Con viaje de Macri incluido a EEUU, luego de varias semanas se anunció la renegociación con el Fondo, que será un de monto muy inferior al esperado y que obligará a un mayor ajuste sobre la economía.
El gobierno de Cambiemos anunció su nuevo acuerdo con el FMI, el segundo en unos pocos meses. El acuerdo contempla 57.100 millones de dólares con un adelantamiento de los desembolsos previstos para el 2020 y el 2021 para el año próximo. El aumento es solamente de 7.100 millones respecto del acuerdo original, una cifra lejana al refuerzo que los mercados esperaban y que no despeja las dudas sobre la capacidad del macrismo para hacer frente a los próximos vencimientos de deuda, especialmente en una escenario de creciente fuga de capitales. En lo que va del año ya salieron del país 23.000 millones de dólares y se encamina a superar el monto del 2008 (año de la caída de Lehman Brothers y la crisis financiera internacional).
El anuncio del acuerdo estuvo precedido por la renuncia del presidente del BCRA, Luis Caputo, nada menos que en la jornada del paro nacional. Sucede que, a cambio del adelantamiento de fondos y del aumento de los mismos, el FMI exigió un control directo de la entidad. El reemplazo de Caputo, Guido Sandleris, no es, como señalaron equivocadamente algunos medios, un «hombre de Dujovne» sino un técnico del FMI que, incluso, ocupó cargos en el organismo.
Así, con los cambios en el BCRA allanados, se modificaron las metas de inflación por una restricción de la base monetaria. Esto significa en los hechos que el gobierno intentará contener los precios a partir de reducir el dinero circulante. Para ello apostará a un aumento de las tasas de interes que ya se ubican en cifras record. En concreto esto implicará un encarecimiento del crédito y una mayor recesión de la economía.
La otra novedad sustancial es la modificación del tipo de cambio de flotación libre a un esquema de bandas, entre 34 y 44 pesos. De partida el gobierno reconoce, entonces, que incumplirá su propio objetivo para el Presupuesto 2019 de un dólar a 40 pesos. Pero, además, el anuncio disparó inmediatamente el precio de la divisa, en tanto y en cuanto, el propio macrismo anticipa que permitirá subir el verde hasta ese valor. Por otro lado, nada garantiza que, llegado a los 44 pesos, el Ejecutivo tenga la capacidad para contenerlo y que no supere esa cifra.
Mientras tanto, la prensa del capital financiero internacional como Financial Times y Forbes comenzaron a encender las alarmas sobre el futuro del plan argentino, incluso colocando un default en el horizonte. Una mayor devaluación del peso, con los intereses de la deuda mayoritariamente en moneda extranjera, terminará de llevar por arriba del 100% del PBI el peso de la deuda. No es casual por ese motivo que, en el proyecto del presupuesto, el macrismo contemple habilitar una reestructuración de los pagos de la deuda a intereses todavía mas usurarios.
En este contexto, la aprobación del Presupuesto en el Congreso con el acuerdo de sectores del peronismo sería un gesto político hacia el establishment pero que no resuelve los principales nudos de la crisis económica. Menos aún después del discurso de Trump en la ONU donde ratificó que profundizará su guerra comercial y hasta puso sobre la mesa la posibilidad de una intervención militar en Venezuela.
Las y los trabajadores no podemos ni seremos testigos pasivos del saqueo y destrucción del país. Debemos darle continuidad a las jornadas de lucha del 24 y 25 de septiembre con un plan de lucha en unidad con todos los sectores dispuestos a salir a la calle contra el ajuste de Macri y el FMI, y desarrollar, como venimos impulsando como Venceremos desde la corriente Poder Poder, una alternativa política de independencia de clase que «no espere al 2019», sino que postule una salida de transformación social profunda para nuestro pueblo.