El 10 de diciembre del año pasado Alberto Fernández en su discurso inaugural decía “debemos escapar a la lógica del gatillo fácil”, desde el primer día buscando diferenciarse con la política de (in)seguridad del gobierno de CAMBIEMOS, y sobre todo de la llamada doctrina Chocobar.
Pero a casi 8 meses de haber asumido y a más de cien días del comienzo del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio las prácticas represivas de las fuerzas de seguridad no solo no se tomaron cuarentena, sino que se profundizaron con un aumento de las detenciones arbitrarias, hostigamiento en los barrios populares, empeoramiento de las condiciones de vida en los lugares de detención. Esto tiene su correlato: desde el 20 de marzo hubo más de una docena de casos de gatillo fácil y 23 muertes en lugares de detención, según los reportes de CORREPI.
Un ejemplo de este aumento de la represión estatal fue el caso que ocurrió en la provincia de Tucumán, donde Walter Nadal de 43 años fue asesinado por dos policías provinciales que lo asfixiaron poniendo su rodilla sobre el cuello y aplastandolo contra el suelo. Al igual que George Floyd, el crimen racial en Estados Unidos que conmovió y movilizó al mundo, Walter gritaba que no podía respirar, que le faltaba el aire.
Los policías que lo asesinaron labraron un acta diciendo que Walter Nadal había muerto como consecuencia de un paro cardiaco al intentar escaparse de la persecución policial, pero rápido se cayó esta mentira ya que la autopsia confirmó que Walter murió asfixiado.
No muy distinto de lo que hubiera hecho Patricia Bullrich, el Ministro de Seguridad de la provincia de Tucumán Claudio Maley salió a sostener y defender a los policías, afirmando que la intervención policial fue correcta y oportuna y además, acusando a Nadal de tener antecedentes penales, como si eso le quitara responsabilidad a los represores.
Claudio Maley y Juan Manzur son responsables de este nuevo crimen, esto no es un caso aislado es la misma policía que desapareció y asesinó a Luis Espinoza y que responde a una política de estado en todo el país.
Porque las vidas del pueblo trabajador importan, si las prácticas represivas no están en cuarentena nuestra lucha tampoco. Por eso hay que denunciar la profundización del modelo represivo, enfrentarlo con organización independiente del estado y una lucha consecuente en el camino a una sociedad sin privilegios de clase.
Justicia por Walter Nadal
El ESTADO es responsable

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