Desde hace más de 3 años los compañeros y compañeras del FOL (Frente de Organizaciones en Lucha), se encuentran en diversos pueblos de Misiones, dando batalla contra las condiciones de esclavitud que las patronales terratenientes yerbateras mantienen desde hace siglos. Entrevistamos a Liliam para difundir y apoyar la lucha contra la explotación y opresión; una lucha por la vida digna.
A Vencer – La Llamarada: ¿Cómo comienza la historia de lucha y resistencia de las y los trabajadores tareferos?

Liliam: El proceso de extractivismo pre-capitalista se inicia explotando a los pueblos guaraníes, a la Nación Guaraní, donde estaban los Chanal y los Tupi Guaraní que todavía siguen existiendo, aunque algunos se extinguieron por el trabajo esclavo. Todo nuestro pueblo originario guaraní fue explotado en condiciones de esclavitud bajo el mando de los conquistadores españoles y los jesuitas y fueron asesinados con mucha violencia porque los mataban a latigazos, no los dejaban comer y los tenían dominados bajo la palabra de dios y la iglesia.
Más tarde, con la llegada de otros europeos a nuestras provincias, vino el reparto de tierras de todas las Misiones, que se hizo entre 29 europeos terratenientes. La mayoría siguieron con la explotación que llevó a la muerte a muchos trabajadores.

Recién en 1917 se funda en Posadas, la Sociedad de Obreros Unidos: el primer sindicato que venían de los estibadores de barcos, organizados en la Federación Obrera Marítima (FOM). Cuando se creó este primer sindicato en Misiones se unieron los tareferos. La mayoría eran anarquistas y empezaron a hacer grandes huelgas, mítines de formación para los compañeros. Se hicieron huelgas con mucha fuerza y así fue como empezaron a surgir los grandes sindicatos de Misiones. También se crea la seccional de Alto Paraná de la FOM y fue la primera representación sindical de los tareferos. En la primera huelga grande de Misiones el gobierno mandó una represión muy fuerte, dejando un tarefero muerto y varios detenidos, entre ellos mi abuelo. Para 1921 Misiones ya estaba revolucionada con la lucha de los tareferos, estibadores y madereros que se unieron a la lucha y siguieron así, luchando hasta fines de siglo. A pesar de los asesinatos, desapariciones y causas falsas por las cuales muchos trabajadores estuvieron presos. Para esa época también mi abuelo junto con otros referentes sindicales tenían relación con Virginia Bolten que desde Buenos Aires presionó para que liberaran a los trabajadores presos, entre ellos Eusebio Mañasco (trabajador y referente sindical anarquista que después fue asesinado).
Después fueron pasando los años y se creó el Movimiento Agropecuario Misionero hasta que en el ´76 terminaron la mayoría siendo detenidos – desaparecidos. Tenemos más de 200 desaparecidos en Misiones que son trabajadores luchadores campesinos.

AV-LLl: A más de un siglo de esclavitud y explotación hasta la muerte ¿cuáles son hoy las condiciones de trabajo para las y los tareferos, y cuáles son las medidas de lucha que se están llevando adelante?

L: Las condiciones son paupérrimas. Iguales que las de hace 200 años atrás. Algunas cosas se modernizaron: el contrato ya no lo hace directamente el patrón sino a través de tercerizados, todos contratistas. Otro gran negocio. El trabajo es a cambio de un contrato de sujeción, es decir, al tarefero se le hace firmar por unos vales o bonos que sirven para comprar comida. Mientras está trabajando en el monte, se tiene que quedar ahí hasta que termine la cosecha y no puede volver a su casa y como hay una emergencia alimentaria, la sujeción es ese bono alimentario que sólo puede canjear en las cantinas que están en el monte, que son propiedad del patrón. Y si va a la ciudad, sólo puede canjear los bonos en las cantinas del patrón, donde los precios son siempre 3 veces más caros que en cualquier lugar. Eso convierte al trabajador en un eterno deudor del patrón y hasta que no salde esa deuda no puede ir a trabajar a otro lado.

Las bolsas que son de una tonelada todavía se siguen cargando con la espalda. Los camiones donde trasladan a los trabajadores (y también a su familia) están destartalados. Esos camiones nos dejan muchos muertos por no estar en condiciones. Ningún trabajador o trabajadora tiene ART. Si algo les pasa mientras están trabajando, no hay médicos ni primeros auxilios en el monte. Muchos mueren por picaduras de víboras o insectos. Las mujeres embarazadas, tienen que trabajar igual y muchas terminan pariendo ahí entre las plantaciones y seguir trabajando. Muchas también mueren. Los niños y niñas también están obligados a trabajar y no pueden ir a la escuela.
Allá en el monte sólo se vive con una carpa, a la intemperie. Dormis en el suelo. Hay patronales que solo te dan de comer una sola vez al día y después no tenes que comer. Agua potable no hay así que hay que ir a buscar a un arroyo o juntar agua de los charcos. Ni siquiera hay una mínima garantía de higiene.

Hace un tiempo denunciamos al ex gobernador Ramón Puerta por explotación infantil pero la noticia duró menos de un día. Nunca se habló de la cantidad de niños y niñas que tiene trabajando en condiciones de esclavitud en sus plantaciones.

Estas son las condiciones de vida de un tarefero o tarefera. Empezás en las plantaciones desde muy chiquito y muchas veces ni siquiera vas a la escuela. La mayoría no saben leer ni escribir. Muchos otros tampoco tienen documentos, porque nacen en el monte y como nunca pudieron bajar, no tienen DNI. Tampoco el gobierno se acercó a solucionar el problema de la identidad de esos niños o niñas y jóvenes que están en los montes.
Los indocumentados son los esclavos permanentes que viven peor que el resto de los tareferos, ese trabajador no existe ni para el Estado y es el esclavo del patrón. Por eso hace años que estamos luchando por la afiliación de esos trabajadores.

Este año vinieron a Buenos Aires varios tareferos del FOL y logramos que se conozca nuestra lucha. En abril denunciamos que le robaban el salario a los tareferos, en vez de pagarles $2500 les pagan $500 y la UATRE nunca hizo nada. Con la lucha logramos que se pague lo que debía a los trabajadores. También como parte de la lucha nosotros alfabetizamos a los compañeros y nos formamos políticamente. Y ahora ellos mismos saben leer y escribir y pueden comprender las cosas que le hace firmar el patrón y no se dejan engañar. Por eso nos amenazan, porque todo el mundo sabe que el FOL es una organización que lucha por los trabajadores. Este año un compañero nuestro recibió una amenaza por parte de un concejal del PRO, Héctor Fuglistaler (que es empresario de la yerba mate y el te). También es dueño de dos medios de comunicación en Misiones. Entonces empezó a desprestigiar al FOL y a nuestro compañero Ramón le dijo que le iba a pasar con el auto por encima y bajarlo de un tiro. Después extendió la amenaza a toda la familia. Incluso nuestro compañero estuvo detenido 9 días por una causa falsa y no le bastó con eso sino que también apresaron a sus dos hermanos. Por eso hicimos la denuncia a nivel nacional e hicimos responsable al gobierno nacional por la seguridad y vida de nuestro compañero. Recién ahí se calmaron las amenazas.
A nosotros/as allá los políticos y patrones no nos soportan, porque somos una organización que lucha por los trabajadores/as y no quieren que pongamos a la luz la explotación y muerte que traen las patronales. Son la esclavitud del siglo XXI y tienen miedo que se les termine el negocio.

AV- Lll: Mencionaste a las mujeres y las condiciones de vida de las tareferas ¿Cómo se está dando la lucha de las compañeras?
L: El machismo es rotundo en todos los sentidos y más en lo laboral. La mujer no sólo es explotada en la casa, sino también en el trabajo bajo peores condiciones que el varón. Las mujeres en su mayoría son jefas de hogar. El resto trabaja con su compañero en el monte. Muchas tienen que trabajar embarazadas y parir en las plantaciones, sin asistencia médica, y después siguen trabajando con su hijo a cuesta en el monte. Y es un trabajo pesado, porque aún se hace de forma manual. Las manos se te quiebran y al no haber agua las mujeres no tienen condiciones básicas para una mínima higiene.

Casi todas las mujeres trabajan en negro. A ellas se las denigra como mujer y peor cuando son madres, porque sus hijos se convierten en esclavos. Sin agua, sin comida, sin asistencia médica. La mayoría de las mujeres ni siquiera pudieron empezar la primaria.

Ahora con el FOL muchas se están formando en géneros y eso está ayudando muchísimo para que nos podamos organizar por nuestros derechos como mujeres y dar la lucha. Cada vez hay más compañeras organizadas, al frente. El año pasado también muchas viajaron al Encuentro Nacional de Mujeres en Rosario y ahora un montón vamos al Encuentro en Chaco.

Para cerrar la entrevista, la compañera Liliam nos regala un poema dedicado a todas las trabajadoras y trabajadores tareferos, no sólo a los de ésta época, sino también para aquellos primeros luchadores/as que iniciaron la resistencia contra la esclavitud, la explotación y la muerte:

El obrero Golondrina
Lilian Mainumby Velázquez

Pasa por los yerbales sin dejar huellas
Y con las pocas monedas que como pago de jornada, le dio el patrón explotador
El peón ahoga sus miserias y su dolor
Apretando en los puños la esperanza de volver a su nido
El obrero golondrina de agrietadas manos
Y la frente bañada de sudor
Desde sus adentros le brota un grito combativo
Con un fuerte sapucay despierta su rebeldía
Y estremece al sol.

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