El día de hoy se cumple un año de la extradición y el confinamiento en condiciones inhumanas en la cárcel de Alta Seguridad de Santiago de Chile del revolucionario Mauricio Hernández Norambuena, el “comandante Ramiro” del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR).
Militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez en el Chile de Pinochet y de la transición pactada, a Ramiro se lo juzga como responsable político de la ejecución de Jaime Guzmán, ideólogo de la Constitución de 1980 (la que sigue en vigencia hoy), fundador de la derechista UDI y consejero civil del dictador trasandino en el marco de la Campaña de Dignidad Nacional “No a la impunidad”; se le atribuye además responsabilidad por el secuestro de Cristián Edwards, hijo del dueño del golpista y reaccionario diario El Mercurio.
Detenido en 1993, Ramiro fue condenado a dos cadenas perpetuas por estas acciones, en juicio sumario, sin ninguna garantía procesal, “bajo la misma legislación heredada de Pinochet (quién se mantenía como Comandante en Jefe del Ejército), y por mismo el poder judicial que avaló las violaciones a los derechos humanos en dictadura. Tres años después, el 30 de diciembre de 1996, Mauricio fue rescatado de manera espectacular desde la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago, por medio de un helicóptero en el que embarcan otros tres compañeros del FPMR, operación única en la historia penitenciaria chilena, que fue llamada Vuelo de Justicia.” (http://www.ramiroalacalle.cl/biografia/).
Recuperada la libertad, el compañero mantuvo su militancia revolucionaria. Detenido en Brasil en 2002, fue condenado a la pena máxima de 30 años de prisión por el secuestro con fines de financiamiento de Washington Olivetto. Desde entonces hasta el año pasado, Ramiro estuvo confinado en siete penales federales y estaduales bajo un Régimen Disciplinar Diferenciado que implica un aislamiento extremo. Hace un año, cuando estaba por acceder a un régimen semiabierto de reclusión en Brasil, al que desde hacía años tenía derecho pero que se le negaba en forma sistemática, el gobierno de Jair Bolsonaro y el de Sebastián Piñera acordaron la extradición de Ramiro a Chile sin siquiera cumplir la formalidad de notificar a su abogada defensora. Una vez allí, el juez instructor lo condena a dos penas de 15 años desconociendo todo el tiempo de sentencia cumplida en Brasil.
Desde hace un año, Ramiro está recluido en la sección de máxima seguridad de la Unidad Especial de Alta Seguridad. Su hermana Laura explica: “Estas condiciones tienen que ver con un encierro de 21 horas en una celda de 2×3 metros, permanentemente bajo la vigilancia de dos custodios. Cuando digo vigilancia, es que hay dos personas en la puerta de su celda mirándolo. Hasta ese punto es la intromisión sobre su vida en ese penal. Después tiene una hora y media de patio. A este patio sale en solitario, no hay ningún otro preso que salga solo al patio. Tiene también una hora y media más para transitar por los pasillos de la galería en donde se encuentra, porque ahí no hay ningún otro preso. Son 8 celdas, él está en una de las celdas y en las otras 7 celdas no hay nadie. El argumento de esto es que él tiene que estar completamente aislado.” (http://cctt.cl/2020/01/22/chile-encarcelado-solidaridad-con-mauricio-hernandez-norambuena/). Las visitas están restringidas a sus familiares directos, no pudiendo ser visitado por otrxs militantes, referentes, intelectuales, defensores de derechos humanos. A eso se suman las sanciones disciplinarias que la Gendarmería impone y que significa que ni siquiera pueda contar con videollamadas con sus familiares directos, imposibilitadas las visitas presenciales a causa de la pandemia. El Instituto Nacional de Derechos Humanos y el Colegio Médico de Chile certificaron que Ramiro está siendo sometido a tortura, tratos crueles, inhumanos y degradantes. No obstante, el 29 de mayo de este año la corte suprema confirmó las dos sentencias cerrando las instancias de apelación en Chile.
El Chile oficial que tuvo a Pinochet como senador vitalicio, que ha consagrado la impunidad de los genocidas, el mismo Chile que, ayer como hoy, ataca a la nación mapuche y que ha matado, mutilado y encarcelado a decenas, cientos y miles de jóvenes que salieron a recuperar la dignidad desde octubre de 2019, encierra y tortura al comandante Ramiro. Su caso es emblemático, pero está lejos de ser algo fuera de lo común. Su historia es parte de una larga historia y un extenso presente en el que las clases dominantes por medio de sus aparatos de represión y encierro nos privan a los pueblos en lucha de nuestrxs mejores cuadrxs y buscan por medio de la tortura doblegar la voluntad de lxs revolucionarixs.
Las palabras de Ramiro llamando a mantener la lucha son un ejemplo y una bandera para todxs lxs que, como decía nuestro Che, sentimos en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo, sumamos nuestra voz a la de tantos y tantas otras compañeras:
¡Ramiro a la calle!
¡Libertad a Mauricio Hernández Norambuena!
¡Libertad a todxs lxs presxs políticxs!
#LibertadARamiro
#RamiroLibre
#MauricioHernandezNorambuena
#ChileDesperto