La investigación del juez de Dolores, Alejo Ramos Padilla, sobre el oscuro Marcelo D´Alessio ha pegado un saltado y se ha ubicado de lleno en la crisis nacional ante la decisión del presidente Mauricio Macri de pedir la destitución del magistrado en el Consejo de la Magistratura.
Luego de la exposición del juez Ramos Padilla ante una comisión del Congreso, de la que sólo había participado la bancada de Unidad Ciudadana, el tema ha cobrado una extensión nacional por la reacción del gobierno de pedir la destitución del juez en boca del propio jefe de estado.
El magistrado de Dolores expuso con una cantidad de pruebas extensas encontradas en el allanamiento a Marcelo D´Alessio que confirman la existencia de algo siempre sabido por lo bajo que es la existencia de un submundo interralacionado entre agentes de inteligencia, fiscales, jueces, políticos (Padilla apuntó directamente contra Elisa Carrió) y periodistas. Hay causas judiciales como la de Gas Natural. La trama del falso abogado junto a Stornelli y Santoro va mucho más allá de un grupo de extorsionadores profesionales.
En el domicilio del espía mediático se encontraron equipamiento de las fuerzas israelíes, lo que muestra hasta que punto está integrado al aparato de inteligencia y sus lazos con los servicios extranjeros como el Mossad. En ese intrigulis también entra Mario Montoto, presidente de la Cámara de Comercio Argentino Israelí, socio actual del vaciador Sergio Szpolski en la empresa de importar pertrechos militares de Israel. Este sector con vinculos directos con la embajada israelí tiene su pata bien anclada en la AFI (ex SIDE) con los vínculos de Montoto y SS con Jaime Stiusso, Javier Fernández (actual integrante de la AGN) y Darío Richarte siendo Angelici (gracias a su vínculo con Richarte) el operador para el gobierno en la justicia.
Una persona que sigue el caso creería que la decisión del gobierno de destituir a Padilla busca evitar que se conozca su espionaje sobre opositores. El discurso del macrismo se centra en que es toda una operación del kirchnerismo para lograr sacar a Carlos Stornelli como fiscal de la llamada Causa de los Cuadernos. Para eso se ocupó de filtrar escuchas telefónicas ilegales entre exfuncionarios actualmente detenidos en Ezeiza. En tanto, D´Alessio dijo que el operativo sobre el empresario agropecuario Pedro Etchebest fue a pedido de los excomisarios (y también agentes de la AFI) Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degasltadi, quienes le habrían solicitado la intervención. Para complejizar más el asunto, el propio Etchebest compartía oficinas con ambos excomisarios, lo cual suena raro siendo las profesiones que estos tienen. De aquí se desprende que el empresario agropecuario tuvo, al menos, lazos con los servicios y de allí también su llamativo accionar de filmar, grabar y seguir a D´Alessio en vez de denunciarlo directamente por extorsión. Así las cosas, la interna de los servicios se encuentra al rojo vivo al son de la crisis política.
Sin embargo, el periodista Carlos Pagni -especialista en los mestier de los servicios- señaló que el gobierno quiere frenar la causa por algo más grave aún: en la casa de D´Alessio (a quien da por hecho como un espía de la AFI) se habría encontrado una carpeta de espionaje sobre María Eugenia Vidal, lo cual revelaría espionaje cruzado entre las propias filas del gobierno. A su vez, la decisión del oficialismo de poner el tema en agenda está haciendo crecer la crisis a niveles que pondría impactar seriamente en las vísperas electorales.
El dato relevante a esta altura es que la Corte Suprema de Justicia respaldó la investigación de Ramos Padilla en vez de concederle el pedido a Stornelli de pasar la causa a Capital Federal. La llamada «mayoría peronista» de la Corte (Lorenzetti, Maquena y Rossatti) que ha aislado al titular macrista, Carlos Rosenkratz, va a tono con todo el sector del establishment que toma distancia de un gobierno en crisis y deja la puerta abierta a un relevamiento próximo por otra variante burguesa. En ese aspecto también puede llegar a leerse la resolución de la Cámara Federal de dictar la falta de mérito a la expresidenta CFK por la causa de «la ruta del dinero K». El Poder Judicial se cuela a jugar en la crisis que se retroalimenta entre la economía en caída y las internas políticas.
El pueblo trabajador ve esta crisis como un actor externo y ajeno a estos carpetazos de las cuales se valen tanto el macrismo como el kirchnerismo. Sin embargo, el aparato de inteligencia montado que ahora se desvela y del que echaron mano todos los gobiernos es utilizado en forma permanente para perseguir, criminalizar y espiar a la organización obrera y popular como se ha demostrado en numerosas denuncias.
Reclamamos el fin del espionaje contra políticos, opositorxs y organizaciones populares; la apertura de los archivos y la disolución de la AFI y el fin de toda colaboración con organizaciones de inteligencia extranjeras que son la mayor vulneración y peligro para la soberanía nacional.