Con el aislamiento obligatorio y la instauración de la educación a distancia, la explotación, precarización y las desigualdades en el sistema educativo crecieron de forma abismal: la mayor parte de nuestrxs estudiantes no tiene dispositivos y conectividad, o se comparten entre muchxs en la misma familia; muchxs estudiantes abandonaron la escuela para changuear y colaborar con las magras finanzas familiares. Mientras, lxs trabajadorxs comenzamos a ser los únicos garantes de que la educación siga existiendo: ponemos la conectividad, las computadoras o celulares, imprimimos materiales que -rompiendo el aislamiento mismo- llevamos a las casas de nuestrxs estudiantes.
El Estado, bien gracias. Solamente se dedica a pagar salarios congelados, a seguir controlando, ajustando.
Todo esto es una agudización de problemas viejos. Desde hace años la educación mendocina viene en caída libre. Presupuesto para edificios y recursos, en caída; salarios por debajo de la canasta básica desde siempre; aumento de la precarización, cierres de cursos, merienda que se parte en pedacitos para que alcance a todxs lxs estudiantes. Y la lista sigue.
Y en medio de esta situación de emergencia, el gobierno anuncia un proyecto de ley de educación que, no solo resuelve nada de lo que urge resolver; sino que agrava los males.
Y pretende hacerlo a espaldas de la comunidad. En la última semana asistimos vimos conferencias por YouTube en las que no se puede comentar, a salas de Zoom a las que no se puede ingresar si no se tiene el carnet de afiliación a la UCR o a un precongreso pedagógico donde el aporte -individual- es un texto 250 caracteres. Un tweet y medio. Esa es la democracia y participación que propone Cambia Mendoza.
¿Por qué luchamos contra este proyecto de ley de educación?
1. Porque en la infraestructura educativa, no representa un avance en ningún sentido. Establece la municipalización, profundiza la ingerencia empresarial y no hay ningún avance presupuestario.
2. En la perspectiva pedagógica, no garantiza la ESI. Desconoce a las escuelas artísticas, los centros de capacitación para el trabajo, entre otros.
3. Y en lo laboral, abre la puerta a una reforma muy grave en la carrera docente en dos pasos: primero, evaluación de lxs docentes. Segundo, condicionar la estabilidad laboral y el salario según los resultados individuales.
Queremos una educación pública garantiza íntegramente por el Estado, laica, científica, feminista y liberadora. Construida desde el pueblo, con sindicatos, organizaciones estudiantiles y comunidades. Construida desde y para el pueblo. Todo lo que esta ley no hace.
A levantarse y a ganar las calles. Lo hicimos en diciembre en defensa de la Ley 772; lo haremos ahora: la educación pública tampoco se negocia.