El paro del 30-04 se hizo sentir. Hubo movilizaciones masivas, cortes y piquetes en los principales centros urbanos a lo largo del país. Se logró un alto acatamiento en diversas ramas de la producción, servicios y transporte, principalmente entre los gremios impulsores de la medida (camioneros, aeronáuticos, bancarios, marítimos, mecánicos, docentes, médicos de hospitales, estatales, del neumático, subterráneos, prensa y algunas líneas de colectivos, entre otros). Todo esto pese a la ausencia cómplice por parte de la cúpula de la CGT Azopardo y el papel servil con el gobierno de las burocracias de los sindicatos que dirigen la CATT (Confederación Argentina de los Trabajadores del Transporte), como la UTA y la Unión Ferroviaria, entre otras, que mientras carnerearon la huelga el 30 impulsan la insólita medida de parar el transporte los días feriados.

El carácter activo del paro en el Área Metropolitana de Buenos Aires lo garantizó la masiva movilización a la Plaza de Mayo, en el cual confluyeron los gremios, seccionales y comisiones internas nucleadas en el Plenario del Sindicalismo Combativo y en el “Espacio de Trabajadores de Zona Norte” (GBA), pero también le dieron esa impronta los cortes de calles, como el piquete en Puente La Noria realizado por diversas organizaciones sociales, políticas y de trabajadores/as en lucha (como los choferes del Expreso Lomas), o el escrache a las oficinas de los buitres del JP Morgan.

Ni las amenazas previas de la ministra Patricia Bullrich o de Dante Sica sobre la ilegalidad de los cortes de calles o las multas sobre los sindicatos que parasen; ni tampoco las detenciones policiales realizadas en alrededores de la marcha, lograron impedir que el paro sea contundente ni que la movilización sea masiva. El gobierno que no logra controlar la economía, tampoco puede disciplinar las movilizaciones callejeras. La calle, precisamente, debe ser nuestro terreno principal para derrotar el ajuste de Macri y el FMI.

Una medida tardía y con perspectivas difusas.

Desde las CTAs, el moyanismo y Palazzo (bancarios) se venía planteando la posibilidad de un paro general “con o sin la CGT” desde finales de 2018. La concreción de la medida se da en el marco de una profundización de la crisis económica y política que coloca al oficialismo en su peor momento. Las luchas episódicas que encarna esta fracción de la burocracia sindical, hoy posicionada confrontando con el macrismo resultan insuficientes para enfrentar al gobierno, que transita un declive que parece no tener freno.

En el acto central de la jornada de paro y movilización del 30, el cual cerró Pablo Moyano, se escucharon por parte de los oradores discursos de rechazo a la política económica de Cambiemos, mientras que los de Palazzo, Hugo Yasky y Pablo Micheli plantearon de forma explícita que la solución viene de la mano de una salida electoral en el marco de una candidatura de CFK. Intervenciones que se enmarcan en una doble finalidad: como se dijo, convocar a las masas trabajadoras a depositar sus expectativas no en las medidas de acción directa, sino en un recambio ordenado en octubre de la mano del peronismo, por un lado; y por otro, ejercer presión en la interna del PJ para obtener mejores lugares en las listas que ya comienzan a discutirse de cara a las PASO.

Mientras el espacio que reúne a las CTAs y al FSMN señala que en veinte días se reunirán nuevamente para evaluar próximas medidas, en algunos medios de prensa trascendió que proyectan una nueva peregrinación, esta vez a la Virgen de San Nicolás.

La salida está en las calles, desde abajo y a la izquierda

La debacle del gobierno macrista y la profundización de la crisis nos plantean un escenario donde no hay margen para especulaciones electorales. El hambre aprieta hoy, y octubre queda lejos. Las y los trabajadores necesitamos un plan de lucha ahora, con la participación masiva de nuestra clase desde cada lugar de trabajo. Necesitamos poner por delante todas las necesidades de nuestra clase: reincorporación de todos/as las/os despedidas/a, salarios igual a la canasta básico y pase planta permanente de todos/a los/as contratados/as para salir a luchar en unidad de manera consecuente hasta conquistarlos todo nuestros derechos.
Desde Venceremos – Partido de Trabajadorxs, seguiremos apostando a la más amplia unidad de acción para la lucha y con independencia política. La salida de la crisis económica y social que padecemos día a día es desde abajo, en las calles, y a la izquierda, construyendo nuestra propia alternativa política, desde las y los trabajadores.

¡Fuera Macri y el FMI!

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