La imposibilidad de implementar la reforma laboral de manera legislativa no implicó que el gobierno cese con sus objetivos. Primero se trató de imponer a través de modificaciones en los convenios colectivos por actividad, ahora con un consejo de abogados «notables» propatronales y los preventivos de crisis.

En diciembre de 2017 el macrismo aprobó la reforma previsional pero con un gran costo social y político, luego de una sesión parlamentaria caduca, enormes jornadas de protestas, represión y cacerolazos. En parte fue ese costo lo que le impidió avanzar con la reforma laboral, un pedido de los empresarios a su gobierno, el que encabeza Mauricio Macri desde diciembre de 2015, para barrer con las históricas conquistas sociales del movimiento obrero argentino. El antecedente inmediato a nivel regional fue la reforma laboral brasileña, que sin dudas generó todavía mas presión.

La crisis como excusa
El fallido preventivo de crisis de Coca Cola FEMSA para su planta de Pompeya donde ya hubo 32 despidos, que rechazó la agrupación Marrón (opositora), pero que contó con el aval del sindicato de Aguas y Gaseosas (SUTIAGA), que aunque finalmente no prosperó es una muestra testigo de la nueva política laboral del macrismo con una intervención directa desde el ministerio conducido por Dante Sica. Semanas atrás, quienes presentaron preventivos de crisis fueron la empresa de neumáticos FATE, del grupo económico Madanes y la empresa de medios Editorial Altántida, que edita las revistas Para Ti, Paparazzi, Gente y Billiken. En ambos casos buscan despedir de manera masiva, con indemnizaciones a la baja y atacar las condiciones laborales. Los respectivos sindicatos, el SUTNA y el SIPREBA, declararon su rechazo a esta política y vienen desarrollando distintos planes de lucha con movilizaciones a la sede de Trabajo en Callao, cese de tareas, paros y otras acciones. Antes había sido el caso de Carrefour avalado por el sindicato de Comercio que conduce Cavalieri.

Los preventivos de crisis son una herramienta del Estado para flexibilizar las condiciones laborales, no respetar los convenios colectivos y despedir a bajo costo. Su regulación data de 1991 y vino a modificar lo que hasta entonces eran los «concursos de crisis o quiebra». El contexto de su legislación está íntimamente vinculado a la ley de reforma del estado que promovió el ministro menemista Dromi, la oleada de privatizaciones y desempleo y un crecimiento de la productividad a costa de la superexpotación de la clase trabajadora, avanzando sobre sus conquistas históricas y derechos.
No parece casual que en 2016 presentaron este recurso 56 empresas mientras que en 2018 fueron 108 los casos, un crecimiento del 70% en relación al 2017 (fuente: ministerio de Trabajo según notas publicadas en los diarios Perfil y Tiempo Argentino). Tampoco es casual la resolución 60/2019 por la cual los primeros días de febrero el Ministerio de Producción y Trabajo creó un consejo de «asesores» en donde confluyen abogados propatronales y de un sector determinado de la burocracia sindical. Según el propio decreto, el objetivo es «asesorar en cuestiones relativas a los derechos fundamentales de los trabajadores… asesorar en cuestiones normativas, regulatorias e instrumentos de políticas públicas orientadas a la generación del empleo y al incremento en la productividad del trabajo y su equitativa distribución… emitir opinión respecto de la armonización de los planes de empleo en relación con los planes económicos». En el consejo creado por Sica hay abogados como Juan José Etala, asesor personal de Mauricio Macri, ex miembro de la Comisión Directiva de Boca Juniors, Carlos Marcelo José Aldao Zapiola, presidente de la Comisión de Recursos Humanos de la UIA entre 1993 y 1997 y presidente desde entonces, u otros de extracción «sindical» como Julio Simón, asesor del gremio Gastronómicos conducido por Barrionuevo o de Leonardo Jesús Ambresi del SUTERH. Es decir una asesoría con una pata en un sector de la burocracia sindical y del peronismo que convalida las políticas del macrismo en todos los terrenos y no solo desde Azopardo.

La salida es en las calles y en unidad
Otro conflicto testigo es el de Cofco- ex Nidera que protagonizan los Aceiteros y que desde Venceremos en Poder Popular venimos acompañando de manera cotidiana con todas nuestras fuerzas.. Si bien no se presentó una situación de crisis también es muestra del cambio de política no solo laboral sino sobre todo productiva a partir de la llegada del macrismo (Ver: http://venceremos-arg.org/2019/01/15/trabajadores-cofco-ex-nidera-pelear-las-ultimas-consecuencias/). A diferencia de otros conflictos de este verano con cierto aislamiento producto de las circunstancias de los mismos o del poco o nulo acompañamiento de las conducciones de sus sindicatos (como La Nación, Interpack o Pilkintong) los trabajadores de Nidera cuentan con un sindicato y una federación nacional que se puso al frente del conflicto y que viene enfrentando una política durísima como la del cierre de fábrica. Allí, los capitales chinos (dueños de Cofco) cuentan con una evidente alianza con el gobierno nacional para cerrar una planta con tecnología de punta en un sector con ganancias millonarias. El objetivo no es otro que atacar al sindicato y los trabajadores, su convenio, su derechos laborales y su nivel salarial que es tomado como testigo por toda la clase trabajadora.
Las conclusiones son evidentes: el objetivo tanto del gobierno como de los empresarios, locales y extranjeros, es abaratar los costos de producción en nuestro país para hacerlo mas «competitivo» y que puedan generar mas ganancias para los empresarios. En otras palabras, flexibilizar nuestras condiciones laborales. Por lo tanto, en muchas empresas las crisis no son tales (como en FATE, cuyos dueños tienen otras fábricas como Aluar) o son generadas por las propias políticas del macrismo y de los empresarios (como es el caso de Editorial Atlántida a partir de la devaluación y de años con malas decisiones empresariales). Pero en unos y otros casos buscan que esa crisis la paguen los trabajadores con despidos y quita de derechos adquiridos.
El ejemplo de la lucha de los Aceiteros de Nidera, con un final abierto en un contexto muy adverso, es importante para propagar en todos los gremios donde haya conducciones combativas y firmes: la necesidad de que no sean luchas aisladas sino de que sean tomadas en primer lugar por el conjunto de su gremio y luego ligadas a las de todo el movimiento obrero y popular, como por ejemplo la lucha contra los tarifazos, en particular en Mendoza, o las movilizaciones de los movimientos sociales, como la del 13 de febrero.
Si hasta el momento el gobierno no pudo implementar la reforma laboral completamente, a diferencia de lo que sucedió en otros países cercanos como Brasil, fue por los enormes grados de organización del movimiento obrero argentino y de la capacidad de movilización popular de nuestra clase trabajadora. En un año electoral donde la confrontación con las políticas oficiales tendrá su terreno institucional, se hace también indispensable promover la lucha callejera y el conflicto social como condición de posibilidad para frenar ahora el avance de las políticas regresivas contra el pueblo trabajador, al tiempo que propugnamos por una salida de fondo a favor de las y los de abajo.
En ese camino sigue siendo necesario un plan de lucha con paro general y movilización que cada vez es mas inminente pese a la pasividad y entrega de la CGT. Desde cada lugar de trabajo, desde cada sector social atacado, es necesario profundizar la lucha unitaria para derrotar las políticas del macrismo en las calles.

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