Ferroviarios y ferroviarias de las Líneas Roca, Belgrano Norte, Belgrano Sur y la tercerizada MCM entre otras, siguen en pie de lucha por la reincorporación a sus puestos de trabajo. Las negociaciones con los Ministerios no avanzan en nada concreto, mientras que la realidad de las más de 300 familias ferroviarias se pone día a día más áspera.

La lucha de las y los ferroviarios despedidos arrancó en la era Macri y sigue hoy en la era Fernández sin respuesta concreta y con la negativa de que sean reincorporados al ferrocarril. El martes 11 de febrero se tuvo la última audiencia con los ministerios, una semana más tarde de lo acordado en la última reunión. El mensaje de los funcionarios fue que “no hay incorporación a los ferrocarriles para nadie”, a tono con el decreto 132/2020 publicado en el Boletín Oficial el 10/2 firmado por el presidente Alberto Fernández y el Jefe de Gabinete Santiago Cafiero, mediante el cual se suspende por 180 días la contratación de personal en distintas dependencias de la administración pública, como por ejemplo SOFSE, la operadora de todas las líneas férreas a nivel nacional. Lo que se olvidan los funcionarios es que en este caso no estamos hablando de contratación sino que hablamos de reincorporación. Hablamos de la devolución del puesto laboral que fue arrebatado injustamente, en el marco del ajuste y despidos masivos que tanto criticaba el gobierno actual. Hablamos de 5300 despidos reales en todas las líneas, incluyendo cierre de ramales enteros en los últimos 5 años y el gobierno actual no se puede comprometer en reincorporar a 380 trabajadorxs. ¡Es una cargada!

Si bien la lucha ferroviaria por la reincorporación tiene por lo menos un año, en estos últimos 6 meses fue tomando un carácter más masivo, y hasta el día de hoy siguen acercándose ferroviarixs despedidxs de todas las líneas y empresas tercerizadas. Van 2 meses de reuniones y entrevistas personales planteando la reincorporación como una posibilidad y, de repente Santiago Cafiero firma un decreto en el que queda totalmente prohibido el ingreso al ferrocarril. Fue el mismo jefe de gabinete quien levantó el tubo y sacó a todxs lxs ferroviarixs de las vías prometiendo una mesa de negociación para la reincorporación a finales de diciembre del 2019.

Si esto no es cinismo, ¿qué es?

Más indignación da la situación cuando se sabe que en las distintas líneas se está tomando personal para todos los sectores y que esos puestos son manejados por los gremios para sus amigos e influencias, y así comprar lealtades.

Otro trabajo muy bien realizado por parte de los funcionarios del gobierno fue la cooptación de los compañeros ferroviarios de la mesa negociadora. Frente a la negativa de entrar al ferrocarril por parte del gobierno y frente a la ofensiva de las bases terminaron haciéndose explícitos los arreglos que un grupo tenía con la mesa de funcionarios: achicamiento de las listas a 150 personas y ofrecimiento de puestos de trabajo (50 puestos, según el ministerio) del REPRO, y algunas “excepciones particulares” como puestos de trabajo en el subte. Todos estos acuerdos quedaron al descubierto, esta burocracia fue denunciada ante el propio ministerio este lunes 17 de febrero. El acuerdo es que hoy  martes 18 el ministerio se compromete a comunicarse para poner fecha a una nueva audiencia en la que se haga un balance de lo hecho hasta ahora en la mesa de negociación.

La asamblea debe ser la que dirija el conflicto

Esta cooptación política sobre el grupo de ferroviarios referentes de la mesa negociadora se da sobre la base de la falta de organización de las y los compañeros despedidos. La falta de asamblea, discusión, intercambio y búsqueda de participación por parte de los referentes y el tiempo mismo va provocando una separación tal entre los referentes y el resto de lxs despedidxs, y ya los objetivos comienzan a diferenciarse y los acuerdos a desdibujarse. La mano del gobierno ayuda con puestos de trabajo “especiales” a los referentes y ellos contestan con lealtad, achicamiento de la lista por discriminación política, desconocimiento de las asambleas, manejo discrecional de la información, etc. Un puñado de propios compañeros despedidos pasa a ser el brazo ejecutor de la política del estado.

La asamblea tiene que correr con mayoría a quienes no cumplan con las decisiones colectivas y ser la que dirija el conflicto, tomando allí todas las decisiones y pasos a seguir, con la información, actas y listas públicas a todas y todos los compañeros.

En este marco, el viernes 14 se realizó una nueva asamblea en la que se definió que por más que existan compañeros y compañeras que decidan aceptar el puesto de trabajo que el ministerio ofrece, la gran mayoría de lxs despedidxs pelea por la reincorporación a su puesto de trabajo en el ferrocarril. Se definió además realizar festivales, fondos de lucha y convocar a otros conflictos de trabajadores para realizar medidas conjuntas.

El camino es largo, la solidaridad necesaria

El miércoles 12 de febrero se llevó a cabo un festival en el que asistieron más de 700 personas en el predio puesto a disposición por los trabajadores papeleros de Ansabo, que tienen la fábrica tomada. Jornadas como éstas no solo pueden vincular a todas las luchas, a todas las experiencias, a todas las compañeras y compañeros, sino que también sirven para sostener la lucha, para sostener a los compañeros y sus familias, mientras el gobierno y los gremios juegan al desgaste para que se acepten migajas. La solidaridad de las distintas organizaciones y sectores en conflicto que vienen acompañando el conflicto se vuelve fundamental.

Esta es la doble lucha que hoy dan las y los despedidos ferroviarios: pelar la reincorporación contra el gobierno y la dirección gremial y forjar las bases de una democracia interna que permita una organización sólida y fuerte para soportar el desgaste y seguir en la lucha.

¡Toda la solidaridad con las y los ferroviarios despedidos!

Unidad de las y los trabajadores, ¡y al que no le gusta, se jode, se jode!

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