¿Voluntarismo? Esa palabra no significa nada, o se utiliza en el sentido de arbitrariedad. Desde el punto de vista marxista, voluntad significa conciencia de la finalidad, lo cual quiere decir, a su vez, noción exacta de la potencia que se tiene y de los medios para expresarla en la acción. Significa, por tanto, en primer lugar, distinción, identificación de la clase, vida política independiente de la de la otra clase, organización compacta y disciplinada a los fines específicos propios, sin desviaciones ni vacilaciones. Significa impulso rectilíneo hasta el objetivo máximo, sin excursiones por los verdes prados de la cordial fraternidad, enternecidos por las verdes hierbecillas y por las blandas declaraciones de estima y amor.
[…]Glorificando a Carlos Marx en el centenario de su nacimiento, el proletariado internacional se glorifica a sí mismo, glorifica su fuerza consciente, el dinamismo de su agresividad conquistadora que va desquiciando el dominio del privilegio y se prepara para la lucha final que coronará todos los esfuerzos y todos los sacrificios.
Antonio Gramsci a 100 años de su nacimiento

Un fantasma sigue recorriendo el mundo. A pesar de los esfuerzos incesantes de la burguesía mundial por terminar con el fantasma marxista, a lo largo de todo el planeta siguen existiendo miles de personas que, partiendo de la figura del militante alemán, buscan transformar el mundo. A más de doscientos años de su nacimiento, sus ideas siguen vigentes y siguen siendo el prisma desde el cual comprender el modo de producción capitalista y los intentos por su superación. Desde sus aportes científicos en las distintas ramas del conocimiento hasta sus esfuerzos por poner en pie un movimiento obrero internacional, su legado implica un salto cualitativo en la historia de organización de la clase obrera.

Sus contribuciones desde el análisis sistemático de la realidad permitieron desentrañar las características intrínsecas del modo de producción capitalista. Desde sus obras escritas puso de relieve las condiciones de explotación en las que se basa el capitalismo, las diferencias entre clases y el rol fundamental para el desarrollo histórico que implica la lucha de clases, una lucha irreconciliable, como queda de manifiesto en el fragmento que seleccionamos del filósofo y militante comunista italiano Antonio Gramsci.
Sin embargo, para Marx “el arma de la crítica no puede reemplazar a la crítica de las armas, y la fuerza material deber ser derrocada por una fuerza material”. El objetivo primordial de sus aportes en el campo de las ideas era que prendan en las masas para constituir un arma, una fuerza material que potencie la intervención de la clase trabajadora. En el mismo sentido creía que las necesidades del pensamiento, de las investigaciones y de los aportes desde las ideas, debían definirse a partir de la propia práctica concreta y cotidiana de lxs trabajadorxs. La relación debía ser sólida, con una dirección clara por parte del movimiento obrero.

Desde su juventud combinó su actividad teórica con la incesante militancia junto a grupos obreros. Su participación en periódicos alemanes, la organización en las asambleas en las sociedades secretas de obreros y artesanos parisinos, o su rol fundamental en la organización de la Asociación Internacional de Trabajadores (o primera internacional), muestran su interés constante por generar un movimiento obrero compacto, capaz de enfrentar a la burguesía en su conjunto, peleando por conquistar la conciencia y generar la necesidad de reflexionar sobre las condiciones de vida, de trabajo.
Su pensamiento y acción siguen vivos. Siguen vivos en las transformaciones impulsadas por el movimiento obrero ruso, por los aportes de Rosa Luxemburgo, por el análisis crítico desde Latinoamérica por parte de Mariátegui y el Che, por el socialismo del pueblo cubano y por los intentos organizativos que proliferaron en todo el mundo y particularmente en América Latina. En cada movimiento obrero que recorre el mundo, desde Asia hasta América, desde Europa hasta África. Sigue vivo porque nos da herramientas para analizar y también para transformar el mundo. Sigue más vivo que nunca porque el capitalismo sigue sin poder, a más de cien años de su obra, dar respuestas a los problemas que aquejan a la mayoría de la población: el hambre, la miseria, la violencia, la desigualdad.
Hoy, en un nuevo aniversario de su nacimiento, reafirmamos la certeza en el marxismo revolucionario como la fuerza que puede liberar a la humanidad de los lastres del capitalismo. Seguimos apostando por su método crítico para analizar la realidad y su tenacidad militante y su confianza en la organización independiente para transformarla.

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