales partidos ya que actúan a cuenta y orden de las distintas fracciones de la clase capitalista. Pero, además, la reforma reduce el tiempo de espacios de difusión gratuita con el que cuentan actualmente las listas que se presentan a elecciones. Esta modificación significa una privación para las fuerzas más pequeñas que han hecho una gran utilización de esos espacios (como la izquierda) al tiempo que representa un jugoso negocio para las empresas de medios que reclamaban poder vender esos espacios al mejor postor.

Todo el sistema electoral burgués está diseñado para distorsionar la voluntad popular en busca de legitimar su régimen social de dominación, pero cada gobierno intenta amoldarlo a sus propios fines. La reforma del macrismo, surgida como resultado de una crisis en sus filas, intenta ser aprovechada ahora para consolidar un sistema electoral más explícitamente al servicio de los empresarios y en detrimento de las fuerzas populares en momentos donde se profundiza el saqueo y el malestar popular.

Rechazamos esta reforma amañada de Cambiemos y el PJ, y llamamos a defender los derechos democráticos de todos los partidos para hacer campaña en igualdad de condiciones y el derecho de toda la población a conocer su plataforma.

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