Mientras más de 250 mil trabajadores y trabajadoras con los movimientos sociales a la cabeza llegan a Plaza de Mayo, tras iniciar el lunes la Marcha Federal, los ministros de Hacienda y Modernización presentaron un plan de achique del Estado para «ahorrar» más de 20 mil millones de pesos.
El recorte implica el congelamiento de los ingresos de empleados/as públicos por dos años, la baja de los convenios de Asistencia Técnica con Universidades y una revisión de las estructuras de entes descentralizados y desconcentrados.
Mientras tanto Macri, luego de vetar la ley contra el tarifazo, sonríe al inaugurar una cancha internacional de golf en Santiago del Estero.
En el medio de las negociaciones con el FMI (ese fondo que decían había cambiado y no era el mismo de los noventa) se anuncia un achique del Estado que devendrá en más despidos. Sumado a los recortes en obra pública, dejarán a miles de laburantes en la desocupación.
Una verdadera provocación frente a la masiva Marcha Federal que entre sus reclamos exige el tratamiento de cinco leyes que incluyen la emergencia alimentaria y un proyecto para que el 25% de la obra pública sea realizada por cooperativistas. En definitiva la respuesta a los pedidos de los movimientos sociales la está dando Christine Lagarde a través de Duvjone e Ibarra.
Hace semanas que el panorama político ha cambiado. El supuesto gradualismo ha quedado atrás y el ajuste vendrá a fondo tras la idea de reducir el déficit fiscal, mientras la inflación no cesa, el dólar sigue subiendo y los especuladores no frenan la bicicleta financiera. Las consignas de “Pobreza cero” y la generación de empleo en boca del gobierno constituyen cada vez un absurdo más grande.
Por su parte, la CGT se ve cada vez más presionada a la convocatoria de un paro nacional activo. Con ese grito de lucha “para derrotar el plan del FMI y el gobierno” entran a la Plaza de Mayo los movimientos sociales combativos, como el Frente de Organizaciones en Lucha.